domingo, 20 de marzo de 2016

Semillas

La ceguera de nuestros cuerpos
me revela que tu agua es tuya
pero quiero lamerla
como si fuese una herida.

Inesperadamente existes
habitando en mi agujero
y me contraigo, y me contraigo
queriendo tragarte, dentro.

Tu aliento me despeina la oreja
como si ése fuese el único espacio
que hay sobre la Tierra.

Las semillas de tu pecho
se cuelan entre mis dedos
y quiero amarrarlas
lento, fuerte, en mi deseo.

Del mapa de tu espalda
irán brotando
de pronto, alas

y soltarás toda la tensión de tu placer acumulada.

Cuando la ceguera de nuestros cuerpos
sin previo aviso, se encuentra,,
recuerdo que mi falta no existe
que mi carencia es ya una ausencia.








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