martes, 31 de julio de 2012

Interminabilidades

Dejadme sola con las palabras que lloran,
he humedecido mis labios hasta no poder más.
He agotado hasta el límite de lo posible esta vida
la piedra
la hoja
mi paciencia.
Mi sudor innato que se va descerebrando.
He recorrido demasiados caminos descalzos.
Dejadme sola con esta soledad infatigable.
Dejadme sola.

A media noche bailaré
sumida en el espesor de la bruma
sobre la cara de un muerto.

viernes, 27 de julio de 2012

Salvese quien pueda

Estoy esperando a que pase el tiempo, a que pase algo, a que me lleve a ti, mi niña manchada con sangre. Esta soledad me retumba en la cabeza. No puedo salir. La música me perfora. La odio. La escupo. Pero vuelve. No importa cuánto me vomite. Siempre me vuelvo a comer. Es una batalla interminable conmigo misma. Es una lucha incansable. Pero yo me agoto de este olor a tierra mojada. Yo me desintegro entre la lluvia helada. Mis vísceras, mi sangre derramada por el aburrimiento. He querido invocarme y mi reflejo se me escurre entre mis dedos.
Y qué más escribir si nada rima con nada.
Si todo está dicho.
Si todo está inventado
y la realidad es una daga afilada en la que mi retrato me persigue fragmentado.
Fragmentaria mi mirada, mi boca, estas manos, este puto corazón humeante que no sabe cómo terminar de disolverse. A pequeños trozos cortados meticulosamente la realidad que se escurre entre los dedos y dejamos hacer, y nadie pretende atrapar. A mí me suda la frente de leerla. A mí se me escapa el esfuerzo por los poros. De retenerla.
Que me claven un arpón en un ojo. Que me muera desangrada o asfixiada. Que me arrebaten del mar. Que me arrojen al mar. Qué más da. El dulce pasear del oleaje me irá enterrando. Las olas calmadas irán haciendo espuma que tapará mi cara y se confundirá con mi saliva. Entonces parecerá que he muerto de rabia.
Es que he muerto de rabia.

jueves, 26 de julio de 2012

Aproximaciones

El vacío me suena por dentro. Se me van cayendo las orejas cuando dejo de escuchar, cuando cesa de resonar, cuando no escucho tu nombre. He bajado al silencio no vacío de las palabras fantasma. Era una escalera blanca hecha por mis propios huesos. Como los animales me devoro entre mi propio yo, me consumo entre mi barro espeso hasta no poder distinguir el afuera del adentro. De mi barro más absoluto. El centro se ha des-centralizado. Me mira mi eterna ausente inclinada frenéticamente en palabras des-compuestas que no encuentran un detenerse. No hallaremos nunca el hasta donde.

 -Pero está en nunca

Me he querido sumergir en la noche de los cuerpos que vibran. Ahora todo dentro de mí compone un revuelto de palabras batidas con tenedor. Puedes comerlas con cuchara. Puedes beberme de un trago. Largo. Te quemo la garganta. Me descompongo, me resquebrajo y me esparzo por las palabras poéticas que me han abandonado hace tiempo.

 -Pero las he abandonado yo o nada es cierto.

 Alumbra la sombra de falta de luz. Alumbra la creación poética. Yo he parido estas líneas bajo la mirada de mi ausente.

 -Pero mi ausente no existe.

 Yo comparto día a día mi reflejo con el espejo roto de mi ser incognoscible.

 -Pero es el espejo de ti que no hay.

 Me agoto inmensamente. Me llueven los párpados. No va a bastar esta noche con el agua del rocío. No va a servir siempre este refugio de versos-prosa sin sentido.
 Te amo y no vienes.
 ¡Pero estoy arrodillada a las puertas de tu amor sincero!
¡Pero es que no ves que estoy aquí arrodillada
jadeando igual que un perro!
Ladrando incansable para que me lances un hueso.
 ¡Que tengo hambre!
¡Que quiero comerte!
Mi lengua se desliza entre los arrabales
entre las afueras de tu cuerpo hasta que te entra dentro.
 Te amo y tú gimes.

Ven y devuelve toda la masa carnosa que cogiste de mí de forma argentina, todas mis muestras, todo mi rocío, mi agua, la humedad de la que estoy hecha.
 ¡que estoy arrodillada a las puertas de tu amor!

