martes, 28 de diciembre de 2010

Antes de dormir

Antes de dormir apago el día.
Voy quitándome una a una todas tus sonrisas.
Los recuerdos malos empiezan a subir,
Llenando mi corazón de odio hacia ti.

Antes de dormir apago la vida.
Te grito las palabras que nunca han sido dichas.
No me miras.
Y mi cuerpo henchido de rabia
Procura una patada al respeto que me faltas

Al dormir evoco
los momentos en los que has jugado
a convertirme en polvo

Yo te quiero y tú lo sabes.
Pero no puedo evitarlo.
Antes de dormir
Siempre te odio

Yo he recorrido parte del espacio

Yo he recorrido parte del espacio.
Era un espacio claro y frío,
Cierto y mío.
Era un espacio de nada lleno,
Era un fragmento de ti en el suelo.
Era tiempo robado a Cronos recio,
Dedicado solo a mí,
Invertido en la vida de mi propio tiempo.
Era un espacio epicúreo solo para mí
Y en ese espacio descubrí
Que existe una vida detrás de ti
Y esa vida no es otra que la mía

Estoy por encima de ti

Tienes el don de

Tienes un don incomprensible
Tienes un don opaco plausible
Tienes el poder de volver mi mundo del revés
La capacidad de mirarme sin ver
La facilidad de pensar
Tres cosas contrarias a la vez
La costumbre odiosa de decir
Lo que luego no has de hacer

Tienes un don curioso
Triste por lo solo
Un don innato que reside en ti
Que utilizas solo para mí
Tergiversas las palabras
Y retuerces mi garganta
Tan pronto como vienes
Te marchas

Tienes una facilidad abrumadora
De incendiar todo cuanto tocas.
Una pérdida sagaz
De tus miradas más humanas.
Un poder asesino de venganza.
Eres destructiva en pies descalza

Tienes el don de hacerme daño
Una y otra y otra vez

No decir adiós

El peso del dolor no se mide,
Se siente siempre dentro,
En cada parte de distancia del cuerpo.
Se sufre siempre dentro,
Y la expresión que pueda llegar
Al exterior del centro
No será
Sino un minúsculo compás,
Apenas un fragmento,
Un atuendo lento quizá,
De todo lo que es en realidad

Echar de menos no se pasa
Echar de menos no se olvida
Y conforme avanza la vida
Entiendes
Que a echar de menos se aprende
Que es un sentimiento
Con el que convives siempre

Olvidar, no se olvida
Y extrañar se extraña
Hasta extrañar no extrañarlo

Decir adiós es decir
No querer decir adiós

martes, 14 de diciembre de 2010

Qué pronto era ayer y qué tarde es hoy

Qué pronto te has cansado de mí
De mis historias de comedia drama
De mis miradas, ahora débiles, ahora planas

Qué pronto te has cansado
De lo que antes anhelabas
Qué pronto te sobra ahora
Lo que antes extrañabas

¿Y ahora qué?
Si sin ti ya no respiro
Y tú nunca has necesitado mi oxígeno
Si has vuelto a hacer que sienta,
Que lo diga y lo mantenga,
Que renuncie a compañías ciegas.
Que mi centro ya no es yo
Sino
Tú, mi vida entera

Qué pronto te has convencido
De que lo que sientes no es sino un suspiro
Cuánto has arrepentido
Abandonar a quien por quien me abandonaste
Cuando estuviste conmigo

De tu boca no lo he oído pero sé
Que mirarme sin mirarme
Es decirlo sin decirlo

domingo, 28 de noviembre de 2010

Nada es más real que tú y que lo que siento. Que el vínculo que tenemos. Que el destino que nos une y el camino que se cruza de forma irremediable y es el que seguimos.
Nada existe más que tú. Todo lo demás es virtual. Existe como posibilidad. Una posibilidad que no queremos tomar, porque lo certero y sólido para las dos es esto, esto, esto.
Existir es quererte, es buscarte siempre en la inmensidad. Tú siempre vuelves. Siempre puedo oírte. Siempre estás. Mientras te sienta todo va bien. Mientras me quieras todo tiene sentido. Incluso cuando está prohibido.
Existir es hacerte feliz. Es decir algo ingenioso para hacerte reír. Es hacer tonterías solo para que sonrías. Existir es escucharte. Es perderse en tus palabras, en tus gestos, en cada detalle. En cada detalle encuentro la lógica de mi existencia. Y es algo inefable. Es algo que no puedo explicarte. Cuando estoy delante de ti, mirándote, todo cobra sentido de repente. Todo lo que he vivido, todo lo que he tenido que pasar, desemboca siempre en ti, en un final contigo. Y lo que he sufrido es algo lógico, y es positivo. Porque me ha hecho así, tal y como soy y es lo que quieres. Me quieres. Te quiero. Éstos son los dos axiomas, las dos verdades evidentes que no necesitan demostración. Y a partir de estas premisas construimos toda nuestra historia. Y todo encaja tan bien… como tú en mi o mis labios en tus ojos.
Nada es más real que lo que tenemos. Nada nunca había sido tan evidente. Nada nunca más lógico. Más natural. Lo nuestro ES. Yo lo vi. Luego tú. Los hechos a veces sí, a veces no. Y finalmente el tiempo nos ha descubierto que el destino lo había visto ya hace mucho. Nos teníamos que encontrar para empezar a existir. Porque las cosas no existen cuando las conoces, sino cuando cobran sentido. Y tú le das sentido a todo lo que percibo.
Nada es más real que el hecho indiscutible de que voy a luchar, sin parar, hasta que estés bien, hasta que ya nada te haga daño, hasta hacerte feliz.
Nada es más real que el hecho indudable de que estoy aquí para ti

