lunes, 30 de mayo de 2011

No hay septiembre

Hoy septiembre no existe
Hoy septiembre no llega
Hoy septiembre es un niño
Que no fue a la escuela.

Hoy septiembre
es ese miedo incoherente
del que se ríen
el resto de los meses.

No hay septiembre en mayo
Ni septiembre en verano
Ni habrá septiembre en septiembre
Si nos cogemos las manos.

Y si me coges fuerte,
Más, tan fuerte
Hasta que no quede espacio
No cabrá entre nosotras
Ni el miedo, ni el aire
Ni el frío, ni el tiempo
Ni el otoño,
Ni septiembre,
Ni sus hojas,
Ni su daño.

A tu lado

Te he encontrado sin buscarte.
Te extrañado sin mirarte
Te he necesitado sin saberlo
Aun conociéndote.

Te he contemplado mientras duermes
Te he observado al observarme
He admirado tus gestos,
He memorizado tus detalles.

Has construido un lugar
Donde todo es estable
Donde no hay nada malo,
Ni miedo a engañarse.
Un lugar seguro, un lugar sin aire
Un lugar al que nunca llega nadie.

Un lugar que está a tu lado.

Y a tu lado, aquí me quedo
Aferrada así a tus besos,
Enlazada a tus manos
con mis versos
Hasta que sople el aire
Y nos lleve el viento.

Y aunque el tiempo siempre sigue
Tú y yo lo pararemos.

Eres

Eres como esa razón
Que no sabe explicarse,
pero está.
Para la que no hay palabras,
Ni versos,
Ni imágenes.
Ni principio, ni final.

Eres como ese día de playa
Que empieza a clarear
Como el viento de las olas
Como el aire de la mar.

Eres finos dedos que acarician
La arena, que hunden la hierba
Suavemente, sin compás.

Eres un susurro que se escapa
Entre tu voz dulce
Y mis frases de disfraz.

Eres esa calma que aparece
Siempre antes de la tempestad
Y la reduces
Y la extingues
Y te la llevas
Y no vuelve,
Y no vuelve jamás.

Eres esa única parte de mi vida
Que no duele
Y que no piensa nunca en marchitar.

domingo, 29 de mayo de 2011

No queremos aire

Se ha fundido el aire
¡Que se acabe
El mundo.
Que nos falte!

Se ha quemado el viento,
El tiempo, el silencio
Que abrasaba el gesto
De tus labios frescos.

Se ha fundido el aire
¡Que se acabe
El mundo.
Que nos falte!

Y el incendio corre
Y se desliza,
nos recorre
Entre ceniza
Que se prende, y que desprende
Un pedazo de sonrisa.

Se ha fundido el aire
¡Que se acabe
El mundo .
Que nos falte!

Para respirar
Que nos falte el aire.

Llenas mi nada

Y esos ojos se encontraron,
Intenso mirar incomodado,
Mirada desviada enfrente
De un débil tímido interrogante.

-¿Qué?
-Nada

Y la nada guiñó el ojo a esa mirada colmada
De todo lo bueno, de la paz y de la calma.
De tu sonrisa de niña, del sabor de tus palabras
Del color de tus gestos, del olor de tus miradas.
Llenas mi nada
Y llenas mi alma
Del sonido de las cosas que no cambian.

lunes, 23 de mayo de 2011

Habrá que ir pensando en parar el tiempo,
en acostumbrarse a un tiempo
a estar contigo,
y a no estarlo.
A mirar tus ojos y a no verlos
A besar tus labios y a perderlos.

Tan pronto como tendimos a juntarnos
tendremos que separarnos.

En septiembre

En septiembre el calor se habrá escondido
El aliento se teñirá de eterno frío
El tiempo se habrá ido
aunque nos hayamos dado las manos para impedirlo.

En septiembre te irás.
Volarás como las hojas que caerán
como la lluvia que no moja,
como el viento que me estorba
y que te empuja
para no mirar atrás.

Cumpliré diecinueve años en septiembre
y volveré a verte cuando tenga veinte.

domingo, 22 de mayo de 2011

Sucesión infinita

Igual que siguen las hojas
El compás del viento al caminar.
Igual que siguen tus ojos
La mirada de mis gestos,
El viento de mis dedos,
La sonrisa de tus besos
al contemplar.
Igual que a la noche le sigue el día
Y al día la noche, y a la noche la vida.
Igual que al otoño la primavera,
Y al verso el poeta,
Así te seguiré cuando te vayas
Sin apenas darme cuenta.