Haz que no muera sin verte
haz que se apague de aquí este echarte de menos
de aquí,
¡de aquí!,
¡que me estoy estrujando el pecho!
haz que te hagas volver a mis brazos incendiados
me arranco los ojos
los tuyos son verdes
y marrones

tu corazón, morado
tu corazón, dorado

te amo y ya vienes.

jueves, 19 de julio de 2012

Deseo de ficción

Hace más de un mes una noticia me incendió por dentro: una pareja de 18 y 19 años fue tiroteada en un parque, en Texas, por ser pareja; por ser dos chicas. Llevaban cinco meses juntas, los mismos que llevaba yo con mi pareja cuando me enseñó la noticia. Visualicé aquel parque, que no tenía por qué ser distinto a cualquier parque que yo conozco, y en él bancos de madera o de piedra, blancos o verdes, y en uno de ellos las dos chicas, sentadas muy cerca, hablando tal vez de ellas mismas, conociéndose, aprendiéndose, haciendo planes juntas, tal y como yo hago con mi pareja. Quizá incluso hablaban de escapar, de irse lejos, de la insoportable vida en sus propias casas, del sobrevivir cotidiano, de las condenas de los propios padres... Posiblemente se besaban, seguramente se besaban diciéndose todas estas cosas. Y un coche pasó zumbando cerca del parque, aminorando la marcha al ver aquella escena. Puedo escuchar el deslizarse de la ventanilla a sus espaldas, tal y como a mis espaldas se bajó la ventanilla de un coche negro tocando el freno al verme con una pareja que tuve. También en la escena de Texas me imagino un coche negro. Y entonces, mientras aquí, a mis espaldas, una voz desagradable disparó unas palabras, allí, en vez de una boca con lengua asomó la boquilla de una pistola, y en vez de una voz brusca, un sonido atronador disparó dos balas hacia la pareja, deshaciendo aquel beso, arrebatando amor y dos vidas.

Y entonces qué diferencia hay entre las palabras arrojadas a mi nuca y las balas insertandose en ambas cabezas. Cuál la distancia entre las pistolas y las miradas que me arrojan encima todos los días al sostener con fuerza la mano de mi pareja por la calle, al agarrarla firmemente. No son dos actos aislados. No es locura o cultura. Las palabras lanzadas, las miradas arrojadas en España, se materializan en Estados Unidos con balas. La homofobia lingüística encuentra siempre una salida material en otra parte del mundo, donde el fácil acceso a las armas es posible. Y si aquí lo fuera, el frenar de aquel coche negro y el bajar las ventanillas hubiese sido todo, hubiese sido el fin. Las miradas homofobas no matan porque no tienen medios para convertirse en balas. Pero de otra manera sí matan... Pero en otro sentido sí disparan...
Y entonces qué diferencia hay entre aquel parque y estas calles:
 Que yo cumplo seis meses con mi novia; Que ellas no. Que ellas nunca.

Que me maten por filósofa, por librepensadora, por mi pensamiento crítico, por mi autocrítica constante. Que me maten por inconformista, por estar en contra del sistema. Que me maten por roja, por republicana, por tener alergia a la guerra. Que me maten por pacifista. Que me maten por ser mujer, por feminista. Que me maten por ser poeta, por sentir, por no pensar, por irracional. Que me maten por atea, por realista, por negativa, por mis tristezas. Que me maten por mi antipatriotismo. Que me maten por ser cosmopolita, por mi aversión a las banderas. Que me maten por mis prejuicios. Que me maten por pensar que la política es un servicio hacia los demás, por mi rechazo a que cinco se llenen los bolsillos a costa de un millón. Que me maten por pensar. Por utópica, por idealista... Por no poder más. Pero que no me maten por querer a mi pareja. Que no me maten por amar a otra persona.

sábado, 7 de julio de 2012

Las palabras y las cosas

Un nombre en la noche me acaricia
me da patadas
hoy me han cortado las alas

como a un ángel sediento de infierno

y yo soy débil y enseguida caigo
y yo soy débil

me marchito como un pensamiento

el de mi cabeza
y también la flor

fugaz como el recuerdo de la infancia
de chordón Moncayo y pantano
cosas que ya no vuelven

así viene mi soledad
y la dejo entrar porque soy frágil
y la dejo hacer porque se puede

escucho la ausencia con las manos.

Un nombre en la noche,
que venga a salvarme.

No sé quién soy

si el rostro se me confunde en el espejo.

