domingo, 16 de junio de 2013

Incomunicable

No quiero comenzar.
Me da miedo escribirte tanto
como las noches sin ti.

No quiero empezar,
de verdad,
no quiero escribir

o escribir-te

el -te me da miedo
y me atraganta como si de repente
te volvieses hielo que se derrite
y el líquido de ti recorriese mi garganta
por el camino equivocado.

No quiero empezar
porque escribirte es definirte
hablar de ti desde fuera
ponerte límites

y tú te expandes en el infinito
tú te abres siempre como el mar
y yo quiero amar tu oleaje
bucearte

yo quiero estar dentro de ti

quiero llegar a no poder hablar de ti

quiero llegar a no poder escribir de ti

tan solo mirarte sin palabras
tan solo sentirte

tan solo

déjame sentirte
cerrando los ojos

prometo que no hablaré.

La palabra es la barrera
no quiero mostrarte al mundo
solo ver como te lo comes
con esas ansias y esas ganas
con esas fuerzas que yo amo
que me contagias.

La palabra es la muralla
no quiero ponerte mi máscara
solo ver como saltas todas las trabas
y sales venciendo aunque te venzan
tú tienes en tus pecas todas las respuestas.

La palabra es el muro, el asilo, la cadena
no cabes, pequeña,
no cabes en ella

pero yo quiero hundirme en ti
como en un colchón de gelatina y rosas

yo quiero estar dentro de ti
déjame quedarme así
muy cerca
así
muy dentro

como si este polvo fuera eterno

mis dedos tienen frío cuando salen de ti
mi cabeza está mejor entre tus piernas.

No quiero comenzar.
Me da miedo escribir de ti

porque tu Ser se extiende mucho más allá de lo abarcable
y mucho más acá de lo que nadie jamás puede apreciar

no creo que haya manos suficientes para valorarte.

Déjame traspasar
quiero ser aunque sea la espuma
déjame entrar
al lugar más seguro
te traigo trazo, doce y espuma.

No voy a escribirte:
no puedo.

Hablar de tus ojos,
aunque fuese un intento,
me llevaría a la nada:

no existen palabras.

No podré jamás apresar tu llama.

Pero si me dejas entrar
saber todo de ti
ni siquiera perderé tiempo
intentando respirar:

habrá demasiadas cosas que sentir

Y la palabra será vana, estéril, fútil.

Tú tienes tu propio lenguaje
y yo quiero aprender a hablarte.


Galerías

Hace un ruido de hojas
no hay ni una mota de aire
revoloteando en esta habitación
y hace un sabor caluroso estridente.

He estado paseando
a lo largo de todas esas calles
que he pisado tantas veces
y julio me envolvía en una luz miserable

será que no hay reflejo o que nunca lo hubo
que la sombra de mi sombra me habla

me he mirado las manos
son manos que pueden descubrir
lo oculto del iceberg antes del acantilado
que pueden brotar, heridas, de un árbol
tocan la guitarra y los cuerpos asfixiados
pero son pequeñas y amarillas
y lo único que desean
es el enfrentamiento de la hoja en blanco.

Me sube el calor a una cara despegada
mi boca no tiene más que decir
solo me oigo
la lengua seca atraviesa el cosmos

fragmentos de infinito esparcidos por  el suelo

es una habitación más larga que el silencio

y está vacía.

Creo que el pelo se me riza
si cambian de sitio la escalera.

Creo que quedan ya pocas palabras
para chupar, y morder y lamer

El poema me folla.

Que venga tu sombra.

miércoles, 12 de junio de 2013

Poeta sin poema

Poeta sin poema
desfilando sin palabras
entre la noche hueca

se han resquebrajado las razones
se han destartalado los motivos
ya no hay
más que un cúmulo de nada
arrinconado entre un alma que no diste
entre un nombre que no dice

lo que no se escribe no se puede nombrar
lo que no se escribe no existe.

Poeta sin poema
todos los días
arrastrando la pluma entre malezas
en busca de una inspiración
fútil y absoluta

en busca de una escena tierna
de un minuto de la herida muerta

poeta sin poema

dónde vas

poeta sin poema.

Has desafiado
todos los dientes que te han mordido
has arreglado toda tu vida
cosida con aguja y arañazo

ya no contemplas los días
ya no describes las gentes
las madrugadas, los paisajes

que se atisban tras las cortinas
que se adivinan en los balcones

ya no escuchas el sonido de las risas
de los llantos, de las lágrimas
caer ruidosamente en las almohadas

ahora ya no buscas más espinas

poeta sin poema

¡que no escribes!

poeta sin poema

¡desarropado y triste!

ya no amas las palabras

quizá

nunca lo hiciste.