Desde Mayo está prohibido

Desde mayo está prohibido
Que yo intente recordarte
Se paga caro, con un castigo
El que yo anhele, contigo,
Estarte

Desde mayo no se puede
Hablar de ti, decir tu nombre
Y si te evoco en secreto
Me interceptan el recuerdo por los ojos

Desde mayo no me dejan respirarte,
Ni escribirte, ni amarte
Y yo te amo, y yo te amo
Y es algo incontrolable

Desde mayo yo no puedo
Estar contigo, lo has prohibido
Tú no quieres encontrarme

Desde mayo pasa el tiempo
Como si viviese muriendo
Se deshace entre segundos
En los que no te tengo

Te echo de menos

Después de mayo vino el verano
Y con él vino el silencio
Este iba a ser el nuestro
Pero ahora no, andaba muerto
Desde mayo es solo vuestro

Mío ya no queda nada
Excepto el vacío desconcierto
De pensar que tan pronto me quieres
Como dejas de hacerlo

Desde mayo
La soledad
No hace más que darme besos

martes, 16 de noviembre de 2010

Hoy ha soplado en Zaragoza
Viento y no era cierzo
Hoy ha soplado viento
Dentro denso inmenso
No era viento, era aliento
Era un suspiro del Moncayo.
Y he llorado

Lo sé

No es adiós.
Es hasta siempre.

Lo sé


Pero te echo de menos


Dime que me ves…

sábado, 13 de noviembre de 2010

Tengo que decirlo
Como trato de escribirlo
Porque si lo digo como es dicho
No es verdad sino fingido
Y al decirlo con palabras
Que se escapan al decirlas
Bien puedo arrepentirlo
Después de dichas
Pero tal y como yo,
Tal como transmito
Es verdad y es para siempre
Es un hecho y es deleite
Quiero decirte
Como lo escribo por escrito
Que te amo
Que no hay limite
Que te quiero y quiero
Que aparezcas ya
Para invadirte

domingo, 7 de noviembre de 2010

Tenemos un secreto

Tenemos un secreto
Desde hace mucho tiempo.
Es un secreto grande
Es un secreto inmenso
Y nadie, nadie
Nadie más lo sabe

Cuando te hago reír
Te brillan los ojos
Se apaga un poco el sol
Y se encienden las estrellas
Lo doy todo por ti
Y la noche no llega porque quiere
Sino porque tú has querido que venga

Cuando haces que sonría
Pasa algo bueno en la vida
El mundo es más feliz
Y la Tierra gira, y gira
Y no gira porque deba
Sino porque tú has hecho que quiera

Cuando me hablas
El tiempo, de repente, se para
Y si hablas de nosotras
Empieza a correr rápido y avanza
Para llevarnos pronto
Al momento del que hablabas
Y el tiempo no avanza porque existe
Sino porque existen los planes que trazas

Cuando me miras
El suelo tiembla
El invierno se va
Y el verano llega
Las hojas nacen y se caen
Los pájaros vuelan
Y el mundo no funciona como tal
Sino porque adviertes mi presencia

Cuando te enfadas
El cielo se nubla
Empieza a llover
Y se escapa
el sol, y corre la luna
Y no llueve porque el cielo se empapa
Sino porque haces que las nubes no huyan

Tenemos un secreto
Desde hace mucho tiempo
Tú tienes el control
De todo el firmamento

Por eso cuando me besas
Empieza a anochecer
Y nadie más existe
Los haces desaparecer

No podemos decirlo

Tan pronto como llegó el lunes
Se fue
Se fue como te fuiste
Descalza y de puntillas
Se fue con la promesa
De volver y la certeza
De no cumplirla

Tan pronto como nos encontramos
Volvimos a perdernos
Y las palabras que dijimos
Y las promesas que hicimos
Y los gestos que invocamos
Y la piel que nos robamos
Dejaron de tener sentido

Siempre, tan pronto siempre
Como volvemos, siempre pronto
Nos vamos, y el recuerdo
Se va perdiendo entre recuerdos
Más lejanos

Tan pronto como dijiste te quiero
Comprendí
Que querer es cosa de un momento
un sentimiento que te pasa
un segundo por el pensamiento.

Por eso yo no te quiero.

Y volverás a decir
Las dos palabras
Sin que sean para mí
Estarás con alguien que no soy yo
a quien se las volverás a repetir

Pero entiende
que decirlo es pensarlo en el momento
y no decirlo
es sentirlo
siempre
dentro,
y no en el pensamiento.

martes, 26 de octubre de 2010

He perdido ya hace tiempo

He perdido ya hace tiempo
el derecho de observarte.
No es mío ya, ahora es de otro.
Ahora es otro, ciertos, pocos
los privilegios que me atañen.

Si cuando los ojos a ti vuelvo
vuelven se de fuego,
y tú empiezas a notar
en tu alma las palabras como leo…
Yo concluyo con pesar
Que mirarte ya no puedo.

