Te cubre una ola de razón temprana,
una fuerza de vivir templada
que se va calentando en tu fuerza innata.
Te hace cosquillas si te despierta la madrugada
y a veces te pones de repente muy enfadada
si la Tierra gira en dirección contraria
pero dejas para mis incoherencias licencia larga.
Te viste de un resplandor indescriptible la mañana,
te anuncias tan necesaria para mí como al desierto el agua,
te desviste el corazón a pequeños pasos mi mirada.
Tratas con mimo lo anterior a mi existencia,
guardas en lo hondo de ti el motivo de tu esencia,
crees justa la batalla si se libra sin violencia,
igualas todas las vidas bajo la misma añoranza.
Te cubre algo más de lo que el mundo puede verte desde lejos:
estás hecha de lo profundo de las cosas, de lo Otro en los espejos.
Deja que las orejas escuchen tus palabras.
Deja que las miradas se deleiten con tu alma.
jueves, 28 de junio de 2012
A la mente pensante que deseo
Si estuvieses aquí
en esta noche amarilla que no termina de cerrarse
te abriría los ojos con los labios
te mordería el corazón desde mi alcantarilla.
He sido lo bajo y lo mezquino
lo más detestable y lo derruido
y sigo oteando desde las cloacas
el momento de salir a la superficie
pero todas las rosas estarán pulverizadas
entonces te regalaré pensamientos
que son, cuando no estás, como mido el tiempo
aparte de mi flor favorita
y aparte de mi Eterna más querida
que eres tú, la Única Verdad nunca escondida
yo podría
si estuvieses aquí
en esta noche amarilla
demostrarte que a tu alrededor
algo
muy intenso
brilla.
en esta noche amarilla que no termina de cerrarse
te abriría los ojos con los labios
te mordería el corazón desde mi alcantarilla.
He sido lo bajo y lo mezquino
lo más detestable y lo derruido
y sigo oteando desde las cloacas
el momento de salir a la superficie
pero todas las rosas estarán pulverizadas
entonces te regalaré pensamientos
que son, cuando no estás, como mido el tiempo
aparte de mi flor favorita
y aparte de mi Eterna más querida
que eres tú, la Única Verdad nunca escondida
yo podría
si estuvieses aquí
en esta noche amarilla
demostrarte que a tu alrededor
algo
muy intenso
brilla.
Querer es poder
Me sube el calor por las orejas en este salto mortal que no acaba de caer. Vuelve Alejandra. Y las noches de verano interminables que me sitúan en medio días blancos. Dormir acurrucada entre toda la mierda del mundo. Se va quitando el velo. Amo la montaña de libros que se almacena lentamente en mi corazón.
He traicionado a la poesía. He abandonado la creación literaria por una militancia teórico-práctica hacia una causa siempre perdida. La siempre-ya pregunta interminable de los que sobreviven, de los que siguen con vida. Los muertos por la causa pensarán otras cosas. Entonces seguir leyendo y luchando por rostros desconocidos que desgajan el alma a tiras. Vidas igual de importantes que la mía. Vidas fulminadas, vidas asesinadas por el mismo motivo que yo leo apoltronada entre páginas blancas impolutas, inofensivas. Las palabras también matan.
A mí, que soy su confidente más leal, su admiradora más silenciosa, me han apuñalado muchas veces las palabras. Pero a veces no hay forma: nada rima con nada.
Voy levantando piedras demasiado pesadas en busca de respuestas que se esconden. La visión de túnel me impide ver nada más que no seas tú, tú mi idea Alejandra y tú. Se cierra el círculo de intensidades. La espiral inconclusa de pasiones. Pasión por las palabras y por ti. Por abrir espacios de lucha y por ti. Por ti, mi Eterna.
Me sube el amor a los ojos.
Me muerdo los labios con besos.
Seguir leyendo en busca de nada en concreto.
Empiezan, ya vienen, las palabras a mis dedos como gotas que se abren, como piedras que se hunden en el mar, a fundirse con el suelo húmedo y eterno: pero yo ando siempre sobre arenas movedizas.
La Poesía se entretiene con mi boca.
He traicionado a la poesía. He abandonado la creación literaria por una militancia teórico-práctica hacia una causa siempre perdida. La siempre-ya pregunta interminable de los que sobreviven, de los que siguen con vida. Los muertos por la causa pensarán otras cosas. Entonces seguir leyendo y luchando por rostros desconocidos que desgajan el alma a tiras. Vidas igual de importantes que la mía. Vidas fulminadas, vidas asesinadas por el mismo motivo que yo leo apoltronada entre páginas blancas impolutas, inofensivas. Las palabras también matan.
