domingo, 26 de septiembre de 2010

Moncayo

Yo he de verte siempre, siempre.
He de verte en cada rincón,
cada esquina de mi vida.
He de verte en tu sillón
concentrado en ver quién mira.

He de verte dibujado
en el humo de las fábricas.
Reflejado
cogiendo setas y chordón
en las cumbres de Moncayo.
Y enredado
en el ramaje de las copas
de los almendros altos.

Yo he de verte
Siempre verte
Verte donde veo siempre
la cara amable de la vida
con mirada noble
y sonrisa amplia, ancha y torcida.

Te veo andando por el campo,
tirando lechuga a los patos,
pescando peces y recuerdos
en nuestros lagos blancos.

Yo he de verte, siempre, siempre
en cada paso en mi camino.
Y sé que tú también me ves
y me proteges
porque te llevo conmigo

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