Si cuando me acerco
La distancia ya no es velo
El desvelo nos envuelve
Vuelve el tiempo en cien mil cercos
Tristemente yo confirmo
Que acercarme ya no puedo

Si cuando te toco
Se desliza por la espalda el amor cierto
Nos inunda en la razón un peso recio
Se entrecorta la respiración…
Acotar el tacto tengo


No sé si puedo sentir
Lo que volviendo a estar sintiendo puedo

He perdido ya hace tiempo
El derecho de admirarte.
Contar tus gestos son excesos.
Buscar recuerdos, creo, excelsos.
No me atrevo a no pensarte.
No me pienso sin estarte

He perdido hace ya mucho
El derecho de vivir en nuestros planes

Y si un día me sorprendes
Queriéndote en secreto
Quizá ya nunca vuelvas
A compartir nuestros silencios

martes, 28 de septiembre de 2010

He soñado un sueño malo

He soñado un sueño malo
desde el amanecer hasta el ocaso.
He soñado que no estabas,
que dormías para siempre en una triste caja.

He soñado que me hablabas
desde lejos, desde tan lejano
que apenas agarraba tus palabras
y me llenaba una impotencia
una tristeza, una angustia tal
que me impedía levantarme de la cama.

He soñado que ya no respirabas
y al soñarte sin aliento yo me ahogaba.
Estabas frío y blanco
tibio y sin tacto,
tumbado
inerte, inmóvil y he soñado
que estabas en el cielo
y me habías encontrado en el pasado.

Sabías mi nombre,
reconocías mi olfato
Blanco rostro roto intacto.
Volvías a escuchar y a comprender
Volvías a mirar y a ver
Volvías para siempre
Volvías como antes
Volvías tras aquel
tiempo eterno inexistente.

He soñado un sueño malo
desde el amanecer hasta el ocaso.
Pero al despertar te he hallado en los tres tiempos:
futuro, presente y pasado.

Y aunque hace mucho que me conociste
para olvidarme después sin remedio
Esta noche, por vez primera,
has recordado quién era.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Moncayo

Yo he de verte siempre, siempre.
He de verte en cada rincón,
cada esquina de mi vida.
He de verte en tu sillón
concentrado en ver quién mira.

He de verte dibujado
en el humo de las fábricas.
Reflejado
cogiendo setas y chordón
en las cumbres de Moncayo.
Y enredado
en el ramaje de las copas
de los almendros altos.

Yo he de verte
Siempre verte
Verte donde veo siempre
la cara amable de la vida
con mirada noble
y sonrisa amplia, ancha y torcida.

Te veo andando por el campo,
tirando lechuga a los patos,
pescando peces y recuerdos
en nuestros lagos blancos.

Yo he de verte, siempre, siempre
en cada paso en mi camino.
Y sé que tú también me ves
y me proteges
porque te llevo conmigo

Ahora lo sé

Se va agotando el sentido de las horas.
Van pasando sin gracia, pasan.
Por qué siguen pasando no lo sé

Se me estrecha la garganta
a cada bocanada sin querer.
Empapada y borrosa
vista de lágrima
No veo la salida
ni el papel

Ahora lo sé:
Hay más de un dolor
igual que hay
más de un querer.

Existe un dolor
ajeno al sentido
racional incomprendido
que llora como un niño,
que permanece en vela
alerta.

Quién sabe por cuanto
Quién sabe hasta cuando

domingo, 15 de agosto de 2010

No estás

Aún no entiendo que no estás,
aún no me cabe tu ausencia.
Me pesa
tanto
tu nada
Tu vacío en la tierra

Aun no creo que no estás
Que ya no respiras
Que ya no lates ni hueles ni miras

Adoro como mirabas
Adoraba como miras

Las huellas de pisadas
Que no marcas
Se me clavan

No me escuchas ya.
Siempre has estado lejos


Ojalá hubieses vuelto a tiempo

sábado, 14 de agosto de 2010

Sara

Ha empezado a llover. Lo amenazaba el tiempo hacía días, y hoy por fin esas nubes negras desatan su ira. Siento como si explotara la tormenta por mi, como si se precipitase la de fuera para no inundarme dentro. Lo agradezco y me concentro en contemplar cómo se estrellan las gotas contra mi ventanilla. Algunas no llegan, impactan contra el suelo, deshaciéndose en miles de partículas. Lo prefiero así. Eran ellas o mis lágrimas.
Observo cómo una gota se rompe en pequeñas partes, imposibles de juntarlas, y pienso que quizá la vida sea como una gota de agua, no importa si dulce o salada.

Hace apenas diez minutos que he subido a este autobús. No está lleno. Unas veinte personas viajamos en silencio. Todos solos. Por distintos motivos todos vamos de negro.
El ruido perezoso del motor rompe el silencio, al cual se suma el tamborileo de la lluvia, creando un sopor de sueño. Todo está oscuro. Todavía no amanece, ni fuera ni dentro.

Me recuesto en mi asiento y apoyo la cabeza en la ventana. Veo pasar luces. Cierro los ojos un instante, pero los abro enseguida. No quiero dormirme.
Las luces, que estáticas serían puntos, se alargan en este movimiento formando líneas sinuosas. Son haces. A veces siento que cobran formas.
Un hombre tose discretamente dos asientos más atrás que el mío. No me giro. Las luces se van unos instantes,cuando atravesamos tramos sin edificios, y luego vuelven, vuelven a estirarse hasta el infinito. Mi retina se expande y comprime, para captarlo todo, para no perder ni un ápice del recorrido.
Pronto salimos de la ciudad y entramos en la autopista. Entonces ya no hay tantas luces, solo alguna esporádica, siempre a distancia, sin gracia.