Belén

"pero creo que mi soledad debería tener alas"
                                                  Alejandra Pizarnik




Ha hecho mucha soledad

y ahora tú eres sus alas.

De mi quietud nocturna: de mi quietud eterna

Noche tristísima,
bellísima tristeza
viene a descolgarse de mis amapolas marchitas
viene a apoderarse de mi garganta exangüe
me duele
me aprietan las lágrimas contenidas en un dolor calmado

esta tristísima noche negra pacífica
este océano de agua salada que se vierte
en lo más profundo de mi Existencia minúscula

se me están empañando los ojos de no verte.

Noche tranquila,
noche oscurísima
me abandono dulcemente al silencio en luto
me dejo llevar entre este oleaje que me mece
entre la calma nunca valorada de la tristeza prolongada
se extiende este velo negro suavemente por mi piel
por mi alma masacrada por el tiempo
y yo le dejo hacer.

No quedan muchos más motivos,
a lo lejos se escucha un murmullo
como grito venido a menos
pero sigue desgarrando mis oídos
pero sigue consumiendo el precipicio
es todo el dolor del mundo
es el sufrimiento antiguo

se me están comiendo las tinieblas de no verte.

Pero no aparezcas todavía
mi mirada ya no tiene vida
está tibia y sin gracia
acaricio mi semblante serio con mimo
no quiero descuidarlo delante del espejo
el reflejo no miente:
nadie se encuentra en él

nunca

pero digo NO con las manos cuando amanece
el sol despunta con sus rayos afilados
y me atraviesa el pecho oscuro que yo tengo
este que he cultivado año tras año
para que nadie entre
para que sea espeso

pero tú te has adentrado hasta lo más profundo
y has visto algo, un resquicio de luz

noche negra eterna que se cierra
noche tristísima

siempre he actuado no moviéndome
siempre he resuelto todo sin moverme.


Trans-personalidad

He ido troceando mi Yo con un cuchillo plano
de hoja afilada como el folio blanco en que escribo
blando como mi interior despedazado
he hecho mi vida pedazos
ha caído el espejo polvoriento
he moteado con cuidado el suelo
no me busques entre las palabras porque lloraré
no me reduzcas a dos sentimientos carcomidos por el tiempo
no me nombres como la poeta que habla porque estarás mintiendo
no me llames, no me llames, no me llamas

llamas se encienden en esta cabeza agotada
fuego helado que me sube por entre la boca
la garganta el esófago lo más devastado

no te atrevas a mirarme más allá de un recuerdo

ellas, yo, las otras, todas las que he sido
cantan mi danza macabra al son de lo perdido

y no ahuyentes esta vez a los malos espíritus

que vengan esta noche en la que te has ido
que acudan todos a mí, que me arranquen la piel a tiras
yo no opondré mi fuerza desgastada por salvarme
yo no volveré a dejar de autodestruirme
como siempre, como nunca, como aquella vez

tú me has enseñado a inmolarme por dentro

en una implosión más dulce que el suicidio
corresponderá dinamitando el muro que hay
entre las palabras y yo, entre mi entorno y mi yo
entre yo y mi yo, barrera insalvable

no aparezcas todavía bajo el sol terminable
querría guardar mi respiración en un cristal empañado
no distinguir cuando sentir y cuando no querer
no discernir entre el hacer y el no volver

los caminos se me cruzan en este revoltijo de pedazos
que han ido a parar a los pies de mi existencia mutilada
he cortado poco a poco mi mundo en trozos doblados
untados con mantequilla y arroz
me los como con pan
me atraganto, los vomito
me vomito

quien quiera que me coma
quien quiera que me coma leyéndome

y quien no que no vuelva a llamarme por el nombre que no tengo
por la persona que no soy.

Pido ojos cerrados

Ha caído el telón
junto a un ruido verde-amarillo estridente
veo sabores

cae el telón
saboreo ruidos en esta calma indecible
que alguien me saque de aquí
que alguien me mate y me lama

conchas marinas espolvoreadas
troncos de árboles talados que lloran

ha caído el telón
no veo

entre bastidores el público aplaude
ha muerto la ausente
ha muerto la loca que sangraba palabras
ahora hay vida

pero los ojos no brillan
que los ojos no brillan

el sol, astro
el sol, dibujo

siguiendo poco a poco el rastro
de una masa húmeda transparente
gruesa densa incomestible

voy comiendo pulpos de colores

volverán a encerrarme sobre mí
vuelvo a estar encerrada hacia mí

y bajado el telón
plegados los ojos
contemplando el paisaje devastado de mi yo
de mi vida de mi adentro de mi interior exangüe complejo

palomas blancas anunciaron

me doy asco
me atesoro
me doy asco

dejad de mirar a la ausente putrefacta
consumida en su ardor incomprensible
no sabe por qué pero se odia
no sabe por qué

pero ya llora.

