Hace tiempo que tengo una sospecha:
tú fuiste escrita para que te amase.
Tú fuiste escrita en braille
para no nombrarte.
Solo los dedos que se acercan a ti,
a tu calor de eterno enero,
pueden conocerte de verdad.
Tú fuiste escrita para recitarte.
Tú, creada para que te escribas
para que te inventes,
para que decidas.
Tú, cifrada con lenguaje propio
voy amando tus palabras
leo en tus gestos lo que entrañas
y crece mi sospecha
más real y más certera
de que yo soy esa poeta que vive
de tu verso y de tu cuerpo sedienta,
que aspira a recoger lo incomprensible
que ansía atesorar lo incognoscible…
Y que tú eres mi inasible,
Y que tú eres libertad.
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