Instante eterno

El blanco invierno se quebró.
Mudaron las hojas
De los árboles altos
y el bajo azul,
crepitar inquieto,
se tiñó de cielo.
Flotó el infierno en derredor
Helando el rostro
Del corazón incierto.

Silencio.

Decidiste que te ibas,
Pero no te dije adiós.

Del tiempo

Del tiempo solo sé
que lo paro cuando quiero,
si te miro lo detengo,
si estás lejos lo acelero.

Del tiempo solo sé
que inspira algo de miedo,
pasa rápido al no verlo
y aflora en su tic- tac el desconsuelo.

El tiempo eterno
marca un límite a lo nuestro,
a nuestros besos,
al espacio de tus manos y mis dedos,
la distancia de mis labios y tu cuerpo.

Madrugada velada,
las horas que pasan.
Mayo se cubre
con nuestras sábanas blancas.

El tiempo
se desliza
en tu cuerpo
de ceniza.

No amanece del todo,
ni del todo oscurece.

Haré del tiempo un infinito
hasta que llegue septiembre.

Por la ventana

Por la ventana se refleja
Una flor
Un rayo de sol
Azul cielo, blancas nubes.
Por la ventana se dibuja
Una mesa de madera
Unas sillas nunca quietas
Si quisieras
Nos sentaríamos en ellas
Para ver,
Cómo la flor florece
Cómo se extingue el sol
Cómo el cielo oscurece
Cómo llueven las nubes de amor.

Sueño y no duermo

No he dormido esta pasada noche,
no he podido.
No he sentido estas pesadas voces.
no he sabido.

Algo me lo impide,
algo no me deja,
estar triste,
entrar fuera.

Es tu gesto de promesa,
es tu voz eterna,
es tu infinita sonrisa
de niña buena.

No he dormido esta noche que ya pasa
y amanece.

Quiero verte.

Porque en el día aparecen
los sueños que no se duermen.

sábado, 21 de mayo de 2011

Influencias de W. Benjamin


Ya era hora de devenir historia, de levantarse, de hacer cosas. Era el momento de trasladar al presente el pasado posible, nunca irrecuperable, el que no se dio, el que quedó como posibilidad, el no fáctico, siempre presente en las sombras. Era hora de levantarse por los olvidados, por los borrados de la historia.
Y era hora también de hacer cosas por el propio placer de hacerlas, con la propia finalidad de demostrar que es posible realizarlas.
El pasado que queda como posibilidad se recupera con el fin de demostrar las posibilidades actuales, en un intento de hacerlas tangibles.
Pero el devenir historia también tiene matices, y si se cae en la repetición en vez de en la creación, nos quedaremos en la inmanencia sin ser capaces de trascender a algo nuevo. Lo veremos.
De momento caminar, pensamiento leg work, andar, salir a la calle, aunque sea sin rumbo. En este caso quizá no haya rumbo pero sí fin concreto, camino ausente que habrá que diseñar para llegar al final que se vislumbra. Se tardará.
Pero el tiempo nunca ha sido un problema. Solo el modo de emplearlo.

martes, 17 de mayo de 2011

Desengaño

Y parece que el amor solo está cuando se sufre, y si se nutre de lágrimas crece más. Si por el contrario es un amor sano, bueno, puro, claro, distinto, platónico o cartesiano, nada falla y en verdad nada funciona, porque el miedo al dolor crece más que el dolor mismo.
Y parece que el amor no es nada bueno, y parece que el amor arrastra y apuñala por la espalda, ni ayuda ni comprende, solo necesita, y la necesidad, fuera de nosotros mismos, está abocada a no ser jamás cubierta ni descrita.
Y parece que el amor se impone, como única verdad, en duras decisiones, y todo gira en torno a él y todo gira porque hace que todo gire. Provoca que se mueva el aire, el mundo, el desaliento, el grato viento, el huracán. El tornado, las mareas, la luna, el sol, el cielo y hasta un pequeño caracol, gusano o ciervo. Y mueve todo con ese son, ese compás etéreo del que todos van detrás, y lo buscan, lo buscan de forma tan desesperada que lo habrán de encontrar. Porque quien busca con anhelo, con raudo desespero, antes de encontrar prefieren producir aquello, y el producto nunca es natural, nunca es verdadero. Por eso el amor que mueve el mundo es falso, mero constructo.
Y por eso parece que el amor solo está cuando se sufre, y si se nutre de lágrimas crece más. Porque no es amor. Y todo el que dice que ama miente. Porque no ama más que una creación propia, una mentira con efectos reales, con vestigios de verdad. Y todo el que dice que ama engaña. Porque el amor no existe.
Que existió no lo dudo, pero todo deviene, y a lo que podemos aspirar no es ya a amar, tan solo a querer, querer sí, infinitamente, con el corazón encogido y la boca muy grande.

