Por qué tuviste que arrancar
la mariposa que plantaste de mi tripa.
Por qué me convertiste en ave
antes de darme alas para volar.
Las cicatrices
van dibujando por mi cuerpo
un camino de terror muy puro.
Duelen
mucho
Pero no hay otra opción.
Solo lamerlas llenando mi boca de sangre
para no vaciarla de ira.
lunes, 2 de noviembre de 2015
No sé dirigir el trueno
Algo tengo que hacer con el trueno
la manzana ávida
se despereza a trompicones
y la angustia me invade
como un lirio quemado
dentro de mi sexo.
Hay promesas que están hechas
de un arte especial
para no cumplirlas.
Quiero escapar de este cuerpo podrido.
La lluvia me atraviesa la piel
cuánto
sufro
cuánto
sufro
Y de nuevo
intento refugiarme
trato de apresarlo entre los dedos
gesto inútil:
de nuevo el trueno.
La urgencia me desangra.
He de construir mi refugio
porque sino, dentro de seis días,
solo seré aire irrespirable.
la manzana ávida
se despereza a trompicones
y la angustia me invade
como un lirio quemado
dentro de mi sexo.
Hay promesas que están hechas
de un arte especial
para no cumplirlas.
Quiero escapar de este cuerpo podrido.
La lluvia me atraviesa la piel
cuánto
sufro
cuánto
sufro
Y de nuevo
intento refugiarme
trato de apresarlo entre los dedos
gesto inútil:
de nuevo el trueno.
La urgencia me desangra.
He de construir mi refugio
porque sino, dentro de seis días,
solo seré aire irrespirable.
Temblor de noviembre
Tu llegada
supone para mí
el sudor de un esfuerzo demasiado inútil.
Tu llegada a mi ciudad
es una perversión abrupta
gradual
quiero ser un libro
un pez, una cobarde
un cuchillo
quiero ser la roca
precipitada ante el seísmo
quiero convertirme en gato
en tierra, en gusano.
Tu llegada me marchita
no hay por qué ocultarlo
y dentro de mí
solo
delante del espejo
y en un susurro
confieso
que en mis labios
aún me quema tu lengua.
supone para mí
el sudor de un esfuerzo demasiado inútil.
Tu llegada a mi ciudad
es una perversión abrupta
gradual
quiero ser un libro
un pez, una cobarde
un cuchillo
quiero ser la roca
precipitada ante el seísmo
quiero convertirme en gato
en tierra, en gusano.
Tu llegada me marchita
no hay por qué ocultarlo
y dentro de mí
solo
delante del espejo
y en un susurro
confieso
que en mis labios
aún me quema tu lengua.
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