Inspiro hondamente y voy expulsando el aire, consciente de que nadie va a girarse a mirarme. Entonces, poco a poco, voy dejando de pensar, voy viendo sin mirarlo, observo sin captarlo, voy sintiendo sin estarlo.
Apenas advierto que ya clarea, que ya amanece. Yo ya no estoy, yo ya soy otra. Todo está difuminado. Y esta ventanilla moteada que miro no es ya la del autobús, sino la de mi memoria.
Un recuerdo, fugaz pero infinito, borroso pero nítido, atraviesa voluptuoso, sagaz, el centro de mi pensamiento. Es ella y sus facciones. Su gesto y sus detalles. Sus palabras, su vida, su historia. Nuestra historia.
Se llamaba Sara

martes, 29 de junio de 2010

Existo, yo. Existo, no.

Existo, yo. Existo, no. Existo yo, yo existo. Existo o no existo. No.
Ya he dado más de mil vueltas aquí. Cien. Más. Diez. Más. Muchas Más.
He volado alto. Mucho. Tanto. Y luego, luego he corrido, he ido despacio. Me canso. Salto, caigo, me levanto. Ahora me siento, no aguanto otro golpe. Ya estoy sentada. Mejor me tumbo, pero en el suelo. De ahí no bajo. Ya estoy en el suelo, ya siento, ya empiezan, ya van viniéndome palabras. Pero este calor me las quita, las arranca, las quema. Se van. Y otra eterna espera... ¿por qué no vienen? Quizá no vengan. No vendrán.

Empiezo por ser y acabo no siendo. Y del ser al no ser recorro mi ser entero, para irlo perdiendo. Ya dan las tres. Observo que existo... ¡Pero ojalá no existiera! Tal vez existo, existo tan solo si pienso que siento. ¿Siento? Si sintiese lo que estoy sintiendo de verdad, hubiese ya muerto. ¡Porque es tan fuerte! Y duele. ¿Duele de verdad un sentimiento? Siento que sí lo hace, pero aquí dentro. Y de dentro sale a fuera, justo al pecho. ¿Y qué? ¿Qué es esto que aquí yo tengo? Amor ya no es. Del bueno al menos no, ya no lo es. Es veneno. Veneno que anula la razón mía. Y ahora solo siento, o acaso pienso que siento un sentimiento que me puede, que me arranca. Y está siempre en mí el pensamiento de sentir. Y no se va, no se va ni aunque lo pida. Ni siquiera un par de horas de dormir. Mi cuerpo ya no sigue. Solo una mano, solo la mano osada que escribe, solo ella aguanta, sino, sino no existo. Yo escribo. Existo, escribo. Escribo, existo. ¿Puedo escribir y no existir? Yo soy escribo. Entonces sí.

Existir es ser y no existir, no serlo. Pero yo no puedo. Yo quiero no existir siendo. No existiendo ya no pienso y no pensando ya no siento. Ésto, esto quiero. No sentir. No pensar que siento. No existir que pienso. No existir. Pero yo quiero ser. Quiero seguir siendo. ¿Puedo separar ser y existir? ¿Puedo seguir siendo si no existo? Al fín, yo lo que quiero es ser sin sentir. Para que se vaya este veneno. ¿Es veneno lo que tengo? ¿Es odio? Amor, no. Amor, no, no del bueno. ¿Qué hay aquí entre mí? Lo que sea, no lo quiero. Quiero ser sin sentir, ser en sí. Ser escribir. Ser por sí, sin más, sin nadie.

Me incorporo y me siento. Espanto el sueño. Ahora no quiero dormir. ¿Qué quiero? ¿Qué quiero? Lo que he querido siempre. Escribo, escribo, escribo. Quiero ser toda yo palabras que se borren y vuelvan a escribir, pero que queden siempre. Que toquen almas.
Alma, el alma mía no la siento. Solo un hueco aquí, donde el veneno. Quizá vuelva, quizá, cuando sepa ser sin existir. Pero si no existo, aun siendo, ¿me ven? ¿yo veo? Si no siento yo, aun siendo, ¿me sienten? No, porque no siento. No tienen qué sentir en mí. Soy hielo. Aún no. Aún sé que existo. Aún me duele el pecho. Ojalá dejase de pensarlo. No puedo. Sigue aquí.

Busco otra idea. Solo otra idea. El calor me las abrasa, y se van. Yo quiero ideas, para oírlas, para no oírme. Silencio. Me siento.

Yo creo que en verdad ha de volver mi alma, aunque siga existiendo. No perturbarla, no mancharla con veneno, el que hay aquí entre mí, en mi cuerpo, y elevarla, elevar el alma y volverla ajena, volverla inmune, sin que olvide que es, sin que olvide mi nombre. Y al elevarla así, tan alto, tanto, que deje de sentir. Y aún sin sentir, seguirá siendo, porque el alma siempre es, aunque no lo sea el cuerpo.

No puedo dormir. Pero vuelvo a la cama. hay más calor aquí, pero es más cómodo que el suelo. Me he elevado un poquitín

¿Cómo elevo el alma? ¿Cómo la elevo? Para que no exista y sea, siga siendo. ¿Y qué hago con el cuerpo? Si pudiera limpiarlo simplemente del veneno, para que sea también, junto al alma, que siga siendo.
Pero bien sé que aunque limpie el cuerpo de este sentimiento, volverá a sentir, es su natural, es su idea innata. Idea innata.
Pero si el sentir está en el pensar, el pensar está más en el alma que en el cuerpo. Y el pensar podría quizá pensar en otro objeto distinto del sentimiento, y entonces, entonces seguirá siendo sin existir. ¿O seguirá existiendo? ¿qué es existir? ¿Es sólo sentir? ¿Es también pensar?
Pero sentir en verdad no es nada, es pensar que siento. Porque si sintiese de verdad lo que pienso que siento me habría de morir. Sentir solo se siente el sentimiento del cuerpo, el fisiológico, no el del sentimiento, ese se piensa, y el cerebro lo manda al cuerpo.