A mí, que soy su confidente más leal, su admiradora más silenciosa, me han apuñalado muchas veces las palabras. Pero a veces no hay forma: nada rima con nada.
Voy levantando piedras demasiado pesadas en busca de respuestas que se esconden. La visión de túnel me impide ver nada más que no seas tú, tú mi idea Alejandra y tú. Se cierra el círculo de intensidades. La espiral inconclusa de pasiones. Pasión por las palabras y por ti. Por abrir espacios de lucha y por ti. Por ti, mi Eterna.
Me sube el amor a los ojos.
Me muerdo los labios con besos.
Seguir leyendo en busca de nada en concreto.
Empiezan, ya vienen, las palabras a mis dedos como gotas que se abren, como piedras que se hunden en el mar, a fundirse con el suelo húmedo y eterno: pero yo ando siempre sobre arenas movedizas.
La Poesía se entretiene con mi boca.
martes, 26 de junio de 2012
domingo, 24 de junio de 2012
A mi pequeño gran león filósofo
De empeorarse las cosas
o de que el mundo se cayese a pedazos
(más de lo que ya lo hace)
tú no irías corriendo a los fragmentos:
tú mirarías el centro
el estallido inmenso.
De que de pronto se deslizasen las hojas
caducas en una primavera floreciente
tú no recogerías con mimo sus puntas:
tú acudirías al árbol
tú removerías las fuentes.
Acudes
a lo profundo de las cosas
como a lo hondo de mi cuerpo
a lo escondido de mi adentro
y nada en ti es superfluo
nada banal,
nada en el final del ramo:
todo en el tallo.
¡En la raíz!
A la que acudes cuando sientes,
como si fuese tuyo,
el maltrato a los animales
que somos mejores que ellos, no lo sostienes
que necesitamos comerlos, no lo mantienes
que no hay otro remedio, no lo concedes
que la culpa no es de nadie...
¡eso si que nunca lo toleres!
porque tú vas
siempre al origen de las causas
al nacimiento del sistema capital
a los seres humanos,
a su afán destructivo,
a su egocentrismo,
a su maldad.
o de que el mundo se cayese a pedazos
(más de lo que ya lo hace)
tú no irías corriendo a los fragmentos:
tú mirarías el centro
el estallido inmenso.
De que de pronto se deslizasen las hojas
caducas en una primavera floreciente
tú no recogerías con mimo sus puntas:
tú acudirías al árbol
tú removerías las fuentes.
Acudes
a lo profundo de las cosas
como a lo hondo de mi cuerpo
a lo escondido de mi adentro
y nada en ti es superfluo
nada banal,
nada en el final del ramo:
todo en el tallo.
¡En la raíz!
A la que acudes cuando sientes,
como si fuese tuyo,
el maltrato a los animales
que somos mejores que ellos, no lo sostienes
que necesitamos comerlos, no lo mantienes
que no hay otro remedio, no lo concedes
que la culpa no es de nadie...
¡eso si que nunca lo toleres!
porque tú vas
siempre al origen de las causas
al nacimiento del sistema capital
a los seres humanos,
a su afán destructivo,
a su egocentrismo,
a su maldad.
martes, 19 de junio de 2012
Mi principio de nuestra historia
Me pesan los ojos entre palmadas calladas de manos.
No he dejado de contar la historia de cuando me escondí en un trébol de cuatro hojas.
Fue para que no me encontraran nunca.
No es que mi existencia de suerte.
El agua fría se deslizaba por mi garganta de forma intempestiva
descarada.
La vida me arañaba los ojos
me arrancaba pedazos de alma y se los metía entre los dientes
los masticaba lentamente, recreándose en la tarea laboriosa
hasta que poco a poco de mis fragmentos brotaba sangre.
Yo me hacía esperar, emanaban diálogos con la almohada
en el insomnio que se instaló en mi como una casa
y empezaron a dejar de acudir las lágrimas.
Las palabras fueron para mí
el espejo donde poder mirarme
el reflejo me devolvía del revés
pero yo andaba boca abajo
yo iba entre la vida pensando con los pies
así que distinguí mis ojos en los versos
y describí el refugio donde poder lamerme las heridas
lejos del mundo que le echaba sal
en la soledad que permitiese arrancarme las espinas
ansiada ausencia de miradas frías
y debía ser secreto
y debía ser inalcanzable invisible, un reto
me instalé en un campo de lirios quemados para no olvidar mis raíces
y me escondí en un trébol de cuatro hojas
que me encontrase quien no me buscase
o que no viniese nadie.
El resto de la historia la he escrito mil veces:
después de mi año en el olvido
llegó un león disfrazado de serpiente,
cortó un área del césped con los dientes
en él estaba mi trébol, entre los que tienen tres hojas
y esos ojos verdes me llamaron
y yo salí de mi escondite reinventada
y empezamos otra historia de leones y sabanas.
