sábado, 26 de febrero de 2011

El mundo se detuvo anoche

El mundo se detuvo anoche
Irremediable
Rompimos las barreras con los labios.
El mundo se detuvo en el desastre.
Tú estabas preciosa,
Y yo radiante.

Hoy primavera

El invierno se fue
y llegó la primavera
alterando la sangre
mis pies,
y mi vida entera.

Entre mis dedos tu pelo
sin quererlo se enreda
y yo me hundo entre sonrisas
de niña buena.

El invierno se fue
llevándose con él
a aquella que parecía eterna.

Pero la vida
de forma constante
comienza.

Y ya veo a alguien
que se acerca sin ritmo
con paso de abismo
mostrando un atisbo
de flores radiantes,
de soles y noches.

El invierno se fue
y con él
se fueron
el dolor y el llanto,
las historias viejas,
las sonrisas de papel
el dar sin cambio.

El invierno se fue
para no volver,
y algo comienza
sin saber qué.

Me encanta la primavera.

La última página

Una página
vuela.
Una última página
revolotea.

Una página
escrita en cursiva
con sangres de herida
pasa.
Se oye el estruendo
el eco del viento
el grito del tiempo.

Una página
viaja en mi cabeza,
camina en el espacio
con palabras huecas.

Una página,
una simple blanca página,
desafía a toda una novela
que se torna semejante
a La Historia Interminable
queriendo que acabe.

Una página
vuela
valiente.
El viento sopla y se la lleva,
desaparece.
Página andante,
encuadernada a un quererte
pasa y se posa
de repente.
Ya no leo lo que pone.

Y cuando la última página pasa
la vida sigue adelante.
El sol va entrando,
ya no te veo, y es temprano.

¿Qué más puedo pedir?

Nada.

Me despido de ti.

Adiós, nada

El final
llegó
mucho antes de decir adiós.
Quisimos alargarlo
por no romper lo que hicimos,
y nos rompimos las dos.

Fuimos al pasado
viviendo de recuerdos
pero el pasado ya no estaba.
Nos dormimos en la nada.

La nada ya se va,
se va como te vas,
y dejamos de ser dos.

Tú trajiste hace tiempo el final.
Yo hoy te digo adiós.

Para olvidarte

Para olvidarte
No hace falta más
Que leer en tu semblante,
En las palabras que no haces,
En los gestos que no escondes.
Para olvidarte
No hace falta más
Que perderme en la obviedad
De que no me quieres .

Y en tu no querer aún gritarás
Que me quieres todavía más.

Pero yo no escucho ya

sábado, 5 de febrero de 2011

Mi combustión

Has puesto tú el empeño
En despertar el sueño
Que dormimos hace un año,
Cientos; clara brisa en amor cierto
Ahogada, parada, abatida
Sin calma, sin prisa, sin bruma,
Sin aliento
Sin vida.

Has hecho tú el esfuerzo
De esta despedida, de este tiempo
Parado, sombrío
¡Que se cae a pedazos!
Como si no hubiese existido
Jamás, jamás debería
Haberme perdido

Has hecho tú el daño
Tú lo has quemado
Todo, lo has arrasado
Todo, lo has abrasado
Todo.
Me has incendiado.

Has hecho tú, has hecho tú
De este castillo de arena
En las playas de Donosti, las ruinas.
De este viento huracanado
Un hálito sin brisa.
De este gas evaporado
Un espacio con espinas.
De esta ventana de cristal
Unas persianas de cortinas.
De este cuerpo desnudo de disfraz
Una piel llena de heridas.
De estas palabras que se van
Una amarga despedida.

Has gastado fuerzas, tiempo
Lágrimas, sangre, saliva
Y mi confianza plena
Mi eterna confianza llena
Es ahora una jarra de agua helada vacía.

Has roto cristales, ojos
Miradas, recuerdos, sonrisas,
Y mi amor completo detenido
En un lapso de tiempo infinito,
Hasta convertirlo en un reloj
Que avanza muy deprisa,
Tan deprisa
Que, de forma inevitable,
Te olvida.

Yo estaré fuera

Yo estaré fuera
por un millón de años.
En un millón de noches
no extrañaré tus labios

Yo estaré muy lejos
Donde no puedas buscarme

Estaré donde se esconden
Las piedras preciosas
Las miradas que importan
Las almas llenas
Las mentes grandiosas
Porque todo, todo
Todo y eso
Todo y más
Todo, eso y mucho más
Eso y todo es lo que soy

Todo eso y nada más
Que nada más que todo eso

Yo estaré en secreto
Lejos, en el centro
Tú estarás a un lado
Y no serás
Sino un punto pequeño en el margen borrado

Yo estaré tan lejos
Que dejarás de conocerme

No hace falta que lo intentes
Ni que vuelvas a buscarme

Nunca has sabido quererme
No te quiero como antes