Tengo un agujero en el pecho,
tengo entre los dientes un fuego abrasador
me está consumiendo
me estás consumiendo.
Tengo entre las manos una impotencia
que habré de ver estallar por los aires
una esperanza siempre muerta.
Y aunque expulse todas las sombras de mi mente
para poder decir que sigo viva, luchando, en la guerra...
miro a mi lado y tú ya no estás en la trinchera.
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Que lo que ni el afán del desgarro derribo de la dura muralla, de caiga en llama, vida, olvide en pozo, energía.
ResponderEliminarQue siga viva la más fuerte de las alegrías, proveniente de las almas más cautivas.
Sonría!