martes, 27 de marzo de 2012

Mientras duermes

Pensar
en seguir durmiendo al amparo de este pecho
que se hace grande en cada bocanada.

Me ha besado un beso.

Es como si te escuchase respirar de lejos.

He soñado mucho contigo sin cara
sin nombre, sin rostro, tus ojos
son los que no veía
como tus labios que no besaba
como tú misma

como tú, todo.

Has tardado pero has venido
cuando todo estallaba
cuando mi ser se arriesgaba a sí
en una batalla más infinita que el anhelo del fin

¡suplicándolo!

suplicando la muerte.

Pensar que de cerrar mis ojos
no hubiese amado los tuyos.

Delirios de un engaño.

El amor lo eres tú,
y tú lo eres todo.

lunes, 26 de marzo de 2012

Una imagen y mil palabras

Nos hemos quedado solas. Ya estábamos solas pero ahora estamos solas de verdad. No ha cambiado nada. O ha cambiado todo. Es tu mirada la que siempre lo cambia todo. Atraviesa todo lo que se puede. Rodearte con los brazos en un círculo infinito que se va estrechando. La grandeza reside en recorrer tu cuerpo con los pies descalzos. Mis manos se van abriendo al ritmo pausado de tu aliento. Te quedas dormida siempre muy pronto. Y yo te bebo los párpados plegados que me roban mi sueño. Me inunda una sensación que. Mentira. Me inundan muchas sensaciones. Pero una en particular, ahora. Es como si mi ser desease con todas sus fuerzas detener el transcurso de la vida. Es algo, no se qué, no hay palabra, pero es algo que me recorre sacudiéndome por dentro, en cada parte de mí misma que atraviesa, como un deseo sobrehumano, como una petición, como una rabia. No una rabia de odio, ni una rabia de ira. Una rabia de amor que me sale de las entrañas. De aquí, del centro. El amor es algo del pecho y de la tripa.


 Ahora me concentro en escuchar tu respiración pausada, lenta y profunda como la palabra dibujada en el centro de un poema. No hay prisa, ni bruma. Ni negro ni llanto ni trueno. Solo tu vaivén de aire en espirales, que entra y sale, y entra y sale, y entra y sale. Como mis dedos en tu cuerpo, a veces. No me atrevo a perfilarte el rostro con los dedos, por no despertarte, y subo más el grado de mi mirada. Podría quemar el fuego que de mis ojos sale. Conforme avanzo por los pliegues de ti, por los rincones de tu cara clara que describe mi nombre, mi rabia de amor de las entrañas sube al pecho, y mi corazón empieza a correr para seguirte, y mi respiración se acelera para robarte el aire pausado que exhalas, y mi cabeza y mis ojos y mi boca, y mis manos y mi nariz y todo, resurgen de sí mismas como si naciesen en ese instante, como si despertasen. Como si hubiesen estado siempre dormidas esperando a que llegases. Y se acercan a ti, quieren acercarse a ti todo lo que se puede, y quieren beberte con palabras, y absorberte en la garganta, y exprimir de ti ese jugo que les da la vida, ese zumo dulce que empapa tu existencia, ese brillo que te rodea. Eso de ti, eso tu nombre. Esa palabra que no sucede nunca, ese verso que no se escribe, que no se puede escribir. Porque no cabe. No, tu ser no cabe en las palabras. Se escurre entre las sílabas. Se sale de las letras. Osado delirio intentar encerrarte en ese espacio pequeño del lenguaje.


 Tienes como montañas en el rostro cuando ríes, debajo de los ojos. Mi ser se esfuerza en llegar a la cima con la punta de los dedos, repasando tus pecas que yo amo. Y entonces seguirán viajando mis manos por su parte favorita de tu cara, repasando los contornos de tu sonrisa de ojos. No, sonrisa no. Sonrisas. Que se estiran en las cuencas hasta el infinito. Y repaso esa sonrisa hasta llegar a donde vienen a unirse todas las risas de tu mirada y allí terminan, entre líneas reunidas. Pero tu boca. Y el precioso paisaje del camino hasta llegar a tu boca. Pero tu boca. Dejarse caer desde el final de la sonrisa de tus ojos por la montaña, atravesándola hasta llegar a tu nariz, y allí donde termina, saltar al vacío, al abismo de tus labios cerrados. Descansar a las puertas del amor tras el trayecto lento de recorrerte, por fuera y dentro.


