domingo, 23 de diciembre de 2012

Angustiosa desolación

Quiero recogerme en mí hasta no existir
estoy bebiendo mi locura con los ojos cerrados
me he remangado los brazos y ahora ya no hay quien me pare
voy a perder la cabeza hasta tirar los pelos por la ventana
¡arráncamelos!
para ver si sigo viviendo
¡arrójamelos!
soy una piedra inerte y no siento nada
no siento nada no siento nada excepto esta angustia
excepto este dolor inclasificable
es agudo y está detrás de las orejas
me sangran los ojos henchidos de toda la mierda del mundo
me brotan llagas por la boca espumosa de rabia.

Voy a recogerme en mí hasta no poder respirar
voy a doblar mi Ser mutilado en trozos crudos
pintarme las ojeras con el mismo color a fracaso
vestirme mi cuerpo colmado de arañazos
¡desvestirmelo! aunque no quiera
¡forcejear con mi fuerza!

Me atáis entre todos de pies y manos
me tapais la boca para que no pueda gritar
para que no pueda escribir las palabras más verdaderas
lo único que importa

me oprimís entre todos en una conspiración lenta y espontánea
donde nunca más pueda volver a ver la luz
donde siempre dude de lo que lea aunque escriba lo que creo cierto

no podéis estar siempre persiguiendo a una sombra
no se puede apresar, a mí, la ausente

yo escaparé entre los lirios enterrados de lo que queda dentro

yo volveré a destruirme para vagar errando entre las esquinas del mundo...

quiero desaparecer entre mí misma para que nadie pueda verme
quiero que nadie me llame
quiero esta soledad
¡dejadme sola!

yo amaré para siempre el silencio

yo anhelare siempre el no volver
el no poder decir
-hola-
a cualquiera que pase a mi lado

no habrá sombra entre la sombra de mi sombra que escribo

solo mi incapacidad despierta para torturarme

solo mi no-poder

no tengo poder alguno para crucificar al fantasma.

Pero ya vuelve la locura errada
la locura helada que me mata en espirales lentas
en las madrugadas dulces del rocío insecable.

Yo antes amaba la noche
ahora se abalanza sobre mí
demasiado pronto
desde las seis de la tarde en mí ya es muy tarde
desde las seis que amanece en mí ya es de noche

en mí siempre noche cerrada
que me define
que me describe

traed ya la luna clara.

¡Pero que no!
¡Que me pliego entre mi misma para no existirme!

He bebido a puñados el dolor
he comido a sorbos todo lo que no se puede

las palabras indecibles son las que yo quiero para mí
ese sentimiento inarticulable
ese clamor en el pecho
esa avalancha de sudores férreos

ese barranco imperecedero de matices nunca negros.

Ahora dime tú
quién voy a ser yo
si me estoy plegando dentro de mí misma
y tú ya no estás al otro lado de mi espejo.

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