Ha sobrevenido el cambio
como una bala abierta desplegada
el acontecimiento te desborda
estalla en la franja de tus labios
en la comisura I del imprevisto:
adjetivo exacto.
Ha sobrevenido el cambio
pero no era azul como tu pecho
ha sido una tormenta gris púrpura
que no nos dejaba oír los latidos de la otra.
Para que sucediese tenía que ser imposible,
debía ser inaprensible para que al fin llegase
tan increíble como una fractura en el número doce.
La ceguera me deslumbra.
¿Cómo seguir tras el acontecimiento?
El huracán ha arrasado los cimientos
no hay referente tras la masacre
no hay palabras, no hay llave.
¿Cómo levantar los párpados ciegos
y volver a mirar sin vergüenza
y estrechar un abrazo en tinieblas
y empezar a vivir por las buenas?
Tal vez asumir lo incontenible,
aprender sintiendo a ciegas.
Soy una perfecta imperfecta.
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