Se derrumba el mundo y además
lo habíamos intuido.
Se derrota el mundo y además
estamos viendo el precipicio
se acortan los abrazos por segundos
y las horas por minutos.
Se desvanece la razón, el amor:
el sinsentido más profundo.
Se acristala la letra, la palabra
se anuncia la muerte del poeta
y además
miramos por la ventana esta guerra.
Pero yo estoy cubierta con tu piel
moteada por tus pecas
y aquí, la palabra, jamás puede arder
y aquí, el mundo, solo puede crecer.
Se cuela a veces el mal del sistema
nos arroja y nos quiere atrapar
a su lógica de trampa
en el lugar de la arena.
Pero no luchamos por su causa
y respiramos
para vivir juntas en nuestra casa.
Pero no vivimos para ser esclavas
sino compañeras de trinchera
en nuestra cama asamblearia.
Y es verdad
que nos absorbe a veces
pero no podemos caer:
que juntar nuestros cuerpos es
nuestra forma de resistencia
y follarnos significa
inventar otro lenguaje con la lengua.
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