Mastico mis lágrimas
como diminutas semillas de fresa.
"Quién pudiera, por ahí, volar"
me dijiste contemplando
un cielo azul despejado
desde tu encierro
en silla de ruedas.
El mismo cielo azul
que desde hoy es ya tu casa.
Mujeres valientes como tú
transfieren su saber y su fuerza.
Gracias por compartir tu vida con la mía.
Misión cumplida.
viernes, 7 de abril de 2017
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