Hace un ruido de hojas
no hay ni una mota de aire
revoloteando en esta habitación
y hace un sabor caluroso estridente.
He estado paseando
a lo largo de todas esas calles
que he pisado tantas veces
y julio me envolvía en una luz miserable
será que no hay reflejo o que nunca lo hubo
que la sombra de mi sombra me habla
me he mirado las manos
son manos que pueden descubrir
lo oculto del iceberg antes del acantilado
que pueden brotar, heridas, de un árbol
tocan la guitarra y los cuerpos asfixiados
pero son pequeñas y amarillas
y lo único que desean
es el enfrentamiento de la hoja en blanco.
Me sube el calor a una cara despegada
mi boca no tiene más que decir
solo me oigo
la lengua seca atraviesa el cosmos
fragmentos de infinito esparcidos por el suelo
es una habitación más larga que el silencio
y está vacía.
Creo que el pelo se me riza
si cambian de sitio la escalera.
Creo que quedan ya pocas palabras
para chupar, y morder y lamer
El poema me folla.
Que venga tu sombra.
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