Se me ha comido el tiempo entre la hiedra
la piel y el corazón
y me ha dejado
como una estatua pálida y blanca
sin sangre, sin rabia, sin amor.
Se me ha comido el tiempo entre la niebla,
se me ha comido el tiempo.
Pero ahora veo
entre tus ojos
mar y tierra.
Pero ahora Soy.
Quiero tocarla en mis dedos
como si fuera de arena
conservar solo la espuma
o un pequeño recuerdo
de las sonrisas de tus comisuras
quiero ansiar lo que ya puedo
quiero desear lo que ya tengo
anhelo tu rostro desaparecido
y tus pecas diluyéndose en mi memoria
entre el pincel de mis palabras
con el que te dibujo
en mis madrugadas blancas.
Me he levantado de mi cadáver
aullándole a mis noches animales
todavía con piel entre los dientes
me he liberado de mi pétrea estatua
marmórea y tan blanda
que no ha sabido mirarte
cuando tú la contemplabas
pero ya vuelve y estira las manos
recoge con las tuyas este siempre abrazo
y tómalo por casa,
por tierra,
por patria.
Desde mi horizonte
ondea una bandera blanca.
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