No he dejado de contar la historia de cuando me escondí en un trébol de cuatro hojas.
Fue para que no me encontraran nunca.
No es que mi existencia de suerte.
El agua fría se deslizaba por mi garganta de forma intempestiva
descarada.
La vida me arañaba los ojos
me arrancaba pedazos de alma y se los metía entre los dientes
los masticaba lentamente, recreándose en la tarea laboriosa
hasta que poco a poco de mis fragmentos brotaba sangre.
Yo me hacía esperar, emanaban diálogos con la almohada
en el insomnio que se instaló en mi como una casa
y empezaron a dejar de acudir las lágrimas.
Las palabras fueron para mí
el espejo donde poder mirarme
el reflejo me devolvía del revés
pero yo andaba boca abajo
yo iba entre la vida pensando con los pies
así que distinguí mis ojos en los versos
y describí el refugio donde poder lamerme las heridas
lejos del mundo que le echaba sal
en la soledad que permitiese arrancarme las espinas
ansiada ausencia de miradas frías
y debía ser secreto
y debía ser inalcanzable invisible, un reto
me instalé en un campo de lirios quemados para no olvidar mis raíces
y me escondí en un trébol de cuatro hojas
que me encontrase quien no me buscase
o que no viniese nadie.
El resto de la historia la he escrito mil veces:
después de mi año en el olvido
llegó un león disfrazado de serpiente,
cortó un área del césped con los dientes
en él estaba mi trébol, entre los que tienen tres hojas
y esos ojos verdes me llamaron
y yo salí de mi escondite reinventada
y empezamos otra historia de leones y sabanas.
Alguna lágrima, algún abrazo
Me ha traicionado un poco el corazón.
No.
El corazón no traiciona.
Me ha traicionado quizá esta lluvia,
o más bien el agua que desprende y que no moja
¿por qué no me moja?
No es cuestión de volver la espalda a la noche,
a la oscuridad ensombrecida de las nubes:
hacía mucho que no estaba aquí, así
desnuda entre palabras
y un calor fatigado me recorre por dentro.
Quizá sea yo quien ha traicionado a los versos.
Pero yo siempre vuelvo.
Excepto a las cenizas.
No soy ya el Ave Fénix.
Las ruinas las dejo donde están
en el camino que atrás queda
y no me mires así cuando lo digo
y no claves en mí esos ojos vacíos:
tus palabras están huecas en las cartas,
tu rostro se va difuminando en la memoria
no consigo recordar tus carcajadas,
cuál de las dos era la oreja de las pecas,
ni las sonrisas extintas.
No.
Yo no resurjo más de entre las ruinas.
¡Porque ahora tengo vida!
No deja de ser triste,
es cierto,
no cesa de afligirme
el todo que a la nada se desplaza
de la noche a la mañana
el mundo entero que se despedaza
y que no vuelve, y que se aparca
se ha estancado el pasado
pero no hay que echarle comida a los patos:
el pasado se alimenta en el pasado.
No es cuestión de no echar de menos,
tampoco de echar de más
es costumbre, es inercia, es ese tiempo que pasa
tanto y tan deprisa y tan lento
y pasa mucho tiempo pero nunca por el tiempo
lo que vacía de contenido al sentimiento frío
y lo deja templado,
aunque de día en día
alguna noche
un día traicionero que se ha cruzado
vuelve atravesando con su rayo
entonces no te molestes en abrir los ojos
si las lágrimas han pegado los párpados
rodarán gotas de lluvia por la cara entre las manos
y volverá a vaciarse de presente el pasado.
Y así los días se erigen
de cada vida que emprende otro paso
que todos tenemos recuerdos,
que todos a veces lloramos.
No.
El corazón no traiciona.
Me ha traicionado quizá esta lluvia,
o más bien el agua que desprende y que no moja
¿por qué no me moja?
No es cuestión de volver la espalda a la noche,
a la oscuridad ensombrecida de las nubes:
hacía mucho que no estaba aquí, así
desnuda entre palabras
y un calor fatigado me recorre por dentro.
Quizá sea yo quien ha traicionado a los versos.
Pero yo siempre vuelvo.
Excepto a las cenizas.
No soy ya el Ave Fénix.
Las ruinas las dejo donde están
en el camino que atrás queda
y no me mires así cuando lo digo
y no claves en mí esos ojos vacíos:
tus palabras están huecas en las cartas,
tu rostro se va difuminando en la memoria
no consigo recordar tus carcajadas,
cuál de las dos era la oreja de las pecas,
ni las sonrisas extintas.