Pre-sentimiento

Las paredes se van contaminando del rastro inconcluso de ti,
cerrarse atropelladamente a uno y otro lado de mi cuerpo sin vida,
aprisionan mi Ser como un mosquito entre dos dedos minúsculos
y se escucha el chasquido incesante de mis huesos pulverizados

la ausencia tuya corta y simple que me llama
el olor indescriptible de tu piel que me atiborra
las manos sudando incendiadas que me aman

las paredes se van agotando
yo me voy agotando
en esta marcha de palabras incrustada
condenada eternamente a llevarlas a la espalda

¡quiero salir!
¡quiero huir de este cuerpo sin vida!

¡que no tengo aire!
¡que necesito más aire!

El mundo pestilente va dejando un rastro gelatinoso
por los poros de mi piel tapados que sudan saliva de sangre
no a lo recordado
no a lo que no ha de ser nunca

solo desear ser papel hasta el llanto

en ella la caricia recordada
lentamente poco a poco mis lágrimas
vertidas bajo hilos finos de ropa desgarrada
crujiendo entre los dientes como espuma sobre el agua

a ti la piedra que brota, imposible
a mi la rosa que salva

cerrarse la noche bajo mi mirada muerta

cerrarse la noche como se cierran mis ojos cadavéricos.

jueves, 5 de julio de 2012

Amor sin verano

Como un globo de helio hacia el cielo
me sube el amor desde mis cimientos
Y TODO LO QUE YO TE QUIERO.
Como un puñado de fuegos ardiendo.
Estás colmada de todo lo bueno.
Quiero verte estallar entre mis manos
quiero ver cómo te retuerces en mis labios
quiero dibujar tu sonrisa con mi cuerpo
Y TODO LO QUE YO TE ANHELO.
Pero a veces me asalta sin quererlo
una tristeza inmunda que me inunda
si te pienso lejos
el verano se extiende largo y pasajero
pasajera de tus curvas quiero ser
durante todo nuestro tiempo
NO SABES ¡CUÁNTO! TE VOY A ECHAR DE MENOS.

He aprendido a sumar


Todavía muerden las horas.
Los días van dejando tras de sí la marca de lo inevitable.
Una llamada,
un aliento imperceptible que se escapa en la noche.
El insomnio arremete con fuerza
no importa,
no quiero dormir cuando estoy al lado de mi Eterna.

Se escucha el silencio a lo lejos
y tu respiración sin agua.

Va entrando poco a poco el rumor de la mañana
y te ilumina tu cuerpo.
Estás entre mis brazos desnuda,
podría recorrer las calles de tu cintura:
las que empiezo a aprender de memoria,
en las que siempre me acabo perdiendo.

Has llegado a mi vida
como la respuesta inesperada
como la verdad más absoluta
como lo único imborrable.

Te miro mientras duermes

un abrazo de caras

Me he hundido lentamente en la ternura de tus ojos,

repaso las líneas en las que viene a morir su sonrisa,

Me he hundido imparable en el amor de tu rostro.

Soy tuya y me tienes

si me dejas me quedo

(a tu lado, en esta cama
en esta ciudad, en este momento)

y me quedo para siempre.

Te has construido como mi lugar seguro:
de ti no puedo desprenderme

de ti no hay camino hacia atrás

ya solo puedo quererte

más, más, más, MÁS.

martes, 3 de julio de 2012

Mancha en folio en blanco

Eres capaz de todo
eres capaz de todo lo que no acabe en muerte
eres tan fuerte
como la fuerza que me empuja
hacia ti
que me lleva a amarte
a eternamente amarte
mi eterna
mi compañera eterna.

La eterna pregunta

Qué es lo que te hace correr hacia mí, mi eterna. Qué es lo que nos empuja la una en la otra con esta fuerza imparable, devastadora, que mueve el viento de la ola que rompe en la roca que cubre la espuma que surge. Qué es, lo que brota de forma incesante entre nuestras dos existencias, uniendo las esencias despuntadas al alba: en el rumor certero del sol que se va floreciendo.