Poeta sin poema
abandonaste la hoja en blanco:
aquella trinchera imposible


saliste a la calle, dejando de escribir

encontraste tu amor y tu lucha

y aprendiste a vivir.


Sin lupa

Me he estado buscando

no veo mis ojos

no encuentro las palabras

pero no me cierres

si no me lees ya no existo:

me sigo buscando.

Huida color rosa

Me voy a ir
como un fantasma entre este calor
vaporoso y somnoliento
nadie, excepto tú, me echará de menos.

Escribo frenéticamente
con paciencia ávida en las comisuras
temo despertarte
pero hablas en sueños y ya no ves

te pareces a una niña
o a una manta o a una roca

a todo aquello que sugiere
inocencia, casa, siempre.

Me voy a ir
como un fantasma
fundida con lo pegajoso del verano
y no has de verme salir
solo siempre regresar

suelo siempre regresar

aunque no lo sepas

aunque no me veas
cuando te escribo

y no me entiendas.

Fugaz eterno

Intuyo que hoy tiene algo de irrepetible
de este minuto
esta luz que se concentra
ahora, sobre tu cuerpo tendido,
quizá ya no vuelva.

Intuyo que hoy
tu mirada tiene algo de enigmático
como de estar atrapándolo,
entre sus párpados,
todo.

Se ha juntado el tiempo descuidado
arremolinado entre esta cama hecha para dos

esas horas que no quieren morir
nos han pedido cobijo.

Tienes un camino al rededor de tu cuerpo
trazado con pecas,
seguido por mis dedos

y no hay dirección posible
de huida,
de vuelta.

Intuyo que hoy tiene algo de irrepetible
este momento de silencio pasajero

este aliento tranquilo aquí a mi lado

seguro que estás ya muy lejos.

No escuchas las palabras
que me laten en la cabeza

solo nos hemos quedado

aquí

desnudas

aquí

enroscadas

mi pecho de almohada
tus piernas de manta.

Sospecho que hoy se oculta un misterio
en el ambiente concentrado de la noche
reunidos los colores en la sombra
de este amor invadido desde enero.

jueves, 6 de junio de 2013

Te imagino en la cama
durmiendo entre tus pecas
con respiración tranquila

y yo aquí
tan poeta y rendida
temiendo el momento de los ojos cerrados
de la sábana fría.

Prométeme una casa para dos
y tu mirada infinita.
No quiero vivir en este mundo.

Llevadme donde sea
pero aquí no,

por favor,

aquí no.

Todo es un espacio hostil
los ojos pierden la vida
siempre hay mucha sangre
y muchas mentiras.

Hay un miedo
hay un miedo

constante y a la vez
tiene algo de irrepetible

las personas que saben del miedo
tienen explicación para todo

y ninguna intención de moverse.


No quiero vivir en este mundo.

Llevadme donde sea
pero aquí no,

por favor,

aquí no.

Yo no soy para este mundo.

Poeta que ladra

Me pareces un cuadro demasiado difuminado
has pensado tanto que no has entendido nada
has leído tanto que has dejado de escribir.

Me pareces un cuadro absurdo y abstracto
eres Didí esperando a Godot
y lo mejor es que sabes antes de que empiece
que jamás va a aparecer.

Estoy harta del poema en rima
y la prosa en argumento racional

harta de la filosofía y de mi vida

harta de la radio frívola y mezquina

no se oye nada en la noche

solo mi cansancio en romería
que se pasea interminable por los alrededores
de una vida tan repetitiva
que el eterno retorno parece lejano
parece un cuento narrado por un idiota
lleno de ruido y rabia
que nada significa.

Pero esto es Shakespeare.

¿Y yo?
¿Cuál de mis versos soy yo?

Ahora ya todo vale.
Cualquier delirio vomitado en la noche
a todo hoy se le llama arte

me enseñé a escribir a mí misma
en una de aquellas nevadas de soledad
estaba tan aislada y tan aburrida
que o escribía o me mataba
y preferí crear

ya no he podido dejar las palabras
aunque los versos, a ratos, me dejan
me siento tan abandonada
que tengo que correr desnuda
dentro de todas mis heridas
rebuscando alguna palabra en la basura
aunque esté ya vieja y sucia
manoseada de tanto usarla
y poder exprimirla de nuevo
aquel jugo imperecedero de lo nunca dicho
eso que siempre se nos queda por dentro
sin confesar
o ese enfado sin reñir
o esas ansias sin sacar
ese cachondismo extremo sin saciar

ese pequeño y triste alimento
que intenta cubrir un gran agujero
del alma y del estómago
todo a un tiempo.