Aún no me voy. Aún no me duermo. Yo quiero no existir siendo.
¿Para qué quiero seguir siendo? Para escribir
¿Para qué quiero no existir? Para no estar sintiendo
Si yo no existiera, no sentiría este veneno. Pero seguir siendo me permite escribir. ¿Qué escribiría yo si no existiese? No escribiría de sentimientos, no, no existirían. ¿Qué escribiría? ¿El qué? ¿El qué? Mientras exista no lo sé.

Me subo a la litera. Aquí hace demasiado calor. Con el flexo me ahogo. En la cama de arriba ya no hace tanto, pero no hay tanta luz. Me he elevado otro poquito.

Para no sentir, tengo que dirigir mi pensamiento a otro objeto. Lo hago y lo distraigo de mil formas, pero algo sigue quedando en mí, y me muerde, me abrasa todavía. El veneno sigue aquí.
Si lo siento aun no pensándolo, eso es que no pienso que siento, sino que es verdad que de verdad lo siento. Y si siento lo que siento, ?por qué no me muero? ¿por qué no muero si éste, éste, es el mayor dolor que existe? Porque existe el dolor, el dolor existe. El dolor es existencia misma, y existir es sentirlo.
No me muero porque ya no siento. Sí, si que siento. Pero no siento tanto como es, solo un reflejo. ¿Por qué? ¿Dónde está el dolor mismo? ¿Dónde está el veneno? Si no me duele a mí directamente ¿no está en mi? Oh, pero yo, si, si, lo siento. ¿Dónde está el reflejo?
En el recuerdo.
Eso, eso duele. No duele el dolor en sí. Duele el recuerdo. Y se refleja en mí. En mi pensamiento alberga el recuerdo, el recuerdo que duele, y me duele pues el pensamiento. Y al dolerme el pensamiento, pienso que siento y ese pensar en sentir hace que sí, que yo lo sienta en mi cuerpo. Y por eso aun dejando de pensarlo sigo sintiendo, poque el recuerdo queda en mí. Y no me muero al sentir el veneno, porque el dolor no es completo, solo un reflejo de lo que fue, de lo que queda en el recuerdo. Silencio.

Me pongo de pie en la cama y toco el techo. Aún no, aún no me duermo. Aún queda algo, algo, algo aquí.

¿Cómo me libro del reflejo de sentir? ¿Cómo alejo el recuerdo? Si suprimo el recuerdo, ya no existo, o al menos, no existe ya esa parte de mí.
¿Sigo siendo si quito el recuerdo? Si, soy lo que ahora. No soy lo que fuí.
¿Puedo ser lo que soy ahora sin ser lo que fuí?
No destruyo el ser, solo el recuerdo de haber sido. La idea sigue en mí, y soy con base de la idea que fuí, pero sin recuerdo directo de ella. Sigo siendo sin recuerdo.
¿Y existo? Existo desde ahora. Corro pues el peligro de volver a sentir. Pero en el sentir también hay sentimientos buenos, y si no existiese no los tendría más en mí. Existo desde hoy. Lo de antes, no existí. Y el sentir de antes ya no existe, solo desde aquí.
¿Pero cómo huyo para que no exista el recuerdo? ¿Cómo me lo despego? ¿Cómo renuncio al veneno del reflejo?
Dejándolo ir

lunes, 21 de junio de 2010

No he parado de buscarte

No he parado de buscarte.
He buscado en otras gentes
la alegría misma tuya sola,
las sonrisas miles todas,
tu gracia de andares, cuerpo,
gesto y sexo.
El ruido de aviones de tu pelo cierto.

Te echo de menos.

He buscado las tuyas
en las curvas de otros cuerpos.
En los labios de otras bocas,
tus besos.
En otras pieles,
tu piel.
En otros pelos,
tu pelo.

Silencio.

He recorrido camas,
he visitado almohadas,
sábanas, se han quedado frías todas antes
de que llegara la mañana.

Heladas.

Te he buscado entre excusas,
acumulándote en las comusiras.
Sé que ya no estás en la rabia.
Sé que ya no estás en mi enfado.
Espanto.
Esparto, mimbre, cañas, barro.

No te he buscado en ti,
solo un reflejo.
No te he buscado en sí,
solo un recuerdo.

No he parado de buscarte.
No te he hallado,
excepto en mí.

Porque quizá de ti ya solo existe
esa parte imprescindible que hay en mí.
Esa que solo tú hiciste,
que tiene tu olor y tu risa,
que ya no busca otras bocas
pues sabe que existe una sola.

domingo, 23 de mayo de 2010

te querré...

Hasta el día en que yo muera
te querré,
aunque sea un poquito.

Evitaré pensarte
a la lumbre de la vida,
mas, de noche,
reservarte en mi estará,
para dibujar tus facciones,
la costumbre al acostarse,
tan solo un huequito.

Hasta el día en que me muera
te querré,
aun no siendo merecido.
Y ahogando la espina del dolor
que deja el llanto,
rescataré recuerdos gratos.

Hasta el día en que yo muera,
asomará una lagrimita
en según cuando...
y solo yo sabré,
y solo yo sabré,
quién la alimenta y
de quién es.

Si me encuentran un día
mirando,
sin parecer ver,
te estaré evocando.
Y apenas durará un suspiro
en la memoria este recuerdo,
te habrás ido.

Pronunciaré cuando esté sola
en voz alta a ti
palabras, tantas,
que quedarán grabadas
en paredes almas
por si las llegases a leer.

