Me hierves aquí dentro.
Similar a un asalto a las palabras
consumes en mi Ser todo el azul desteñido
y yo grito justo antes de caer al suelo
a veces se me olvida que se olvida.
Me hierves aquí dentro
como una semilla recientemente descubierta
y no lo puedes entender
porque estás fuera
y yo no sé decirlo
porque soy poeta
pero me encantaría que sepas
que si no me hirvieses estaría ciega y sentada
abatida en este pedazo de vida que me ha tocado
negándome a jugar
yo no sé decirlo porque las palabras me odian
pero ojalá algún día supieras
que todo es nada hasta que regresas.
Que igual he estado tan nublada
ha habido tan poca luz
me he atardecido en el invierno helado
que no te he visto regresar.
Pero me hierves aquí dentro
y tu olor se me pega en la piel como tu piel
y hay besos que me llevan lejos de todo y cerca de ti
soy una niña abandonada y muerta de frío
se me ha colado entre los huesos y el corazón
se me han gastado las ideas y las fuerzas
el mundo es tan cruel que no quiero salir de tus piernas
pero no me arranques del césped todavía
no me cuelgues todavía de las patas traseras
quiero volver a proyectarme en tu Ser
ese que se expande, ese
que es una extensión eterna de luz sincera
y morirme de calor en tu espalda de pecas
y espantar el frío.
Refúgiame del mundo,
solo hoy,
dame cobijo
desnúdame y reinvéntame como solo tú sabes
hacer conmigo
para salir mañana, de la mano, del escondite.
Nunca dejes de hervirme.
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