Al poeta que siempre se dice,
a todas las que no se callan,
desde el exilio:
Machado y sus días azules
mi yo y mis días blancos
y aquel poema inacabado
al que le sobrevino la muerte
mis múltiples escritos a trozos
mi existencia fragmentaria
interrumpidos constantemente
por la muerte emocional
por la duda irracional
repugnarse a sí misma frente al espejo
pero volver a abrir la boca
enfrentarse a la escritura:
al papel desierto
batallar con tus palabras cuando no emergen seguidas
cuando hay espacios en medio
cuando hay huecos en blanco
jamás los refleja el poema completo
el Todo es mentira.
Machado y su sol de la infancia
y aquel pasado remoto que me teje
nublando el suelo que camino
si vivir es noche cerrada
me alimento continuamente de mis huesos
si vivir es boca callada
juro por Machado,
por el poeta y por su verso,
por aquel poema inacabado
que no estoy viviendo.
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