Hasta el día que muera te querré.
Te querré en secreto,
te querré en silencio.
Te querré para guardarte
un rincón aquí, muy dentro.
Te querré cuando
quien me acompañe duerma.
Y así, sin luz,
me atreveré a esparcirte
con miradas y a besarte,
igual que antes.

Se irá la noche y te ocultaré
en lo más hondo del pensamiento,
hasta que vuelva a oscurecer.

Irán pasando así los ratos,
y los días,
y la vida...
Hasta el día en que yo muera
que será
cuando te deje de querer

Nada más

No cabe ya ni una sílaba más; explotará. Ni cabe un momento un desaliento débil. Hemos agotado el tiempo. Cuando la ira cae, la verdad queda, pura y simple. La realidad distorsionada por ojo vago hinchado, henchido de rabia, queda en nada.
Mas, que el enfado roto que despoja al odio no permita ni una muestra de amor, ni de perdón, ni de respeto.
Sus labios, todavía humedecidos, siempre, siempre, olerán a traición.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Ese lugar

He llegado a ese lugar en el que nada es para siempre. Está oscuro y hace frío. Hace mucho frío. No hay nada alrededor, porque todo lo demás es ajeno, y está de menos.
He llegado a ese lugar en el que se rompen los sueños, y me han saltado al estallar trocitos de cristal. Apenas los siento, y sin embargo sé que se me va escapando el alma en cada herida sin cerrar. He llegado del dolor al umbral.
Hay un vacío que voy llenando casi sin quererlo de recuerdos nuestros muertos. Se van hundiendo... y yo con ellos. No veo, no quiero, no puedo respirar. Me ahogo, pero no muero. Muevo el silencio que me envuelve, por si estás detrás.
He llegado a ese lugar en el que nada importa, en el que las palabras quedan cortas y las fuerzas fallan y dejan de andar. No puedo más. Tengo miedo. Tengo frío. Tengo sueño. Angustia. Necesito escapar.
Tiño el aire con pesado aliento. Doy vueltas sobre el mismo centro. Un naufragio inexorable de silencio. Una irremediable bocanada de tiempo. Me pierdo.
He llegado a ese lugar en el que tú no estás

lunes, 26 de abril de 2010

Si tú no vuelves

Si tú no vuelves
me vendaré los ojos para no buscarte,
me romperé la voz para evitar llamarte,
renunciaré a mi cuerpo para no seguirte más.

Si tú no vuelves
me quedaré vacía,
y nunca me dirás a donde vas.
Se me acabarán las fuerzas
y perderé el sentido.
Todo nuestro tiempo no será más
que un camino circular
sin equilibrio,
y sé que yo me olvidaré de andar.

Si tú no vuelves
no habrá sonrisas,
y todas las miradas
serán reflejos de cristal.

Si tú no vuelves
no volverá tampoco el tiempo.
Teñiré de espinas rojas mis entrañas
y me hundiré muy dentro.

Si tú no vuelves nada importa.
Habremos hecho el idiota

martes, 6 de abril de 2010

Entre querer y amar

Entre querer y amar hay una línea tan fina como un abismo, como un atisbo de querer o no querer estar. Hay un pequeño hilo, que se enreda muchas veces y no deja ver diferencia alguna, ni principio ni final. Hay un miedo apenas contenible entre quedarse en el querer o elevarse más, sabiendo que si surge al revés, el descenso puede ser mortal. Reside además la diferencia entre dudar en momentos de debilidades y no dudar jamás.
Entre querer y amar, en realidad, tampoco hay tanto. Es un pequeño recorrido que puede darse en dos o cien mil pasos. Querer es vestir el alma, mientras que amar es el estado que adoptas cuando querer ya es muy pequeño, ya no te abarca.
Entre querer y amar, pues, no hay más que diferencias de matices, que quien quiere no sabe y quien ama le pierden. Ve quien quiere, de este modo, dos ojos, y sabe leerlos, y sabe qué sienten. Ve sin embargo quien ama en esos dos ojos las puertas del alma. Quien quiere siente en el tacto una compañía eterna, una seguridad que cosquillea, que enreda, un deseo de querer parar el tiempo para no privarse nunca de tocarla. Encuentra sin embargo en el tacto quien ama un fuego de anhelo que nace en el pecho por querer estar más cerca, por henchirse dentro. Quien quiere en los labios siente urgencia de besarlos, tiene prisa por darlos; pero quien ama en los labios intenta que los besos duren años, cientos, para perderse mil veces en cada uno de ellos y acabarse encontrando.
Entre querer y amar no pasa nada, si uno de los dos no existe.
Ahora bien, al elevarse una parte sin la otra, al desprenderse una parte y descender… quien quiere se ahoga y quien ama se agota. Las miradas, a quien quiere atraviesan, y a quien ama, no llegan. Las manos, a quien quiere le queman y a quien ama le hielan. Los besos, a quien quiere le estorban y a quien ama le pesan.

Y de este modo, quien ama busca y quien quiere evita, y no se encuentran nunca, no se encuentran en el medio… porque entre querer y amar hay un infinito negro eterno.

jueves, 1 de abril de 2010

Reflexión

Y ahí me quedé, tumbada en la cama. Tratando de no respirar, de no pestañear. Intentando ser invisible. Intentando desaparecer. Intentando aclarar las cosas con un hálito de silencio.
Y ahí permanecí, hora tras hora, viendo deslizarse el tiempo entre mi piel, y cómo iba envejeciendo por momentos. Me pitaban los oídos. Sentía en ellos mis latidos, confundidos, tergiversados por palabras expulsadas en una bocanada de rabia, de ira, de sinceridad... de vida. De una decepción acumulada que iba escapando, despacio, sin prisa.
Y ahí estuve yo, mirando un punto fijo, cayendo en el mayor de los abismos sin apenas moverme del sitio, en posición horizontal, cuerpo rendido, brazos muertos, corazón herido...y lágrimas de antidepresivos.

