domingo, 3 de enero de 2010

A tus manos

Tú tienes un don

que tiene al mismo tiempo una pareja.

Tú tienes dos dones

que, sin serlo, son iguales.

Tú tienes un don

que tiene a su vez una réplica,

exacta copia contraria a la verdadera.

Son capaces tus dones

de hacer que escuche mi corazón palpitando

si con ellos me acaricias muy despacio

el pelo, el cuello,

el alma y el cuerpo.

Tú tienes dos dones

que se forman donde acaban tus brazos.

Diez son los milagros

que me rozan en silencio y sin pensarlo.

¿Qué no daría yo

por enlazarlos con mis simples manos?

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