miércoles, 30 de diciembre de 2015

No te falles

Para mí


Nunca has creído en los fantasmas
por eso, cuando ves los árboles llorando,
quieres enroscar tu pena entre sus ramas.

Nunca pensaste que te adentrarías sola
en un océano salado con tus miedos
pero el mar te acabó volviendo pájaro.

Siempre has tenido un gesto extraño
derrumbándote ante el golpe de la brisa
y resistiendo el mordisco de serpiente
incrustado entre la piel.

Pero hay algo de ti,
algo que incluso cuando te miras
con luz y con tiempo
no consigues saber.

Solo tú eres capaz de ver
la belleza que se enreda en las pestañas.

Solo tú puedes cuidarte
como necesitas que te cuiden,
como quieras salvarte.

Llena tu vida de errores,
¡adelante!
Teje con ellos el abrigo del aprendizaje.
Pero no te falles,
Amiga, no te falles.

lunes, 28 de diciembre de 2015

Veinticuatro horas después del derrumbe
la luz se ha apagado por completo,
tengo heridas en cada parcela de mi cuerpo
y una cosa es clara:

todavía quedan cinco días para que venga el rescate.

Me preparo para dejar que mis huesos se congelen
o para levantarme sola de mi propio cadáver.

El escapista



He pasado el día en mis escombros,
donde los huesos fagocitados tiemblan
donde el olor a carne quemada cubre todo el oxígeno.

Salí a dar un paseo
en busca de la pureza de Ser
pero solo hallé simulacro.

Existe un pájaro enjaulado
en cada entraña todavía viva
culpable de que toda mirada
se tiña sin quererlo de alguna sombra
carente de sonrisa.

El mío, por fin, ha hablado:
me ha dejado desnuda de secretos
en el centro de lo más temible de mí misma.

Ahora ya sabes por qué habito en mis escombros
y me alimento de la esencia de no Ser.


Me he dejado sentir sin límite.
La cobardía se hizo sombra
acompañando mis pies en cada esquina,
pero la noche siempre es amiga para su huida.

Me he dejado sentir sin límite
y ahora soy una cara sin rostro
una mueca de dolor informe,
unas huellas sin identidad.

El sufrimiento es irreversible en esta capa, profunda, de mi piel.

Este es el precio de la valentía que nació
igual que un niño no querido.