Nos hemos quedado solas. Ya estábamos solas pero ahora estamos solas de verdad. Y en silencio. En un silencio denso que atravieso con el cuerpo. Se ha cerrado tu mirada a la llamada de la noche. Me abrazan tus brazos tan fuerte que vamos a fundirnos en una sola figura desnuda. Velar tu sueño en mi desvelo es por felicidad todo lo que entiendo.


domingo, 25 de marzo de 2012

Pausa de detalle

Una sonrisa. Tu sonrisa. Muchas.
Una sonrisa en estos versos solo
una en concreto de todas
trazada en la piel de mi memoria
que se estira levemente,
ambos labios por iguales,
que te brota, que te sale

cuando he dejado de entrarte.

Recorridos

Tus ojos como almendras que se abren
que se estiran
que se saben

cantar al oído las palabras
más verdaderas que el tiempo detenido

no sé cómo,
no lo explico,
no sé cómo he podido

respirar día tras día
sin tu aliento entrando en mi boca
sin tu mirada dulce, sin tu oreja roja
sin tus caricias que me abren
sin tus claras manos suaves

sin tu amor que entra en mi vida
para quedarse.

viernes, 23 de marzo de 2012

Sin límites

La imagen del amor
viene a retorcer palabras delante del espejo,
el que refleja tu cama donde reposa mi espalda desnuda.

Luego vendrás preparada para irte
pero arrojaremos nuestra piel a toda nuestra piel.

Final feliz de nuestro principio

Te he estado buscando entre los dientes afilados del amor.

Entre el llanto venenoso del alma,
en el silencio espeso de la madrugada ausente,
sobre la angustia amarrada a un pecho que sabe.

Te he estado buscando en los lugares más oscuros,
en los sentimientos más sucios.

Y así no.

Entre la flor, y el poema, y la lluvia
entre la risa, y la rosa, y la espuma

en el equilibrio indescriptible de la comunicación latente:

ahí estabas tú.

Pasos

A las puertas de un invierno enredado
aparecieron tus pasos

a las puertas de un invierno muriendo.

Tu rostro ha fundido el hielo de mi corazón solo.

Le devuelves el color de primavera
a mi mirada hueca.

El viento, y la ruina y el llanto
que se lo quede enero todo.



Decisión madrugada

Te despiertas de tu sueño inquebrantable.
Me tapas con la manta,
me quitas lo que te queda pendiente.
Me acoges en el cobijo de tus brazos.
Me quedo contigo:
espalda y pecho se rozan durmiendo.

De un beso

He colmado a estos labios de locura.
Mis manos se aferran a ti
a tu pelo y a tu rostro y a ti
en la mañana efímera.

Me he colmado de la locura del amor
me he embadurnado el cuerpo con su aroma
me he tejido el rostro con sus hilos

y ahora mis labios se pegan a ti
frenéticamente
en un beso dulce y violento
que aprieta fuerte contra sí las bocas
que obliga a abrir los ojos por sentir
y a no decir, y a no decir.

A despertarme

Abrir los ojos al calor de tu aliento instalado para siempre en la memoria de mi piel.
Distinguir por los ojos entreabiertos tu silueta borrosa.
Ser consciente.
Sonreírle a tu rostro. Recordar mi nombre.

lunes, 19 de marzo de 2012

Sentimientos

Te quiero con locura,
de la buena,
de la sana

de la que te recorre como un viaje largo
directo a las antípodas de la historia de tu vida
donde todo está arrasado

de la que te inunda y te remueve dentro
algo tan brillante que no puedes verlo
porque te deslumbra
porque se hace inmenso.

