martes, 3 de julio de 2012

La eterna pregunta

Qué es lo que te hace correr hacia mí, mi eterna. Qué es lo que nos empuja la una en la otra con esta fuerza imparable, devastadora, que mueve el viento de la ola que rompe en la roca que cubre la espuma que surge. Qué es, lo que brota de forma incesante entre nuestras dos existencias, uniendo las esencias despuntadas al alba: en el rumor certero del sol que se va floreciendo.

Estás bailando sobre mi cuerpo desnudo. Resurges de entre mis cenizas para dibujarme un rostro nuevo. Abrazas mi cara con tu cara. La aprietas con fuerza. Te juntas con fuerza.
Hemos ido a parar descendiendo escaleras a lo más alto, como una especie de Bolivia perdido, masticamos coca al llegar para no perder el sentido. La altitud era demasiado y no podíamos con ella. Pero podemos con todo. Mi eterna.

Por qué corres hacia mí, por qué me secas las lágrimas de letras. Qué es eso que te impulsa a buscar entre mis brazos las respuestas a tus preguntas. Entre mi boca los dientes capaces de morderle a la vida, los labios fuertes donde arrancar sonrisas. Qué te lleva a mí, al hueco de mi clavícula, a la curva de mi cuello, a la peca de mi tripa, a mi mancha de nacimiento. Qué te lleva a querer seguir saboreándo esta cicatriz de mi rostro, esta marca en la barbilla, este grano intermitente, estas cejas que repasas, estas orejas que nunca se ven. Qué te lleva a adorar de esa forma estas muñecas demasiado pequeñas, mi dedo roto del pie. Mis músculos tensados. Mi sudor deslizando. Mis músculos latiendo...

La eterna pregunta del corazón invisible. Qué hace que este órgano que late se desboque, atraviese la carne y llegue al exterior, donde pueda mirarse.

La eterna pregunta de la enamorada invisible.

Una fuerza demasiado oscura ha cerrado la noche para siempre, ha sellado mi boca de esta danza demasiado impura. Todavía el rastro destellado de tus ojos en el cielo me guía en silencio. Aún no hay sonido crepuscular de manos cansadas de tocarnos el cuerpo. Quedan más tiempos para salir a buscarte, para emprender el viaje, tu infinita búsqueda. Basta la fuerza que hacia ti me impulsa.

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