No.
Yo no resurjo más de entre las ruinas.
¡Porque ahora tengo vida!
No deja de ser triste,
es cierto,
no cesa de afligirme
el todo que a la nada se desplaza
de la noche a la mañana
el mundo entero que se despedaza
y que no vuelve, y que se aparca
se ha estancado el pasado
pero no hay que echarle comida a los patos:
el pasado se alimenta en el pasado.
No es cuestión de no echar de menos,
tampoco de echar de más
es costumbre, es inercia, es ese tiempo que pasa
tanto y tan deprisa y tan lento
y pasa mucho tiempo pero nunca por el tiempo
lo que vacía de contenido al sentimiento frío
y lo deja templado,
aunque de día en día
alguna noche
un día traicionero que se ha cruzado
vuelve atravesando con su rayo
entonces no te molestes en abrir los ojos
si las lágrimas han pegado los párpados
rodarán gotas de lluvia por la cara entre las manos
y volverá a vaciarse de presente el pasado.
Y así los días se erigen
de cada vida que emprende otro paso
que todos tenemos recuerdos,
que todos a veces lloramos.
A mi eterna
Mi cama huele a ti.
A ti, como huele a tierra esta tierra
a lluvia este agua que cae sobre mí
desde el cielo
tengo un paraguas en las manos que no he abierto.
Mi cama huele a ti
como a ti huele mi vida
y estamos hablando constantemente de los labios:
es cuestión de piel.
No he acabado de llegar y ya estoy pensando en irme
en volver a la cama donde duermes
no hay respuesta porque duermes
dormiremos siempre juntas en otra vida:
es cuestión de fe.
De la fe ciega que en ti tengo
aunque quiten de mis ojos este velo
seguiría sin ver,
seguiría sintiendo
que un salto hacia el abismo no haría una herida
que un corte en las entrañas no abriría mi espina
que un disparo por la espalda no me mataría.
Mi cama huele a ti.
En realidad no existe esa torre
las cuatro paredes circulares sin esquinas
te las pones tú, son lo que eres
puedes saltar de ti misma y abismarte
puedes disparar al tejado y a los muros
derrumbar la escalera de caracol
matar las mariposas
salir por la ventana renovada
reinventándote en el nuevo reino.
Duendes hay en todos los cuentos.
A ti, como huele a tierra esta tierra
a lluvia este agua que cae sobre mí
desde el cielo
tengo un paraguas en las manos que no he abierto.
Mi cama huele a ti
como a ti huele mi vida
y estamos hablando constantemente de los labios:
es cuestión de piel.
No he acabado de llegar y ya estoy pensando en irme
en volver a la cama donde duermes
no hay respuesta porque duermes
dormiremos siempre juntas en otra vida:
es cuestión de fe.
De la fe ciega que en ti tengo
aunque quiten de mis ojos este velo
seguiría sin ver,
seguiría sintiendo
que un salto hacia el abismo no haría una herida
que un corte en las entrañas no abriría mi espina
que un disparo por la espalda no me mataría.
Mi cama huele a ti.
En realidad no existe esa torre
las cuatro paredes circulares sin esquinas
te las pones tú, son lo que eres
puedes saltar de ti misma y abismarte
puedes disparar al tejado y a los muros
derrumbar la escalera de caracol
matar las mariposas
salir por la ventana renovada
reinventándote en el nuevo reino.
Duendes hay en todos los cuentos.
jueves, 7 de junio de 2012
Kam(a)pfplatz
El poder descentralizado
el poder difuminado
sin rostro sin nombre difuso
se cuela en nuestra habitación
en nuestra cama
donde solo tú y yo mandamos
y ahora la mía me llama
pero no la escucho porque aún quedan palabras
creo que he perdido la batalla que tú has pensado ganada.
el poder difuminado
sin rostro sin nombre difuso
se cuela en nuestra habitación
en nuestra cama
donde solo tú y yo mandamos
y ahora la mía me llama
pero no la escucho porque aún quedan palabras
creo que he perdido la batalla que tú has pensado ganada.