Te quiero con locura,
con todas mis fuerzas,
con todo mi ser,
con todas las palabras

con toda el alma colmada de tus ojos verdes y marrones,
de tu cara clara.

Comienzos eneros

Se te pliegan los párpados tan lentamente como llega el silencio
a un afuera que no sera jamás sino un adentro
y todo se tiñe de una calma roja casi oscura que me late
como el corazón apretado que quiere salirse del pecho

tus manos como fragmentos de infinito
ruedan por mi como agua pura que me salva

mírate con mis ojos
cúrame con los tuyos

Se te cierran los labios tan sutilmente como se acercan dos cuerpos
para poner límite a este aliento desbordado

y qué si nos vamos anticipando
al sudor del amor tranquilo en el invierno aguado

mejor cerrar tus ojos con mis manos.

Hogar en las afueras de la guerra

Un huracán girando alrededor,
una tormenta de mucho ruido,
un caos que repiquetea en las ventanas
de las murallas de tus brazos y yo
de ti y de mí
fraguando esta batalla en la mañana eterna.

Mucha lluvia como de sangre
y gritos desgarrando cada noche
hay odio, ira, rencor, pasión
de la mala
la que se desborda al otro lado

pero tú estás tan dormida
sobre mi pecho desnudo
respirando lentamente
en el rumor del tiempo detenido
la sábana está caliente
como nuestros cuerpos
todavía húmedos
y esa manera de cerrar los ojos que tú tienes
como si la noche apareciese de repente

haces que quiera replegarme sobre mi misma
hasta hacerme muy pequeña,
más todavía,
y que me lleves allá donde vayas
por tu mirada infinita.

Un huracán, y una tormenta
un caos de gritos, mucha ira
mucha sangre, mala sangre
veneno, claveles, espinas

lirios muertos
lilas de muerte

inundaciones, incendios, llaves
peleas en las orillas de los mares
todo males

y tu mirada brillante.

domingo, 18 de marzo de 2012

Navegante

Contemplar el viento dilatando tus pupilas
extendiendo el aliento, lento
de tu cuerpo hecho de fuego y agua
densidad húmeda que te recorre y que yo muerdo.
Vaciar tu lengua del olor de mi saliva
llegar hasta el último centímetro del hueco
y meter en los agujeros del alma corpórea lo que se puede.

Dibuja tu silueta en una ventana que no se abre
al trasluz de tus dedos dentro de todo lo que soy
no mires a la ausente como si siguiese perdida
solo anhelante de tus ojos que me tocan.

Prueba mirándome de espaldas
para decirme al oído todo sin palabras
con un leve gemido que nos empuje hacia delante
donde chocarnos suavemente en el infinito de ti,
antes

muerde el cuello que sostiene la verdad de tus curvas.

Y ahora posa tu cabeza sobre mis hombros
y déjame nadar por tus aguas
que lo inundan todo.

La noche en la noche

Toda la noche aspiro el lenguaje que me va consumiendo, como ver caer el agua que no será pronunciada. Me quejo de las migajas de ausencia que se dispersan entre mi amor, y yo, mi amada y yo, mi amante y su cuerpo y el mío y yo. La noche como vida, la vida como noche, el aire como ella. Respirar a las puertas del sentir ardiendo y no pensar en un qué ni un hasta donde. He corrido mucho sobre espinas de rosas sin pétalos, negras. Ahora podría meter el dedo en cada herida, pero las dejo al sol de la mañana para que terminen de cerrarse. He vuelto a mis palabras para despedirme de mi recrearme, ahora el lenguaje me cubre de una manera distinta, siempre la misma. No decir adiós a lo que no respira, cuántas tonterías.
Cogerte de forma argentina justo antes de que den las doce, las doce en un reloj que siempre marca las doce. Cogerte de forma argentina siempre. Hacerte el amor como se hacen el amor las palabras en un poema de Pizarnik, de cualquier genio del lenguaje: usando la lengua.

