lunes, 13 de mayo de 2013

Sobre el paso absurdo de la vida


Barcos perfectos en la noche
surcan al poeta que no tiene nombre.
Aunque todo, el tiempo, lo aguarde
querer es poder olvidar sin rabia
querer es poder levantarse de un cadáver.

El silencio me ilumina
y alguien, a lo lejos, canta.

Van los botes de los sueños
por la nube a la deriva.

Y todas las tristezas del mundo
que van llenando el poema
repiten una sucesión
enfermiza, desagradable
de un no, no, no constante
a cada uno de los pequeños detalles

que van negando
ese SÍ a la propia vida
inmenso, gigante.

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