Y esos ojos se encontraron,
Intenso mirar incomodado,
Mirada desviada enfrente
De un débil tímido interrogante.
-¿Qué?
-Nada
Y la nada guiñó el ojo a esa mirada colmada
De todo lo bueno, de la paz y de la calma.
De tu sonrisa de niña, del sabor de tus palabras
Del color de tus gestos, del olor de tus miradas.
Llenas mi nada
Y llenas mi alma
Del sonido de las cosas que no cambian.
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