Toda la noche me amparo entre letras como consuelo de tu cuerpo que no viene, pero tu voz me envuelve al otro lado del espejo. La tristeza que acampaba en mí ha desalojado mis recovecos para darte tiempo de dormir conmigo, para que puedas amarme sin sufrir las ondas de la piedra eternamente lanzada a mi agua de lágrimas. Ahora ya no hay piedras, ni ondas, ni agua, si hay alguna lágrima es dulce. Qué sentido tiene bucear en ellas.

No sé qué digo ni dejo de decirlo. Solo ocúltame de este combate conmigo misma. Escóndeme de las sombras. Ahuyenta a los malos espíritus, los fantasmas que vienen a interponerse entre mí, a borrar la sonrisa que tú provocas.

Me abro a tu urgencia como las nubes alejándose después de llorar. Las montañas quedan mojadas como mi cuerpo. Y entonces se van. Y entonces tú vienes. No dejes de venir nunca. A por mí. A por mi mente. A por mi cuerpo. A por mi locura. A lo que quieras. Pero ven. Ven para volver sin haberte ido. Solo puedes irte para cerrar los ojos. Me gustan tus ojos cuando te cierras en ellos, como si escondieses un secreto no desvelado todavía, el resto del rostro sé leerlo con las manos. Tu ávida sonrisa me recuerda lo bueno de la vida. Y tus manos en mis manos. Y tus manos en mi pelo, en el origen de todo lo que soy porque me haces serlo. Te amo. No quisiera descubrir tan pronto el centro de mi lenguaje pero es éste, el te amo pronunciado, escrito, desvelado, sentido para siempre, instalado en mi ser como el hilo que lo teje. Ahora el silencio callado no estará nunca vacío. Sí lleno de miradas. Si dejo de hablar es para oírme. Tu rostro precioso se columpia como un niño a las puertas del amor.

No hay más para decir. Solo te oigo.

Del fin del mundo

Tiembla todo de repente,
se cae de la pared
al suelo
y el suelo se cae al techo de abajo
y el techo de abajo al suelo de arriba
y así
todo entero se cae este edificio de mundo
la vida se abisma poco a poco
y quedas tú
y quedan tus ojos
y tu sonrisa, y tu amor sincero
como única y última y suficiente
posibilidad de seguir con vida.

Ah, no anhelaba esta sensación
de acercarse tanto desde abajo
hasta alejarse en inmensidades
de este no volver
pero es verdad, ya no hay retorno.

Este silencio a voces,
este grito ahogado
este ambiente pesado que consume
las verdades mentiras que se han dicho siempre
no lo recordaba, lo había olvidado

qué difícil es, qué complicado
olvidar lo que no se ha visto
y lo que se creía que era nunca ha sido
y ya no es

las decepciones se van acumulando en la garganta
las grietas de la herida tienen nombres

pero, y qué
y qué y qué y qué y qué

el sol sale de nuevo
el viento denso explotará en nuestras cabezas
cuando cuerpos se encuentren con cuerpos

tu amor seguirá mañana, aquí
entre este pecho
el lazo que nos une se hallará más fuerte
el vínculo irrompible pronunciará su nombre

y qué,
y qué y qué y qué y qué

Eres todo.
Eso es bastante.




Eterno

Ojos,
otro poema,
uno solo no es suficiente.
Ojos, tus ojos
qué has hecho de mí, la ausente
te has comido los pedazos de una vida
tan agotada que no tiene sentido seguir pronunciando.

Ojos, tus ojos
tan preciosos como el alba a medio día

quisiera que fuera así siempre la existencia:
despertar contigo
al dulce rumor de la mañana helada
bajo una sábana cálida
dos cuerpos como uno solo
desnudos, por supuesto.