Estás bailando sobre mi cuerpo desnudo. Resurges de entre mis cenizas para dibujarme un rostro nuevo. Abrazas mi cara con tu cara. La aprietas con fuerza. Te juntas con fuerza.
Hemos ido a parar descendiendo escaleras a lo más alto, como una especie de Bolivia perdido, masticamos coca al llegar para no perder el sentido. La altitud era demasiado y no podíamos con ella. Pero podemos con todo. Mi eterna.

Por qué corres hacia mí, por qué me secas las lágrimas de letras. Qué es eso que te impulsa a buscar entre mis brazos las respuestas a tus preguntas. Entre mi boca los dientes capaces de morderle a la vida, los labios fuertes donde arrancar sonrisas. Qué te lleva a mí, al hueco de mi clavícula, a la curva de mi cuello, a la peca de mi tripa, a mi mancha de nacimiento. Qué te lleva a querer seguir saboreándo esta cicatriz de mi rostro, esta marca en la barbilla, este grano intermitente, estas cejas que repasas, estas orejas que nunca se ven. Qué te lleva a adorar de esa forma estas muñecas demasiado pequeñas, mi dedo roto del pie. Mis músculos tensados. Mi sudor deslizando. Mis músculos latiendo...

La eterna pregunta del corazón invisible. Qué hace que este órgano que late se desboque, atraviese la carne y llegue al exterior, donde pueda mirarse.

La eterna pregunta de la enamorada invisible.

Una fuerza demasiado oscura ha cerrado la noche para siempre, ha sellado mi boca de esta danza demasiado impura. Todavía el rastro destellado de tus ojos en el cielo me guía en silencio. Aún no hay sonido crepuscular de manos cansadas de tocarnos el cuerpo. Quedan más tiempos para salir a buscarte, para emprender el viaje, tu infinita búsqueda. Basta la fuerza que hacia ti me impulsa.

Prosa poética

Yo me deterioro entre la dulce urgencia del olvido. Yo espero cortando el viento a que me resurjas de entre mis músculos para tensarlos. La isla perdida a la que nunca se vuelve. El amanecer humea entre los árboles visibles. Perder poco a poco trazo a trazo las ganas de remover cimientos. La vista se cansa de saltar de uno a otro lado, mis ojos se van desinflando desfigurando des-infectando de tu mirada inconclusa. Vienes a mí y te arrodillas mordisqueando mi piel a tiras. No pares entre mis manos pulsando tu pelo corto y largo tu cabello desigual oscuro.

Arrebato fragmentos de pan lacrado como si fuese mi último sustento: ún/ico salvamento en esta tierra rodeada de agua húmeda y viscosa que me sale de entre las piernas. Cabalgas a tientas por las tierras infectadas de mi cuerpo. La luz se ha apagado en esta falta de sol irradiando a los cuatro vientos. Mi eterna mi corazón llameante mi eterna mis ojos en las cunetas mi eterna, yo me desenfreno, yo me desfiguro, yo me desrazono, yo me desfiguro al son de tus labios recorriendo mi cuerpo minúsculo sin vida sin voz sin aliento sin espectro. No habrá fantasma para mi cuerpo.

Yo me desvalijo a mí misma mi cerebro. Vacío todo lo que queda dentro. Yo me re-encuentro comiéndome las orejas cuando te escucho a lo lejos. Te devoro con la lengua. Otra vez asalto la comida de tus manos ávidamente como si no hubiese mañana como si no hubiese perdones como si no hubiese más oportunidades para volver a verte entre la gente impermeable entre las rocas desnutridas entre las vidas desolladas entre las sangres negras rojizas amarillo-sucias entre las venas azuladas entre las muecas del espejo entre los rostros desaparecidos olvidados naufragos entre las riadas las mareas los oceanos batientes las mandibulas cerradas.

¡No! No hay más posibilidad de retorno. La dulce urgencia del olvido me va entrando y me segrega los huesos y deteriora mis arterias. Pero tú vienes a mi piel cadavérica y haces que me levante de mis cuencas. Ahora mis ojos te miran. Ahora mis ojos te ven. Mis ojos siempre te adoran, mi piel corre detrás de ti olvidándome por el camino. Mi corazón te agarra y te rodea con su ritmo que late. Te detienes en tu caminar errante. Te quedas a mi lado. Te quedas para siempre.