Hemos truncado los lugares sedientos del lenguaje
lo que se ha de decir se dice en silencio
las calles de la memoria suenan vacías
a tacones huecos retumbando en alcantarillas
y salen gatos del río de mi casa a alimentarse de las sobras
así, por más que quiera negarse
una y otra vez y otra vez por todas,
así son los recuerdos cuando se olvidan.
No he de hablar en plural,
ahora estoy sola
sola con esta soledad que es mía
y la acaricio entre los dedos
como si fuese la perra hambrienta que soy
la zorra con máscaras de plomo
con dientes afilados, con sangre en la lengua
he truncado yo sola el lugar, los lugares destinados
a noches de rosas y arco iris
pero nada de eso existe
era mejor desquitarse del perfume maloliente de las flores
era necesario rebuscar en la basura nauseabunda de antiguos amores
era placentero sumergirse en el cadáver de mis anteriores identidades
yo, la otra, las otras que he sido
era casi orgásmico lanzarlas a tientas bajo el precipicio
era ese dulce y voluptuoso movimiento de cintura para arriba
pero nada de eso existe
la vida está troquelada
como cuando no hacen falta unas tijeras para quitar lo que falla
la vida está medida y pesada
sobre todo pesada
pesada pesada
pesa
he tenido suerte en la vida,
nada me ha sido fácil
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