Ojos, otro poema
no acabarán jamás los poemas
que hablan de ti y de tus ojos
y de ti y de tu amor y de tus ojos
y de ti y de mi y de ti y de tus ojos
no acabarán,
no acabarán nunca

y lo que nos envuelve no acabará nunca.

El mundo en guerra

He dejado el corazón
allí, en el centro
los lobos aúllan a la mañana herida.

Tan deprisa como la luna
se van las sombras de mi órgano que late
como una bomba que estallará en cualquier instante.

Ahora alguien coge
un cuchillo, con tenedor
y se acerca a él con pasos cortos
mandíbula batiente

El mundo tiene hambre y sed de corazones inocentes.

He dejado el corazón
allí, en el centro
nadie ya se expone de una muerte tan obvia
tan dolorosa:
el tiempo nos ha enseñado a ser solo con nosotros mismos

Y a quien te hace una herida se le responde con un muro.

viernes, 16 de marzo de 2012

Esperando-te

El tiempo deja de pasar
llevo lo gris dentro de mí
lo oscuro, lo negro.
Me deshojo como en un jardín
al que de repente le llega el otoño.

No pongas al sol mi cuerpo porque lloraré
rodeada del mundo
como el amante que se deshace a media noche.

Volver a la casa olvidada
donde yacen mis huesos azules
buscando el horizonte derruido.

El motor se ha parado
en este vuelo suspendido
y hay voces
que me sangran hablando.

Tengo que dejar de escribir lo abstracto
de tocar lo abstracto
de amar lo abstracto

solo a ti,
lo que tú eres.

jueves, 15 de marzo de 2012

Enfrentamiento

Ah, la noche así, tan fría
en mi pecho desnudo después de jugar con tu cuerpo
ojalá durmiese como lo haces
sin ese peso de existencia cayendo en los dos hombros

huele a muerte allí donde voy
no quisiera estar triste esta noche

pero las no palabras que me responden
a mi odiada sinceridad marchita
me alaban las ganas de seguir con vida.

Ah, la noche así, tan vacía
y tú tan lejos, soñando
no me dejes en la soledad que es mía
no me dejes conmigo
con esta cabeza
tan sedienta de palabras que es capaz
de traspasar ese camino
ese límite, ese delirio
donde la locura se vuelve enfermedad

vuelve de donde te fuiste
para salvarme en esta noche negra
de lo que se me come por dentro
de esta tristeza
tan abierta que no parece mía

vuelve de donde te has ido
para salvarme de este cuerpo carcomido
por el tiempo y por el sueño
por la ausencia
por tu ausencia

no me aguanto más delante del espejo.

Cristales

A veces, como una intrusa
me desligo de las voces que me escuchan y yo hablo
enmudeciendo mi ser como una roca en el acantilado
crezco de no ser

nadie entiende cuando viene el fantasma
palabras vacías para tapar una herida

mi vida duerme

qué he hecho de mi vida

tal vez cante un pájaro en la madrugada

de momento un borracho al piano se aferra
como si no hubiese mañana
como si no

no existe el cuando en tantos motivos

solo cerrar los ojos para no acabar deshecho

quisiera pensar que la rosa
la piedra, la llave, la lila, la vida

podrían abismarse en tus ojos
si se lo propusiesen

pero unos ojos azules tocaban el órgano
y ahora todo eso ha caído en el olvido

quizá son solo delirios
tal vez
debería empezar a dejar de beber

ese aliento que se agrupa en tu habitación
cuando amo a tu ausente

como sea
no importa

el chasquido del quejido del aullido sinsentido
vuelve una, y otra, y otra vez

joderme la cabeza con fantasmas del pasado

que siempre vuelven en cada decepción ceñida
a mi alma gris hecha de paja y alambre.

