Me arden los ojos vaciados
En un fuego más ridículo que el suicidio
Correr por los hilos que unen todo
Que lo atan
Que lo destrozan
Mi yo separado de mi vida
Mi yo esparcido por el suelo
Como un cúmulo de risas
De mentiras
De la nada ahogándose en el agua.
Mi yo hueco de todo contenido
Desgajado a la fuerza
De otros similares
Que se alejan.
De la amistad sangrante
y la vertiente que va a morir al río de la soledad marchita.
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