Fouck
Estoy temblando como una enferma entre tus brazos
convulsiono impaciente ante las puertas del amor
he perdido la cabeza de forma incesante
ya no sé
si es delante o al revés
pero no importa y no quiero pensarlo
solo veo tus dientes
ahora las palabras
calmando la sed eterna de caricias de manos
de dedos atados al calor del pasado
por qué a mi
los errores siempre más elaborados
estoy temblando como un perro bajo la lluvia
con el agua muy espesa
ahora desde la terraza el camión de la basura
que se lleve la mierda que soy
que la triture entre el cartón de leche
será la forma de mi infierno particular
y las manos atadas
cortar la cuerda que me impide tocarte
creer en mis principios
privilegiar mi discurso que empieza por F.
convulsiono impaciente ante las puertas del amor
he perdido la cabeza de forma incesante
ya no sé
si es delante o al revés
pero no importa y no quiero pensarlo
solo veo tus dientes
ahora las palabras
calmando la sed eterna de caricias de manos
de dedos atados al calor del pasado
por qué a mi
los errores siempre más elaborados
estoy temblando como un perro bajo la lluvia
con el agua muy espesa
ahora desde la terraza el camión de la basura
que se lleve la mierda que soy
que la triture entre el cartón de leche
será la forma de mi infierno particular
y las manos atadas
cortar la cuerda que me impide tocarte
creer en mis principios
privilegiar mi discurso que empieza por F.
Análisis de lo más bajo
Hemos truncado los lugares sedientos del lenguaje
lo que se ha de decir se dice en silencio
las calles de la memoria suenan vacías
a tacones huecos retumbando en alcantarillas
y salen gatos del río de mi casa a alimentarse de las sobras
así, por más que quiera negarse
una y otra vez y otra vez por todas,
así son los recuerdos cuando se olvidan.
No he de hablar en plural,
ahora estoy sola
sola con esta soledad que es mía
y la acaricio entre los dedos
como si fuese la perra hambrienta que soy
la zorra con máscaras de plomo
con dientes afilados, con sangre en la lengua
he truncado yo sola el lugar, los lugares destinados
a noches de rosas y arco iris
pero nada de eso existe
era mejor desquitarse del perfume maloliente de las flores
era necesario rebuscar en la basura nauseabunda de antiguos amores
era placentero sumergirse en el cadáver de mis anteriores identidades
yo, la otra, las otras que he sido
era casi orgásmico lanzarlas a tientas bajo el precipicio
era ese dulce y voluptuoso movimiento de cintura para arriba
pero nada de eso existe
la vida está troquelada
como cuando no hacen falta unas tijeras para quitar lo que falla
la vida está medida y pesada
sobre todo pesada
pesada pesada
pesa
he tenido suerte en la vida,
nada me ha sido fácil
lo que se ha de decir se dice en silencio
las calles de la memoria suenan vacías
a tacones huecos retumbando en alcantarillas
y salen gatos del río de mi casa a alimentarse de las sobras
así, por más que quiera negarse
una y otra vez y otra vez por todas,
así son los recuerdos cuando se olvidan.
No he de hablar en plural,
ahora estoy sola
sola con esta soledad que es mía
y la acaricio entre los dedos
como si fuese la perra hambrienta que soy
la zorra con máscaras de plomo
con dientes afilados, con sangre en la lengua
he truncado yo sola el lugar, los lugares destinados
a noches de rosas y arco iris
pero nada de eso existe
era mejor desquitarse del perfume maloliente de las flores
era necesario rebuscar en la basura nauseabunda de antiguos amores
era placentero sumergirse en el cadáver de mis anteriores identidades
yo, la otra, las otras que he sido
era casi orgásmico lanzarlas a tientas bajo el precipicio
era ese dulce y voluptuoso movimiento de cintura para arriba
pero nada de eso existe
la vida está troquelada
como cuando no hacen falta unas tijeras para quitar lo que falla
la vida está medida y pesada
sobre todo pesada
pesada pesada
pesa
he tenido suerte en la vida,
nada me ha sido fácil
Adiós Sombra
Mi sombra se desdobla.
Se parte en dos en el suelo y me mira
desde abajo y me dice
vomitando un nombre
<<no has entendido nada>>
hay una figura
una silueta un dibujo una hazaña
temblando en esa terraza
me sigue con la mirada
echa fuego irradia calor
más más calor que este de junio
más calor que el de antes
mucho más fuego que las sábanas cayendo
pero mi sombra se des-dobla
y no he parado de devolver mi ausencia
mía, mi yo, contenido en un frasco vacío
de cristales empañados
no puedo ver
no he de ver
ruido, un poco de aliento
sobre todo frío
ah, no, tenía calor
voy perdiendo el sentido
y qué si me voy anticipando
a lo que no se puede
tal vez si deja de funcionar mi pluma
si se le acaba la tinta o la espuma
sea sin motivo alguno mas que ver
que solo pienso con la cabeza
que todo ha quedado atrás, lejos
lejos, lejos más lejos
donde guardo cada día membranas en la memoria
me asalta un calor
si
hemos quedado en que era calor
y qué importa ya que palabra ponga aquí, allá
en este hueco, en el otro verso
si no tiene sentido el orden detrás de mi caos infinito
detrás de mis ojos vacíos
fragmentación irrevocable de mi Ser
irreductibilidad de la contingencia de mi Ser
ésa es la verdad:
donde no se puede buscar la vida.
