He llegado a ese lugar en el que nada es para siempre. Está oscuro y hace frío. Hace mucho frío. No hay nada alrededor, porque todo lo demás es ajeno, y está de menos.
He llegado a ese lugar en el que se rompen los sueños, y me han saltado al estallar trocitos de cristal. Apenas los siento, y sin embargo sé que se me va escapando el alma en cada herida sin cerrar. He llegado del dolor al umbral.
Hay un vacío que voy llenando casi sin quererlo de recuerdos nuestros muertos. Se van hundiendo... y yo con ellos. No veo, no quiero, no puedo respirar. Me ahogo, pero no muero. Muevo el silencio que me envuelve, por si estás detrás.
He llegado a ese lugar en el que nada importa, en el que las palabras quedan cortas y las fuerzas fallan y dejan de andar. No puedo más. Tengo miedo. Tengo frío. Tengo sueño. Angustia. Necesito escapar.
Tiño el aire con pesado aliento. Doy vueltas sobre el mismo centro. Un naufragio inexorable de silencio. Una irremediable bocanada de tiempo. Me pierdo.
He llegado a ese lugar en el que tú no estás
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario