La luz es demasiado intensa
para un suicidio.
Mi cuerpo aún no se ha despertado.
Abro los ojos como un cadáver
al filo de la tierra que me cubre.
Las palabras salieron disparadas
deslizándose sin tregua en la garganta.
Los oídos se cerraron.
Había voz, pero no llave.
Hay un muro enroscado entre las piedras.
El muro enroscado entre las piedras
es insalvable.
La distancia es brutal.
Las diferencias nos desmarcan.
Nos desgarran.
Si no logro salvar lo imposible de mi adentro
jamás podré salir a otro universo:
a cualquier otro cuerpo que espere un encuentro con mi cuerpo.
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