Yo solía tener una gata
blanca y parda con ojos azules
que sabía dormir y querer
como ningún ser humano sabe hacerlo:
rozando lo absoluto.
Yo solía tener miedo a la oscuridad
pero solo antes de cerrar los ojos
y decidir por mí misma ver en negro.
A veces cuento ausencias cuando nadie me ve.
Yo solía tener muchas cosas
que siempre estaban en el mismo lugar.
De esas me quedan pocas
me queda, tal vez, la soledad.
Ahora tengo
mis miedos mis fantasmas
mis versos mis viajes
todos mis superpoderes
y un folio en blanco
para reinventarme y decidir
en qué clase de persona
jamás quiero convertirme.
La deriva de mi Yo
no la he decidido todavía
ni lo haré.
No soy capaz de elegir solo una:
hay demasiadas vidas
que merece la pena ser vividas.
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