miércoles, 2 de octubre de 2013

Inmolación en do menor

Me he destrozado los dedos
Ya nunca jamás podre bailar
Ha sido un golpe limpio y perfecto
Siguen las manchas en la pared
De toda la sangre del mundo.

Mi rabia se reconcentra amontonada
Quiere salirse de las entrañas
De las vísceras gelatinosas
Para llenar el vacío de las almas huecas
Las que solo se preocupan de su ombligo
Las que se guían por lo que ya está dicho.

Me he destrozado los dedos
La cabeza, la nariz, los dientes
Ya nadie me reconocerá
Cuando me encuentren
En esta habitación habitada por desastres
En esta habitación albergada por este ente
Este monstruo que ya no es persona
Sino una metamorfosis límpida y kafkiana
Querrán tal vez atraparme
Utilizarme como si fuese un trasto viejo
Que se puede exhibir
Con el que sacar dinero
Pero no sabrán que este objeto usado y maloliente
Este andrajo andante, este liquen pensante
Todavía podrá hablarles con los ojos
Y les hablara y les gritara con la mirada
Hasta que los ojos se salgan de sus cuencas
Hasta que las pupilas estallen
Hasta que el iris relampaguee rabia y furia
En un escenario construido en la amargura
Para este bufón del mundo
Diseñado para emitir las ideas más locas
Que nadie escucha si no es con burla

Y querrán
En un intento desesperado de alabarme
Construirme un altar como a sus dioses
Y no sabrán que todavía tengo dientes
Y todavía muerdo
Y mis fuerzas se regeneran en esta oscuridad
En la que me han abandonado por días enteros
Este encierro indestructible me asimila
Me convierte en él
Me subsume y me enajena

Mirad mis dedos
Ya tienen forma de pie
Ya no podre bailar jamás
Tal vez nunca te vea
En esta soledad encarcelada
En esta madriguera estallada
En esta trinchera abandonada
En esta ausencia buscada

Mirad mis dedos
Ya no existen si no es bajo un cuchillo
Que trata de arrancarse a tiras las penas
Me rodea el cuello
Me corta la vida


Y no queda nada y mis ojos son ciegos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario