viernes, 1 de diciembre de 2017

El día amaneció
lleno de lluvia y fantasmas

la luz era amarga y su sabor tenue.

Entonces llegó
un pensamiento justo a tiempo:

tengo aire en los pulmones
una libreta nueva en blanco
y esa niña interior bailando en mis zapatos.


Un guiño al espejo,
un té caliente,
un abrazo de oso,

y ya no llueve.

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