Ahora viene Machado
con su don preclaro de evocar los sueños
pero no quiero.

Sigo sin tener un nombre ni una matriz
siempre he compartido espacio
siempre he compartido aliento
Yo sin Otro no existe

¿será Yo la soledad?

He perdido tanto
me refiero a la memoria
a esa interminable humorada de vivir
a esa comedia en forma de monólogo

así son los días
que avanzan y avanzan
y cada vez falta menos gente
pero nadie pregunta por ella
eso de entrada se asume
eso de entrada se entiende

la gente, simplemente, se muere

y yo aquí estoy
en este limbo descosido
demasiado lento
demasiado frío
sin atreverme a definirme por completo

¿qué será lo que Yo soy?

Me están entrando escalofríos
por culpa de estos rizos tan mojados
quisiera cortarlos de raíz
de cuajo

me entra el sueño sin entrarme
como todas aquellas escenas que pasan
demasiada información al día
siempre, siempre, conectada

ya no se puede estar sola
ni aunque lo intentes

hemos olvidado estar con nosotros mismos

y nos odiamos

cada vez más

ya no nos soportamos

el Yo no puede verse ni en pintura

¡pero!

¡qué es esto!

otra vez este cuadro demasiado difuminado
sí, así es Yo
así es mi Ser, mi existencia
que no se soporta ya más

que no sabe estar sola.

El enfrentamiento poético
es una dulce terapia inventada
por todas esas almas solitarias
que no saben despegarse de sí mismas
que huyen de la vida
de forma despavorida
y aúllan y ladran
somos vidas tan animales
somos vidas tan primitivas
que preferimos revolcarnos por el barro
para infectar más las heridas
con tal de que nadie se acerque
con tal de que nos dejen tranquilas.



De la guillotina como moda que vuelve

¡Llamad a la loca!
¡Mirad sus ojos
desorbitados de tanta soledad!

Llamad eternamente a las horas

tenéis tan poco sentido
que desencajo las mandíbulas
para reírme de vosotros
vosotros
los malnacidos

los que han nacido muertos
en un mundo de políticos prostitutos
y mujeres respetables que venden su cuerpo

los que han nacido hechos
en una sociedad plagada de incredulidades

¡mirad a la loca
comiéndose los dedos
escribiendo tantas y tantas barbaridades!

¡es una radical,
no no,
es una feminazi!

Y pasear largamente por las calles
delante de toda esa gente
que prefiere verme muerta
que saliéndome de mi papel
de mujer dulce y estrecha
guapa, elegante y vacía
con mucho amor y pocas metas
(¡y muchas, muchas tetas!)

Ahora voy a pensar:
esto ya es un desafío
solo por tener coño entre las piernas
¡esto ya es un sinsentido!
voy a pensar en Ti
en ese Ti que es un Otro
interminablemente abierto
aburridamente indefinido
e insultantemente machista
racista

y,
Nietzsche no quiera,
pepero.

¡Pero mirad a la loca!
¡Cuántas tonterías!
¡Manchando el nombre
de la sagrada palabra
poesía!

Yo estoy en esos márgenes
que también trazan los versos
aquí
recitando
mano a mano
coño a coño

con las desunidas

con las enterradas vivas.

Llamad ahora a la loca
y comprenderéis
que su vida es una lucha
contra quien no le permite vivirla.

Mi Yo contra el mundo
como genio romántico
si el idealismo lo deriva
yo lo destruyo
y construyo otro
feminista
animalista
y
por supuesto
poético.

¡Que nadie se atreva a decirme
que la filosofía me afecta!

Sois vosotros los que no tenéis los pies en mi tierra.

La dicotomía entre existencia y realidad, como tortura y poema

He hecho el amor con el poema
y ahora me pliego sobre mí misma
como ovillándome entre las sábanas
cerrando los ojos con fuerza
deseando que quien me quita el espacio
se haya marchado de madrugada

cuando despierte sentiré
arder mis dedos y mis párpados
las lágrimas estarán todavía
marcadas en mi rostro y en mi alma

y empezaré a vencer
este sueño que siempre me atrapa
demasiadas horas
muchas más de las que yo querría

y estiraré lentamente
cada parte de mi cuerpo
como si en ello me fuera la vida
y la vida en ello me va yendo

pinchazos en los músculos por el esfuerzo

miraré de reojo este montón de papeles
infinitamente subrayados
llenos de cosas más extravagantes que yo
repletos de ideas más extrañas que mis versos
y no podré evitar
sentir un triste escalofrío

al comprender de forma humana

que mi existencia
con mi realidad

no encaja.

