Tu llegada
supone para mí
el sudor de un esfuerzo demasiado inútil.
Tu llegada a mi ciudad
es una perversión abrupta
gradual
quiero ser un libro
un pez, una cobarde
un cuchillo
quiero ser la roca
precipitada ante el seísmo
quiero convertirme en gato
en tierra, en gusano.
Tu llegada me marchita
no hay por qué ocultarlo
y dentro de mí
solo
delante del espejo
y en un susurro
confieso
que en mis labios
aún me quema tu lengua.
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