Las notas suenan
las cuerdas golpean,
me ahogan.
Las teclas sangran
retumban en esta habitación.
Quiero salir.
¡Traed las ventanas!
¡Prendedle fuego al piano!
Si no lo tocas tú,
si no es tu alma la que brota,
si no son tus manos las que golpean el aire,
las que se mueven por el mar
blanco y negro
negro y blanco
provocando el oleaje
sonoro océano inconcluso,
valiente expresión,
mi ausente confuso,
si no son tus sentimientos y tus ojos
los que guían el sonido que lo inunda todo...
¡que se muera la música!
clavadle cuchillos,
colgadle del cielo
que llegue el silencio...
y que broten mis palabras en este echarte de menos.
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