Pero las palabras con artículo me consumen
me recorren me presumen me ponen nerviosa
me ponen histérica,
señor Freud,
histérica
LA verdad
LA realidad
LA razón
¿pero serán solo en femenino?
EL conocimiento
EL Ser
EL Yo
No.
me ponen histérica,
señor Freud,
his-te-ri-ca
artículos=unicidad
Pero que mi sombra se desdobla
en esta noche de delirios inconclusos
no me mires como si estuviese loca
si sabes que corre que vuela que huye
que se va
¡que se va mi sombra!
Se parte en dos en el suelo y me mira
desde abajo y me dice
vomitando un nombre
<<no has entendido nada>>
hay una figura
una silueta un dibujo una hazaña
temblando en esa terraza
me sigue con la mirada
echa fuego irradia calor
más más calor que este de junio
más calor que el de antes
mucho más fuego que las sábanas cayendo
pero mi sombra se des-dobla
y no he parado de devolver mi ausencia
mía, mi yo, contenido en un frasco vacío
de cristales empañados
no puedo ver
no he de ver
ruido, un poco de aliento
sobre todo frío
ah, no, tenía calor
voy perdiendo el sentido
y qué si me voy anticipando
a lo que no se puede
tal vez si deja de funcionar mi pluma
si se le acaba la tinta o la espuma
sea sin motivo alguno mas que ver
que solo pienso con la cabeza
que todo ha quedado atrás, lejos
lejos, lejos más lejos
donde guardo cada día membranas en la memoria
me asalta un calor
si
hemos quedado en que era calor
y qué importa ya que palabra ponga aquí, allá
en este hueco, en el otro verso
si no tiene sentido el orden detrás de mi caos infinito
detrás de mis ojos vacíos
fragmentación irrevocable de mi Ser
irreductibilidad de la contingencia de mi Ser
ésa es la verdad:
donde no se puede buscar la vida.
Pero las palabras con artículo me consumen
me recorren me presumen me ponen nerviosa
me ponen histérica,
señor Freud,
histérica
LA verdad
LA realidad
LA razón
¿pero serán solo en femenino?
EL conocimiento
EL Ser
EL Yo
No.
me ponen histérica,
señor Freud,
his-te-ri-ca
artículos=unicidad
Pero que mi sombra se desdobla
en esta noche de delirios inconclusos
no me mires como si estuviese loca
si sabes que corre que vuela que huye
que se va
¡que se va mi sombra!
sábado, 2 de junio de 2012
Caricatura o retrato
No he parado de hacer cosas para poder estar quieta.
Ni las sábanas han sobrevivido a esta noche helada.
Solo mis noches tienen veinticuatro horas
solo mis ojos se fragmentan.
Ya no hay es ni estoy
pero en verdad no hay diferencia cuando la receta se le aplica a un fantasma.
Quiero pasar ahora a describir cómo se ha colado una mosca por el centro del universo y revolotea entre las palabras como si nunca hubiese un dónde pararse. Pero yo quería estar quieta. Yo quería temblar a la luz por falta de luz. Quería devorarme lentamente entre mi sangre y mover a tientas las tinieblas por la espesura amarilla. Al medio día bailaré, desnuda sobre una cama desierta. Es un cuerpo ficticio. Es un cuerpo sin mi que no hay. Me alimento de lo que queda en los rincones. Polvo y cucarachas. Yo quería resucitar en el éxtasis incandescente del deseo que provocan las palabras envueltas en cuerpos sin ropa. Yo quería desvivirme por los versos y ahora nada rima con nada y escribo en prosa. Pero la serpiente estaba muerta. Podría haber manejado su cadáver como una marioneta y enredarlo alrededor de mi rostro para crear una máscara. No hubiese servido para calmar esta sed. No hubiese acudido a mí mi Imaginario. Náufraga como yo de los fragmentos de dos lados, bilaterales-biformes-bicoloreados. Había una pequeña isla con arena de mentira donde nos encontramos y nos dimos la mano. En la palmera no había serpientes ni manzanas. No había nada en la isla hasta que llegamos y entonces hubo leones. El error ha sido pensar que la isla seguía en pie cuando ya no era. El amor se conecta con la vida y el humo que desprende que a veces nos hace toser, aunque otras nos oculte para poder amarnos. Somos golondrinas. O lo hubiésemos sido de habernos encontrado hace más tiempo. A quien retorna a buscares antiguos el mundo se le cierra sobre sí mismo. Pero yo no he querido volver a mis buscares inmundos que ni siquiera he perseguido. Me los han arrojado y se me acaban los días en horizontal. Y cómo volver a volver de la vuelta dolorosa si ya no se puede saber no saber. Yo no quería saber más de lo que mis pies se calzan por el camino. Pero ahora los zapatos son pequeños y tendré que cortarme algún dedo para dar la talla. Se me empequeñece la vida en las mañanas.