Estás en todas las voces

Estoy masticando un aire pegajoso y quiero salir.

Es esta irrisoria sensación
este nimio saber poderoso:

el ridículo de no pertenecer.

Constan-te-men-te

Consta-a-n-temente

barriendo las esquinas de un callejón
demasiado pequeño
siempre
todo
en diminutas dosis
siempre todo lo bueno

el dolor
a bocanadas

el sufrimiento
a borbotones

a tragos largos a tramos lentos
siempre a trazos demasiado necios.

El instante de no pertenecer
de estar fuera
de la constante purulenta atemporal

y un resquicio obsesivo de distancia
como si no quedase nada fuera
como si no quedase nada.

Las estrellas cuelgan del cielo
como un móvil a punto de ser devorado
por esa luna demasiado grande para poder mirar de frente
la vida siempre queda
como ese abrigo de tres tallas por encima
siempre en mis hombros
como si fuese una niña.

Le tengo miedo a muchas cosas
pero nunca nada a tanto
como a una escalera que no esté en su sitio.

Por dónde habré de buscar ahora otra salida
por dónde hallar esa subida a la nada desde la nada
esa luz de no poder más
ese invierno de colgarse del cuello mil veces
antes de resquebrajar todas las pestañas
antes de morderse a tientas el cielo desteñido.

No he podido perder
nada más
de lo que he tenido
pero no ha sido nada
solo algunas palabras que se quedan
en ese minuto de despertar
cuando sueño poemas

y se olvidan...

por qué se olvidan y por qué
no se pueden olvidar las cosas
que dejan aquí, entre nosotras
poco a poco
esta herida.

Estoy remando entre el lago que eres tú
con un bote de seguridad cuestionable
oxidado y sin pintura
doy brazadas con todas mis fuerzas
con el sudor recorriendo
interminablemente
el filo imperfecto de mi alma

y no me ahogaré
en este ingente cúmulo de agua,

por favor,

dime que no me ahogaré

aunque me caiga.

Me están mirando los espejos
llenos de delirios
me están amando
me sonríen desde las cornisas
de esta noche repleta de dualismos extraños

y no puedo parar
de buscar la razón de mi existencia
la esencia, el centro, el núcleo, el poema

no puedo parar de dejar que todas estas cosas
entren en mí
me invadan
como tú haces

entren en mí
de espaldas
como acostumbras a hacer

que entren en mí
por todas partes
en todas las direcciones posibles
que se te ocurran

que me completen y me llenen
cada uno de mis agujeros
todos los vacíos
que no he podido recoger

toda la basura sin tirar en el pasillo.

Me está llamando esta noche
por ese nombre ya olvidado
pero atiendo a él

la otra opción es el fracaso

y me acojo a esta rama del árbol
de una manera tan burda y tan bruta
que sé perfectamente
que en cualquier momento lo voy a romper

pero no puedo evitar
este ímpetu certero que me llama

y no puedo gritar

he callado demasiado tiempo

las palabras me han odiado tanto
me han abandonado tanto los versos

que no he hallado un reflejo
ni siquiera en los charcos
de esta lluvia tan triste y tan fina que siempre cae aquí

he invertido toda mi existencia
entre profundos dolores de cabezas.

Aquella luna era una lágrima
tan profunda y cristalina
que no podía dejar de mirarla
y quería acercar mis labios
para besarla y poder decirle:
tranquilízate, no pasa nada

pero yo era tan pequeña
que me deshacía entre las nubes
y no podía remontarme de mí misma
y no pude levantarme de mi propia tumba

tuve que correr
desorientada y perdida
entre el teclear cercano
de la palabra amiga

para poder saber que yo estaba
ni antes ni después
que simplemente estaba

y cobré una forma
que puede ser la de león
igual que la de paloma o la vergüenza,
es decir, la humana

y cobré un contenido más o menos consistente
poco importa, interesante

como un astronauta he intentado subir hasta ti
incontables veces

como un extranjero que se aventura a investigar
terreno nuevo.