Qué agonía de vida,
qué agonía de muerte.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Para un todo

Te amo
como si crujiese una rama rota bajo los pies
anunciando su existencia
como la vida del ser más minúsculo
voy superando los límites más obvios
y los no desnudos

he vaciado el silencio no vacío

Te amo
y parece que el alma me llenase la boca
hasta no poder tragar más dolor del que he tenido
mis fragmentos se arremolinan en tu pecho
se van encajando hasta formar
una figura que lleva mi nombre

tengo dentro todo lo que se siente

Te amo
y se complacen cada día mis entrañas
al retorcerse ilesas en tu cuerpo blando como de cama
indolora es tu mirada
que me atraviesa quitándome la ropa

visten mis ojos blanco al mostrarme tal cual era

Te amo
cada vez que cambias tu silueta entre la sábana
y me arrancas de mi sueño, que es tiempo perdido
para recordarme que sigues aquí
que no ha amanecido.

Compañía eterna

Silencio a oscuras,
apago la luz para no hacer ruido
a lo lejos una voz ahogada
se lamenta de la soledad sin nombre
como antes, como yo
en una noche como estas
ahora llena

puertas que se abren dentro
de puertas que se cierran

amarte con el corazón entre los dientes
contra corriente
con todas mis fuerzas

si nado sola hacia lo que tú eres
no volverá a existir la ausencia.

Hojas caducas

El latente laberinto en equilibrio
de mí, lo ausente
vas despertando el instinto
de la felicidad obviada

como un abismo que crece entre dos puentes
los de tus ojos

seguir recorriendo el perfil de tus labios
encontrarme nadando
a mí misma, la niña perdida del país sin tiempo
como un rostro ávido
sediento de sonrisas y saber
tirando piedras a un lago
que no rebotan
que se hunden
que sí rebotan
que hacen ondas
que flotan

me deshojo entre mis escombros
me despojo de lo que me cubre
me contemplan tus dos ojos
en mi desnudez perpetua.

martes, 13 de marzo de 2012

De cómo escribir sin palabras

Leo en tus gestos mucho más que en las palabras
el aliento eterno de lo que fundamenta la vida
como una señal inconclusa
el abismo de mi voz se escapa
y si enmudece no importa nada

la pérdida de la emoción abstracta
reside en cerrar los ojos
cuando estás cerca para no verte
en dormir, en no mirarte
cuando estás a punto de reír como lo haces

consagrada mi alma a las palabras
ya nada tiene sentido

ni el poema tiene destino
si no son tus gestos
lo que los versos trazan.

lunes, 12 de marzo de 2012

Rescate

Se han espantado los lobos
de este camino de espinas
como aullar a la luna una herida.

Vamos caminando.

La memoria va dejando atrás
las palabras que brotan de la boca
como recuerdos perfilados en el borde
de un pasado jamás evocado para siempre.

Seguimos caminando.

Agua pura al otro lado del espejo
donde respirar es posible
sin ese aire condensado
que se agrupa en partículas densas
hasta que no se puede

pájaros blancos al otro lado del cielo
nos miran bebiéndonos

me he sentado a contemplar mi vida en un instante

en el lugar en el que me quedaré siempre
entre tus ojos verdes
sobre tu tierra firme

extender los brazos hacia lo más verdadero
sostener tu olor envolviendo el aire denso

Se han espantado los lobos
de este camino de espinas
solo quedan dos leones
y el agua y las nubes
y tu sonrisa.

Daños colaterales

Mira estos ojos antes míos
vaciados del brillo de ayer
tan solo un hilo
de día les queda
por tu infinita hipérbole de vida.

Las piedras que arrojas al agua
caen a peso muerto
y no matan

pero yo estoy donde las ondas

me duele la sombra de la piedra que lanzas.

De no ser consecuente

El compromiso vital de lo que somos
ligado a las palabras pronunciadas
cuando los hechos no son fieles al espejo
todo se tiñe de un humo muy negro
como la vaguedad de hablar con lápiz
como lo efímero de escribir sin ojos.
No queda nada
quizá sí queda
lo que resta se va pudriendo
en tu mirada hueca.

Deslealtad ejemplar

Tus ojos dan luz
en esta sombra vaciada,
esparcida en mí
y alrededor
por fuerzas que luchan contra el equilibrio

dónde lo que no se puede:
en las decepciones que se acumulan
lentamente en la garganta.

