¡Llamad a la loca!
¡Mirad sus ojos
desorbitados de tanta soledad!
Llamad eternamente a las horas
tenéis tan poco sentido
que desencajo las mandíbulas
para reírme de vosotros
vosotros
los malnacidos
los que han nacido muertos
en un mundo de políticos prostitutos
y mujeres respetables que venden su cuerpo
los que han nacido hechos
en una sociedad plagada de incredulidades
¡mirad a la loca
comiéndose los dedos
escribiendo tantas y tantas barbaridades!
¡es una radical,
no no,
es una feminazi!
Y pasear largamente por las calles
delante de toda esa gente
que prefiere verme muerta
que saliéndome de mi papel
de mujer dulce y estrecha
guapa, elegante y vacía
con mucho amor y pocas metas
(¡y muchas, muchas tetas!)
Ahora voy a pensar:
esto ya es un desafío
solo por tener coño entre las piernas
¡esto ya es un sinsentido!
voy a pensar en Ti
en ese Ti que es un Otro
interminablemente abierto
aburridamente indefinido
e insultantemente machista
racista
y,
Nietzsche no quiera,
pepero.
¡Pero mirad a la loca!
¡Cuántas tonterías!
¡Manchando el nombre
de la sagrada palabra
poesía!
Yo estoy en esos márgenes
que también trazan los versos
aquí
recitando
mano a mano
coño a coño
con las desunidas
con las enterradas vivas.
Llamad ahora a la loca
y comprenderéis
que su vida es una lucha
contra quien no le permite vivirla.
Mi Yo contra el mundo
como genio romántico
si el idealismo lo deriva
yo lo destruyo
y construyo otro
feminista
animalista
y
por supuesto
poético.
¡Que nadie se atreva a decirme
que la filosofía me afecta!
Sois vosotros los que no tenéis los pies en mi tierra.
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