lunes, 24 de septiembre de 2012

Manta de carne

A mi desnuda abatida cubierta de frío caluroso
a mi secreto a voces:

tu piel incognoscible
tu superficie moteada inclasificable
a mi los besos de tus labios y su densidad
a mi tu cuerpo dibujado alguno de esos abriles

vacío en una cama desierta

tu piel lisa y clara recorrida entre las yemas
marca un sendero recto debajo de mis dedos
es el que habré de seguir
escudada en la ingenuidad eterna

subraya tus suspiros en mis zonas naturales

señala multiforme tu mirada en mi fuego elemental

y cúrame de todo,
mi redentora desnuda,

quema la ropa y la máscara

bebe el jugo y mi carne

no habré de sangrar nunca si no es de amor

mi líquido encarnado se disolverá tras tus papilas

mi espurio corazón se admirará ante tus pupilas


y querrá Ser

siempre

digno de tu cuerpo desnudo desvelando la mañana muda


y anhelará Ser

siempre

legítimo de tu cabeza hirviendo esas mil Ideas tuyas


y aspirará Ser

siempre


el cuerpo proyectado en el final de tu cuerpo,

la piel que se prolonga cuando acaba tu piel.






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