Igual que solo puede llamarse libre a quien ha sido esclavo, igual yo soy feliz porque antes he sido infeliz. El resto es ingenuidad. Y la envidio cuando dejo de ser filósofa y poeta para emerger como mapa de cicatrices.
No he parado de hacer cosas para poder estar quieta.
Mi calma que eres tú, mi felicidad templada
no me quites esa almohada que tú eres situada
al final del precipicio por el que me estoy despeñando
no te quites del final de mi camino
porque solo habrá caída
y al final un mar en el horizonte muy fino
donde poder ahogarme
no olvides que te necesito
en la isla, en los fragmentos, como golondrina
en los días, en los besos, en mi vida.
Ni las sábanas han sobrevivido a esta noche helada.
Solo mis noches tienen veinticuatro horas
solo mis ojos se fragmentan.
Ya no hay es ni estoy
pero en verdad no hay diferencia cuando la receta se le aplica a un fantasma.
Quiero pasar ahora a describir cómo se ha colado una mosca por el centro del universo y revolotea entre las palabras como si nunca hubiese un dónde pararse. Pero yo quería estar quieta. Yo quería temblar a la luz por falta de luz. Quería devorarme lentamente entre mi sangre y mover a tientas las tinieblas por la espesura amarilla. Al medio día bailaré, desnuda sobre una cama desierta. Es un cuerpo ficticio. Es un cuerpo sin mi que no hay. Me alimento de lo que queda en los rincones. Polvo y cucarachas. Yo quería resucitar en el éxtasis incandescente del deseo que provocan las palabras envueltas en cuerpos sin ropa. Yo quería desvivirme por los versos y ahora nada rima con nada y escribo en prosa. Pero la serpiente estaba muerta. Podría haber manejado su cadáver como una marioneta y enredarlo alrededor de mi rostro para crear una máscara. No hubiese servido para calmar esta sed. No hubiese acudido a mí mi Imaginario. Náufraga como yo de los fragmentos de dos lados, bilaterales-biformes-bicoloreados. Había una pequeña isla con arena de mentira donde nos encontramos y nos dimos la mano. En la palmera no había serpientes ni manzanas. No había nada en la isla hasta que llegamos y entonces hubo leones. El error ha sido pensar que la isla seguía en pie cuando ya no era. El amor se conecta con la vida y el humo que desprende que a veces nos hace toser, aunque otras nos oculte para poder amarnos. Somos golondrinas. O lo hubiésemos sido de habernos encontrado hace más tiempo. A quien retorna a buscares antiguos el mundo se le cierra sobre sí mismo. Pero yo no he querido volver a mis buscares inmundos que ni siquiera he perseguido. Me los han arrojado y se me acaban los días en horizontal. Y cómo volver a volver de la vuelta dolorosa si ya no se puede saber no saber. Yo no quería saber más de lo que mis pies se calzan por el camino. Pero ahora los zapatos son pequeños y tendré que cortarme algún dedo para dar la talla. Se me empequeñece la vida en las mañanas.
Igual que solo puede llamarse libre a quien ha sido esclavo, igual yo soy feliz porque antes he sido infeliz. El resto es ingenuidad. Y la envidio cuando dejo de ser filósofa y poeta para emerger como mapa de cicatrices.
No he parado de hacer cosas para poder estar quieta.
Mi calma que eres tú, mi felicidad templada
no me quites esa almohada que tú eres situada
al final del precipicio por el que me estoy despeñando
no te quites del final de mi camino
porque solo habrá caída
y al final un mar en el horizonte muy fino
donde poder ahogarme
no olvides que te necesito
en la isla, en los fragmentos, como golondrina
en los días, en los besos, en mi vida.
viernes, 1 de junio de 2012
Menos pienses esas cosas
Se me desnuda el agua en la garganta
se me colapsa
muda de color mi rostro
pero no es esta noche anoche
y las voces se amontonan, se enfurecen
como me enfundan los días en esta alcantarilla.
Tócame lento,
que el ruido del silencio se me atraganta.
La imagen de la soledad se incrusta,
pero en verdad no hay dibujo ni paisaje
la ausencia es no poder decirla.
Cariño, quiéreme lento,
que la furia del mundo me embrutece
ya no siento.
Sabanas y sábanas
Me has mordido la oreja y ahora ya no podemos hacer nada.
