Se acabó.
Todo corría ensimismado hacia el borde
las voces cantaban sin sombra
se precipitaban
cada una de las que he sido
tirándose de los pelos
arrancándose la piel la una a la otra
disputándose el puesto de la actualidad
corrían sin darse cuenta hacia el abismo
hacia el bosque donde la tierra termina
al pie de una montaña indescifrable
avanzaban inconscientes
sin darse cuenta de lo que iba a suceder:
el olvido.
Muertas ya todas las que he sido
me arrastro por el suelo como un insecto sin dueño
y me levanto de mi propio cadáver
para inventarme de nuevo.
Se acabó.
Todo corría ensimismado y desapareció en el horizonte
ya no soy más que un vacío en el espejo
ya no soy más
que la ausencia del pasado
y la promesa de una creación constante
en el íntimo abrigo del invierno.
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