Quien ama miente, y quien quiere quiere porque no se quiere.

Devenir devenir

El camino había sido duro, largo, extenuante, nunca acabado, inacabable. Y ahora, cuando descansaba en la lozana hierba, siempre de pie por no perder los pasos, se atrevía a mirar más allá de las huellas que dejaba atrás, más aún de los paisajes mortecinos que se erguían marchitos a ambos lados. Extendió la vista por el horizonte, dispersando el contenido, esparciendo los resquicios de pupilas que veían, comprobando en un segundo desaliento, en un instante inexplicable de abatimiento incierto, que el camino seguía, seguía, seguía y se prolongaba hasta perderse, se ensanchaba de tal forma que llegaba a no verse, tendía a un agotador infinito por el que había que seguir el recorrido. El grito ahogado lo reprimió un suspiro. Silencio frío. Sinsentido.
Los pies cayeron porque fallaron las rodillas, que doblaron las piernas hasta tenderlas en el suelo. Hora desconsuelo.

El camino había sido duro, largo, extenuante, nunca acabado… inacabable. Un proceso teleológico sin telos. Eso era. Eso era. Un camino abocado a ningún fin concreto, ni siquiera un fin, aunque impreciso. Nada. Final muerto.

Como el origen.

Tampoco el punto de partida se vislumbraba ya ni en la memoria. Inútil tratar de retroceder.
Ni origen ni meta, pues. Ni principio ni fin. Ya solo queda devenir.
Devenir, cambiar, avanzar cambiando, avanzar, siempre, en un proceso no cerrado.
Ni devenir mujer, ni devenir perra, ni devenir amigo, ni devenir vida… yo quiero devenir devenir. Devengo devenir. Vengo de venir, de ese eterno camino que no tiene principio ni fin. Y si devengo devenir no devengo nunca en nada, mas que en el propio devenir, en cambio. De venir podría si quisiese, pero yo no voy de vengo, yo devengo. Nunca vengo de venir, yo devenir devenir.

Y así, así quiero que sea, mas no puedo decir sea si no hay ser, si solo hay devenir. No diré entonces el camino no había sido duro, ni largo, ni extenuante, sino que devino en duro, largo y extenuante, y podría devenir más, cambiar constante. Porque no tiene fin. Inacabable.

Inútil entonces el momento de desaliento débil que en mi se agolpaba al detenerme, traicionando mi devenir devenir, pues si el devenir deviene y no se cierra, inútil es desear un final que nunca llega.
Mejor andar, devenir y no pararse nunca ni a tomar aliento, ni a pensar esas cosas del ser que asientan pensamiento y sentimiento pretendiendo que se queden siempre. Siempre qué es. Siempre y nunca. Nada, nada. Solo devenir.
Todo cambia a cada instante, nada permanece, sinsentido desearse, inútil aferrarse, a cualquier cosa, todo va, todo viene, todo debe venir y todo deviene.

Y el aprender a despedirse también deviene.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Y hace ya unos días

Y hace ya unos días
que me alimento de pensarte,
que respiro de inventarte,
que camino al abrazarte.

Y hace ya unos días
que aparece tu nombre por las calles,
en la memoria tus detalles,
en mis ojos tus mirares.

Y hace ya unos días
que solo pienso en recordarte.

Y ya es cierto,
ya es un hecho.

Yo quiero recorrer cada uno de tus gestos.

Yo he encontrado un camino

Yo he encontrado un camino
sin saber ya ni si andaba,
si avanzaba.
Sin moverme
yo he encontrado el recorrido.

Es un camino claro y llano,
limpio, recto, nunca frío.
Es un camino que me lleva
en un paseo hasta tus besos
sin esfuerzo.

Es un camino
que sube por tu brazo señalado
y que recorro con los dedos.
Es un sendero curvo
por tus labios rectos.

Es mi camino
que enlaza con tu camino
como tu mano enlaza
con los dedos míos.

Yo he encontrado un camino
en el que solo a ti te veo,
y cuando empiezo a caminar
sales a mi encuentro.