Dónde estará el límite de cada persona...

sábado, 20 de marzo de 2010

No dejes que me pierda

No dejes que me pierda si de repente me entra miedo, y al mirarme no ves nada de lo que yo estoy viendo. No dejes que me pierda si te quiero desde dentro, que nadie excepto yo puede entenderlo. Mas mirame y entiende que este es nuestro gesto. No dejes que me pierda si tomo velocidad y no me sigues, y me pierdo. Haz por seguir el rumbo. Si el frio me acoge no dejes que tiemble. Si el tiempo se adentra, que mi piel no envejezca. No quieras, no quieras ver como se apaga la luz de unos ojos con lagrimas en sus cuencas. No esperes que vuelva.
No dejes que me pierda si me recreo en el pasado, si me engaño sera que me he inventado. Y no me reconoceras cuando me pierda, cuando me enrede en tus dos piernas, no veras mas que lo que yo quiera.
Mas dejame buscarme para encontrar entender que ya soy algo, cuando me miras con tus gestos y se me acaban las palabras, y entonces se que estoy soñando, que estoy despierta, que vivo un sueño, que ya no hay miedo que tener que espantarlo.
Caera la noche entonces y te iras, como una promesa que va apagando un poco mas el dia, pero vuelves, siempre vuelves, y junto a ti vuelve el sol a borbotones, y junto a ti vuelve la vida, y ese sabor de querer dar lo mejor para arrancarte una sonrisa

domingo, 14 de marzo de 2010

Somos nubes hechas

Hoy se nos ha volado un beso.
Fuerte, muy fuerte era el viento,
más fuerte el empeño
de querer alcanzarlo.
Hoy se nos ha volado un beso
cuando intentábamos darlo.

Tú lo has seguido un rato y yo
lo he observado.
Volaba tumbado, corría despacio
parecía un globo que se iba alejando.

Daba tumbos sin rumbo
y al final
se ha enganchado en un árbol.

Hoy se nos ha volado un beso.
Tú has extendido los brazos
y yo he confiado.
Has conseguido rozarlo,
pero se nos ha escapado...

Tenía prisa por llegar al cielo.

Yo he sonreído y tú has llorado, olvidando
que somos nubes hechas
de besos volados.


Y me has dado otro,
para hacerme más grande...
y yo lo he guardado.

Nadie, nunca nadie, nadie excepto tú

Sentir suspirar tu labio espero.
Sobre mi labio
que suspire un tercero.
Un último descansará en la comisura,
completando de dos un juego.

No me hagas carecer de ello,
que tú y yo bien sabemos,
que en cinco versos cabe un simple beso

domingo, 7 de febrero de 2010

Agua pura tuya no me puede salvar

Al ambiente lo envolvía un denso aliento de vapor, que apenas dejaba discernir el horizonte. El espejo se iba empañando más, cada vez más al tiempo que el calor subía, que la temperatura casi quemaba, pero no importaba. Ya no importaba nada. El ruido partido del caer del agua sobre el suelo de la ducha inundaba la habitación y hasta la casa. Fuerte ruido incesante apenas oido por dos orejas cubiertas de agua. Al igual que su rostro. Al igual que su cuello y que su cuerpo. Su pelo húmedo descansaba sobre sus hombros y se extendía espalda abajo, delatada ya su verdadera naturaleza de rizas ondas tras el contacto con el agua. Y ese pelo húmedo pesaba igual que le pesaba el alma. El agua, que caía con fuerza unificada se dividía después en partículas de gota resbalada, repartiéndose en iguales proporciones por todos los rincones de su piel. Y a pesar de no haber distinciones, una gota en particular recorría ese atrevido caminar que empezaba desde el agua acumulada en la raíz del pelo, y se deslizaba, cayendo, de forma tímida, casi incorpórea por la pendiente de una frente clara. Iba ganando velocidad al mismo tiempo que volumen, al recoger partículas ya indivisibles de mitades de mitades de gotas que quedaban impregnadas en el tabique de la nariz. Y al acabar sin más remedio en su filo, parte de esa gota se precipitará sin remedio al vacío.
Donde acaban como acaban las lágrimas que se esconden entre gotas de agua.

lunes, 25 de enero de 2010

Haces que todo funcione

Admiro esa facilidad, ese don que tienes. Esa idea innata que en ti reside, que en ti se queda, que solo en ti existe.
Haces que todo funcione. Y así consigues que se alarguen las horas junto a tu respiración calmada, que sigue el compás de la que es mía, y las penas se me acortan en pequeñas dulces bocanadas. Haces que me mueva y que respire. Que hable, que sonría, que mire con esa mirada inconfundible de quien siempre tiene la palabra. Palabra inspirada por tus manos claras.
Eres piedra que salva.
Haces que todo funcione, y en ese funcionar yo entiendo tus palpitaciones. Me sientes cuando me quieres, y me quieres de dos formas al formar lo que funciona porque tú haces que todo funcione.
Y le das sentido a todo.

Y yo voy queriéndote más.
Voy queriendo todo tanto…

jueves, 14 de enero de 2010

(L)

Tu cuerpo sobre el mío
piel con piel
y piensas
que no
que no va a suceder.

