A las puertas de este lugar seguro
las vidas y los retos han ido cambiando
en una sola fotografía
dentro de la misma historia.
Pero siempre hemos ido de blanco.
En las puertas de este lugar que es nuestra casa
se han escuchado eternamente los golpes de amenaza,
que salen del tiempo y retumba en los huesos,
cuando el camino se dificulta y entrelaza.
Pero siempre hemos ido cortando las zarzas.
Dentro de estas herméticas puertas de hojalata
se han extendido las horas infernales del verano,
se ha pronunciado nuestro secreto a bocanadas,
se han descosido los inviernos,
se han deshelado las rabias.
Y siempre nos hemos ido,
entre nosotras,
dando alas:
al calor de una Timba siempre abierta
repleta de locuras, lealtades y noblezas,
nos han crecido a las espaldas.
Y no habrá nunca nadie que lo niegue:
Ser amiga de alguien es
desearle que vuele.
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