Estoy a salvo.
Estoy lejos de la barbarie,
de las líneas rojas que se cruzan
de forma impune.
Lejos de la angustia,
de los gritos,
de la tensión,
del control,
y del miedo sistemático.
No vine aquí
para nada
de lo que me tenían destinado.
No vine aquí para el dolor,
no vine aquí para el abuso,
no vine aquí para una violación del alma.
Pero ahora sé
que llegué allí para vivirlo,
que salí de allí para contarlo,
para escribirlo.
Me quisieron anulada.
Me construí superviviente.
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