Tu labio junto al mío,
sonrisa de papel
rozándose

Lo único que queremos
es desaparecer

Y los gestos que te encantan
son los míos
van dibujándote,
en pequeñas bocanadas
que se empañan.
Y tú empapas
de tu olor mi dulce cama.

Ahora, atiende bien
Cada detalle que te envuelve
lo guardo en mis dos pies

Siénteme,
y déjame que sea yo
quien sea que te diga
que si, que esto va a suceder

Y mis brazos van moviendo
fuentes de palpitaciones
ensanchándose,
y no ves
esos ojos urgentes
que me miran,
haciéndose
un hueco al movimiento
que va entrando al recorrer tu cuello.
Te quiero
y desaparecemos...

Si preguntan diremos
que hemos ido a recorrer el cielo

martes, 12 de enero de 2010

Futura obra

HOMBRE: No traten de calificar lo que aquí va a suceder. No traten de darle un nombre ya establecido. No se le puede llamar experimento. No se le puede llamar ensayo, ni hipótesis, ni axioma. Si tan solo... me concediesen unos minutos... No es como si se pusiese algo a prueba, pues nada pretendemos probar. Ni demostrar. No dudamos. No son cuestiones, no son planteamientos a los que tratamos de dar respuesta. No. Se trata mas bien de no buscar el mismo fin que todos buscan, que en muchos casos es un simple fin sin forma, pues nosotros no tenemos. No tenemos algo concreto, algo tangible a lo que pretendemos llegar, y ya solo por eso nos diferenciamos. Buscamos un hecho, el Hecho. La interconexion definitiva de los objetos a partir de uno en concreto. Y seria un error entender este hecho como fin. Este es el Hecho. Ese que todo el mundo sabe y desconoce que conoce. Y oid bien esto para entender lo que va a suceder cuando yo desaparezca... el mundo no es redondo, el corazón respira por nosotros y las cosas no tienen la forma exacta que creían. Los fenómenos no son sino un reflejo abstracto de quien los mira y por ello un mismo fenómeno puede no ser el mismo para dos pares de ojos distintos que lo ven. Y teniendo en cuenta esta premisa entenderán este hecho, que no fin. Entenderán así esta interconexión definitiva que en verdad... ya sabían. (se coloca detras d la mesita) Y este es el objeto, el motor inmóvil, a partir del cual se mueve todo. Incluso yo, incluso ustedes. Incluso los que ahora van a aparecer
(sale. se apaga la luz)

jueves, 7 de enero de 2010

Una parte de

Hay una parte de ti
en la que quiero estar siempre.

Tus ojos me traspasan,
y me van llenando el alma.
Cada mirada es una lágrima curada.
Cada destello de pupilas
es un camino de rosas
hasta la vida clara.

Tu boca a mi me guía hasta perderme,
y me surge de repente
esa urgencia de besarla.
Esa prisa que pisas,
que nunca se acaba.

Tus labios se curvan si chocan con los míos,
y yo intento cuanto puedo
alargar esa sonrisa desprovista de miedo.

Tu voz velada me conmueve,
porque desprende
ese olor tuyo
que sabe a vida,
a calma clara

Tus gestos y tus manos.
Yo lo doy todo
por tan solo mirarlos.
Y si traspaso
la barrera de distancia,
si me dejas,
yo enlazo tus dedos plata
con los míos vanos

Pero hay una parte de ti,
una parte que me encanta.
Una en la que quiero estar siempre,
que adoptaría por casa.
Y está situada
justo
en el extremo de tu cara;
En tu tez de hada.
En tu piel blanca.

Es una parcela tan pequeña
que nadie más que yo llega a alcanzarla,
y me gusta acariciarla,
sabiendo que soy única dueña de ese área.

Hay una parte de ti
en la que quiero estar siempre.
Hay una parte que me encanta

De tu piel blanca,
De tu tez de hada…

De tu cara clara

domingo, 3 de enero de 2010

A tus manos

Tú tienes un don

que tiene al mismo tiempo una pareja.

Tú tienes dos dones

que, sin serlo, son iguales.

Tú tienes un don

que tiene a su vez una réplica,

exacta copia contraria a la verdadera.

Son capaces tus dones

de hacer que escuche mi corazón palpitando

si con ellos me acaricias muy despacio

el pelo, el cuello,

el alma y el cuerpo.

Tú tienes dos dones

que se forman donde acaban tus brazos.

Diez son los milagros

que me rozan en silencio y sin pensarlo.

¿Qué no daría yo

por enlazarlos con mis simples manos?

Quiero estar. Siempre quiero

Te he estado esperando
entre vida y llanto eterno
en el umbral
donde empiezan los sueños.

He estado esperando
volver a ese lugar
donde se detiene el tiempo.
Y hay
un gato negro arrellanado
en el sofá
con ojos grandes,
ojos eternos,
que mueve la cola
a ritmo de vida,
a ritmo de péndulo
pausado, sin prisa
como tu boca,
como tus gestos.

Te he echado de menos.
Mucho de menos.
Tanto.

Te he estado esperando.
Esperar como he esperado
que tus manos me volviesen a tocar,
que el aliento que te envuelve
me diese vida al respirar.
Y despertar
sabiendo que de todas las verdades
solo existe una,
y es que quiero estar.

He echado de menos
el momento de abrazarte
sabiendo que no iba a soltarte más.

Quiero estar, siempre quiero.
Siempre quiero estar contigo.
Siempre quiero. Estar siempre
Siempre voy a estar