Veinticuatro horas después del derrumbe
la luz se ha apagado por completo,
tengo heridas en cada parcela de mi cuerpo
y una cosa es clara:
todavía quedan cinco días para que venga el rescate.
Me preparo para dejar que mis huesos se congelen
o para levantarme sola de mi propio cadáver.
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Devastadoramente hermoso.
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