me desligo de las voces que me escuchan y yo hablo
enmudeciendo mi ser como una roca en el acantilado
crezco de no ser
nadie entiende cuando viene el fantasma
palabras vacías para tapar una herida
mi vida duerme
qué he hecho de mi vida
tal vez cante un pájaro en la madrugada
de momento un borracho al piano se aferra
como si no hubiese mañana
como si no
no existe el cuando en tantos motivos
solo cerrar los ojos para no acabar deshecho
quisiera pensar que la rosa
la piedra, la llave, la lila, la vida
podrían abismarse en tus ojos
si se lo propusiesen
pero unos ojos azules tocaban el órgano
y ahora todo eso ha caído en el olvido
quizá son solo delirios
tal vez
debería empezar a dejar de beber
ese aliento que se agrupa en tu habitación
cuando amo a tu ausente
como sea
no importa
el chasquido del quejido del aullido sinsentido
vuelve una, y otra, y otra vez
joderme la cabeza con fantasmas del pasado
que siempre vuelven en cada decepción ceñida
a mi alma gris hecha de paja y alambre.
Qué agonía de vida,
qué agonía de muerte.
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