Decepciones

En la densidad oscura
me estiran brazos de mis brazos
de mis piernas
mi cintura

de mi cabeza

¡que la arranquen!
que arranquen de mí esta locura.

Me cubren el rostro con las manos
ahogándome en lo más verdadero:
quieren que me haga fragmentos.

domingo, 11 de marzo de 2012

Des-trozos

Me arden los ojos vaciados
En un fuego más ridículo que el suicidio
Correr por los hilos que unen todo
Que lo atan
Que lo destrozan
Mi yo separado de mi vida
Mi yo esparcido por el suelo
Como un cúmulo de risas
De mentiras
De la nada ahogándose en el agua.
Mi yo hueco de todo contenido
Desgajado a la fuerza
De otros similares
Que se alejan.
De la amistad sangrante
y la vertiente que va a morir al río de la soledad marchita.

La oscuridad

Nada más intenso que tú
que el olor de tu ropa en mi cama
la noche vacía sin tu cuerpo desnudo
desdibuja la madrugada

volverás como siempre
volverás mañana

a mi memoria oscura de ti la inundas
a mi cabeza inmunda
a mi locura
todo de ti, todo tu nombre

volverás como vuelves
sin irte
para poder dormir
para poder vivir
para poder

para quererte.

Ligera densidad

Y nadie me comprende. Yo sé que la vida, que el amor, deben cambiar.
Pizarnik


Todo lo han cambiado
tus ojos al venir con vida
a esta ceremonia impura
que era yo
día tras día
en el silencio de los cuerpos fundidos
quisiera pensar que no hay más
no
no habrá nunca nada más
que este corazón tuyo, entero
devorado a mordiscos
recompuesto a pedazos
salvado por tu mirada, únicamente

surges antes de lo previsto
brotas de lo nunca esperado

vienes para quedarte.

martes, 6 de marzo de 2012

Quererte

En el otro lado
donde lo imposible despunta
el cielo es azul témpera desteñido
el amanecer desbocado quedará suspendido
ante el paso del tiempo con actitud polvorienta

en el otro lado me esperas
como lo que yo no esperaba
lo que no existía sin tu nombre
lo que ya no vale sin tu rostro

este amor fuego intenso que me lleva
este amor de todo que me llena.

lunes, 5 de marzo de 2012

Siempre

Rehén de tus gestos cuando callas
he vivido días como colores sin sombras
enganchada para siempre a tu memoria
en los perfiles trazados de tu rostro
donde el amor es posible.

Eres la textura de mi ser.

Reencuentro de sentidos

Tu cuerpo se abre
a la dulce urgencia del rocío

recorrer el camino en el viaje
por tu piel desnuda
hasta el hogar que tú eres
que me llama

amarte lentamente
hasta perder la mirada.

Paseos rodados

Extraña que fui
cuando lo gobernaba todo un vacío
el viento azotando el corazón

se desvisten palabras escritas
con un puño y una mano
que ya no importan

de lo que no existe
más allá de un recuerdo

y ahora tus miradas
y tus palabras, y tus sonrisas, y tú
y tu cuerpo, y tus ojos, y tus manos, y tú
y tú y todo
ardiendo lentamente en la mañana eterna

de no quererte,
que me corten la lengua
y se mueran mis poemas

de no quererte, que muera.

Extraña que fui

me has encontrado
y me has dado un nombre.

viernes, 2 de marzo de 2012

La herida que amanece

Y sigue quemándome dentro
el amor por ti que crece
como una lluvia espesa

cae con fuerza
disolviéndo mi angustia

la luz de ti que brilla
la luz de ti que alumbra
sin bruma, de pluma,

ha matado por completo a la sombra que he sido

vagar por la vida
sangrando palabras
aullando a la luna
en madrugadas
que desgarran

llorar hasta agotarse el aliento

de eso, amada,
de eso

no queda nada.