sábado, 21 de mayo de 2011

Influencias de W. Benjamin


Ya era hora de devenir historia, de levantarse, de hacer cosas. Era el momento de trasladar al presente el pasado posible, nunca irrecuperable, el que no se dio, el que quedó como posibilidad, el no fáctico, siempre presente en las sombras. Era hora de levantarse por los olvidados, por los borrados de la historia.
Y era hora también de hacer cosas por el propio placer de hacerlas, con la propia finalidad de demostrar que es posible realizarlas.
El pasado que queda como posibilidad se recupera con el fin de demostrar las posibilidades actuales, en un intento de hacerlas tangibles.
Pero el devenir historia también tiene matices, y si se cae en la repetición en vez de en la creación, nos quedaremos en la inmanencia sin ser capaces de trascender a algo nuevo. Lo veremos.
De momento caminar, pensamiento leg work, andar, salir a la calle, aunque sea sin rumbo. En este caso quizá no haya rumbo pero sí fin concreto, camino ausente que habrá que diseñar para llegar al final que se vislumbra. Se tardará.
Pero el tiempo nunca ha sido un problema. Solo el modo de emplearlo.

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