He perdido el hilo
de la prenda y el abrigo
jamás del poema.

Me has dejado tu piel como recuerdo
para olerla y para saberme dueña de nada
y compañera de todo

todo

todo...

¡valiente palabra!

El cielo es un agujero
demasiado oscuro para que yo entre
pero si te digo
que estoy vomitando
todo lo que no he sabido hacer
quizá luego tú
si tan solo quisieras
aunque yo te lo pida
podrías comerme y leerme

otra vez

el cielo es un agujero
tan profundo como estos ojos
tan oscuros
que resaltan
en una cara tan ligera y liviana
que podría pensar que soy un simple fantasma
o una niña pequeña sin penas
con muy pocas glorias
y alguna responsabilidad

tal vez, si aun tuviese aquel pez.

Me estoy extendiendo tanto
por los recovecos interminables de mi adentro
que no podré jamás saber
ni encontrarme

ni buscarme quiero

mirarme, tal vez.

Te pienso y bailas
al son de la creación de este cuerpo poético
que no parece tener final

tampoco principio

como tú y como yo

un bucle adornado con el tiempo
una planta regada, o una postal navideña

todo lo cotidiano
en donde reside el arte

la mota de polvo debajo de...

no puedo ni seguir la frase.

He cruzado tantas vidas
que no veo las huellas

pero tú estás aquí
la silueta de tus pies ya son de acero.

Un saxofón suena entre el silencio
tendré que salir a buscarte
hacer coincidir la realidad con tus pensamientos
acomodar las nubes del cielo con mis dedos
descubrir la luna
encender el fuego
provocar el estallido de esta lluvia
convertirme en agua igual que tú

saldré a buscarte y lucharé
por adecuar la vida a ti
todo lo que esté en mi mano
y en mis alas
las que me haces crecer

pero no te vayas tanto.

Existen recuerdos un poco solitarios

¡pero no te vayas tanto!

Para ser sinceras
soy yo quien se va
a estas noches tan largas
tan eternas

y no sabe quién ni por qué
pero le llaman
cerca

aunque una vez aquí
ya no sé escribirle al viento
solo sé escribirte a ti.

Vuelvo de un viaje
tan largo y espeso
que he perdido el nombre
y mi existencia se nutre
como el agua y la lluvia
de adherirse a los vidrios

soy una alimaña
un alacrán y el musgo
protegido y arrancado
soy la hiedra que te escala
entre el pino y el manzano
no podré volver a casa
si aún me estás esperando

¡no te salves!

por favor

no te salves.

La noche se ha herido.
Los cuerpos tiemblan.




Sin ojos

Cuando cierre los ojos
y me derrita en mi invierno
el vaho de la ventana te hablará

pero ya estaré muy lejos.

Has vuelto a hablar en sueños.

Habrá una carretera
llena de todo lo que no vuelve
una guitarra rota amontonada
entre todos los versos que duelen

cuando cierre los ojos
y me derrita en mi enero
no podré inventarte

no habrá quien me salve.

Esperaré a la luna
noche tras noche
agotada y sin párpados
con frío y sin piel
bajo la que poder resguardarme

tiraré uno a uno los peldaños
de una vida en escalera
demasiado torcida y nunca
lo suficientemente larga.

Cuando cierre los ojos
y me derrita en mi invierno
me arrepentiré, por fin, de todo

de cada minuto invertido en el agua
de cada pedazo de aliento
de cada palabra

inventada sin ganas

de cada poema

brotado de rabia.

Mi cuerpo parado bajo la lluvia
va a empezar a temblar
de un miedo incontenible

no puedo dibujarte detrás
de estas manos empañadas
perdidas en un desamparo
más parecido a un recuerdo
que pertenece a aquel extraño

el de la gorra y la calva

el que voló con el viento

aquel que escapa entre las nubes

estallando entre las montañas.

miércoles, 5 de junio de 2013

Despertar de aguacero inerme

Han volado las palabras

arremolino las nubes en el centro
de un cielo tempera desteñido
y arrincono la luna sola
la luna clara, despejada y tibia
entre estos dedos que ya no miran
entre este viento

tiene que morir el viento.

He soñado la vida
llena de palabras
calientes, pegajosas
y sobre todo
inocentes

donde ningún niño moría
por una causa injusta

donde ningún animal moría
por una causa humana.

Han volado las palabras
se me escapan los ojos de la boca
me despierta la vida

le llama el día al poeta
impidiéndole que escriba
invitándole a que viva.