No he sabido cómo hacer.
Tal vez las palabras no hablan
pero esas pecas dibujan un camino inconfundible
y lo sigo imperturbable hasta ti.
Las alas se escaparon de la jaula.
Te crees nacer.
Te crees renacer entre mis piernas
El sol amaneció ensangrentado en primavera:
ya caen las hojas de mis manos de poeta.
Explótame dentro
como si yo fuese un corazón hecho de agua
y tú
el fuego más intenso
y tú
mi león en la sabana
ovillado entre mi sábana
Y tú
cancerbera del alma
desplaza mis tristezas
como espuma por la arena
como danza entre la niebla
como bruma, como pluma, como tierra.
Y tú
valiente compañera
guíame por la batalla
cuando las dudas me ciegan
Y tú
dormilona encantadora
descubre cómo mi ternura,
al hallar mi piel
mezclada con tu piel
desnuda
justo antes del amanecer,
los ojos, el cuerpo y las entrañas me inunda.
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