La sabana y su continuo herbáceo se deslizan por tu cuerpo desnudo
ése que ya he memorizado,
ése que tiene la forma de una casa,
ése que huele a un lugar seguro,
ése que yo tanto amo.
El ambiente tropical nos arropa envolviéndonos
en el espacio llano que contienen dos bosques
con tormentas y malezas
que a este estrato no llegan
y árboles y arbustos salteados en nuestra llanura,
acacias fuertes en bosques claros,
nos miran hablando.
Me has mordido el corazón y ahora no podemos hacer nada:
Somos leones felices en nuestra sabana de sábanas.
La sabana y su continuo herbáceo se deslizan por tu cuerpo desnudo
ése que ya he memorizado,
ése que tiene la forma de una casa,
ése que huele a un lugar seguro,
ése que yo tanto amo.
El ambiente tropical nos arropa envolviéndonos
en el espacio llano que contienen dos bosques
con tormentas y malezas
que a este estrato no llegan
y árboles y arbustos salteados en nuestra llanura,
acacias fuertes en bosques claros,
nos miran hablando.
Me has mordido el corazón y ahora no podemos hacer nada:
Somos leones felices en nuestra sabana de sábanas.
Eres tú
Creaciones poéticas al borde del precipicio
como quedarse en mitades de caminos
no hay palabras detrás, no hay como seguir escribiendo.
Construcciones culturales ávida de márgenes
quisiera saltar desde tus ojos a ti
de mis dientes a mí, a la piel que se desliza entre mis dedos
y no volvería a perder de nuevo
lo que di por perdido sin conocerlo primero
no lo ves todavía pero yo he dejado mi esqueleto
y el resto del cuerpo del mundo está siempre al borde
del abismo espectacular de tu sonrisa inocente
no lo entiendes todavía pero yo me he levantado de mí
haciendo pliegues en la pared de mi maleza hasta perderla
y no he vuelto a preguntar un quién ni un hasta dónde
no lo crees todavía pero la búsqueda incansable
de la creación poética
tiene tu nombre eterno
tus ojos verdes
tu risa llena
tu sangre cálida en mi sangre helada de poeta.
como quedarse en mitades de caminos
no hay palabras detrás, no hay como seguir escribiendo.
Construcciones culturales ávida de márgenes
quisiera saltar desde tus ojos a ti
de mis dientes a mí, a la piel que se desliza entre mis dedos
y no volvería a perder de nuevo
lo que di por perdido sin conocerlo primero
no lo ves todavía pero yo he dejado mi esqueleto
y el resto del cuerpo del mundo está siempre al borde
del abismo espectacular de tu sonrisa inocente
no lo entiendes todavía pero yo me he levantado de mí
haciendo pliegues en la pared de mi maleza hasta perderla
y no he vuelto a preguntar un quién ni un hasta dónde
no lo crees todavía pero la búsqueda incansable
de la creación poética
tiene tu nombre eterno
tus ojos verdes
tu risa llena
tu sangre cálida en mi sangre helada de poeta.
Agua, besos, jabón.
Un abrazo bajo el agua que me devuelve al día
dos cuerpos cerrándose como la noche
el ruido de las gotas deslizándose entre las pieles fundidas
amor subiendo, amor inundando a mi Imaginario.
Un abrazo tuyo que me regala la vida.
dos cuerpos cerrándose como la noche
el ruido de las gotas deslizándose entre las pieles fundidas
amor subiendo, amor inundando a mi Imaginario.
Un abrazo tuyo que me regala la vida.
De todas las vueltas de tu casa
El cielo azul gris plata se ha desvanecido
y queda la noche cerrada
envuelta en un calor pegajoso que me llama
por mi nombre
el que me has dado
a revolverme por las esquinas de las calles
y le haré caso a esta noche velada
de las vueltas que hay desde tu casa
donde aún quedaba tu olor
tu risa a veces
otras tu voz
ahora ya me queda todo
ahora ya lo sabes todo
la cuerda como vínculo de ti y de mi ya es imborrable.
Y empezamos otro mes de junio con calor de agosto.
Y se dibujan más sonrisas en los labios de tus ojos.
y queda la noche cerrada
envuelta en un calor pegajoso que me llama
por mi nombre
el que me has dado
a revolverme por las esquinas de las calles
y le haré caso a esta noche velada
de las vueltas que hay desde tu casa
donde aún quedaba tu olor
tu risa a veces
otras tu voz
ahora ya me queda todo
ahora ya lo sabes todo
la cuerda como vínculo de ti y de mi ya es imborrable.
Y empezamos otro mes de junio con calor de agosto.
Y se dibujan más sonrisas en los labios de tus ojos.
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