¿Dónde está el amor?
La gente dice que se apaga.
¿Dónde está el amor?
Siempre se dice que se acaba
como un fuego que se extingue
como la vela consumida
como la lluvia en la tormenta
como el agua.
Al principio hay una masa,
una cantidad ingente
que sube a borbotones por la boca
desde la tripa y la garganta
y luego,
nada.
Al principio hay una magia
en la que nunca se ha creído
tras la extinta infancia
una inocencia que vuelve
un perdón a la vida
un temor a la muerte.
¿Pero dónde está el amor por el camino?
Se va perdiendo a cada paso,
se va extinguiendo.
Se adormece entre las tardes,
se va escondiendo en los rincones.
La maleza lo atrapa, lo araña, lo absorbe.
Se relajan las miradas y los cuerpos
comienzan discusiones
y el amor muere como una margarita
cuyas hojas se han ido arrancando
sabedoras de su existencia finita.
¿Dónde está el amor?
Solo al principio
y luego, y luego
resignarse a la ternura
reducirse al cariño.
¿Dónde está ese amor?
Mi Imaginario y yo.
Si este fuego incendia el bosque,
arrasa cada trampa
y todas las dificultades
y cada día crece más y no se apaga
por más que se alerta:
¡desalojen sus casas!
Si este agua que se expande
nos inunda las mañanas
ni se seca ni se ahoga:
es un mar lleno de calma.
Si esta magia se contempla
en admirable fuera de sorpresa
si tú eres tuya,
y yo soy mía,
no hay trampa alguna:
somos siempre libres juntas.
Y el amor nos va creciendo siempre en el camino
¿y qué es eso sin abismo?
La inagotable ilusión que sentimos
al contemplar nuestro amor cotidiano.
Ese sentimiento tan continuo
que no puede no estar.
El amor siempre se nos crece
como una margarina in-deshojada permanente.
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