Te cubre una ola de razón temprana,
una fuerza de vivir templada
que se va calentando en tu fuerza innata.
Te hace cosquillas si te despierta la madrugada
y a veces te pones de repente muy enfadada
si la Tierra gira en dirección contraria
pero dejas para mis incoherencias licencia larga.
Te viste de un resplandor indescriptible la mañana,
te anuncias tan necesaria para mí como al desierto el agua,
te desviste el corazón a pequeños pasos mi mirada.
Tratas con mimo lo anterior a mi existencia,
guardas en lo hondo de ti el motivo de tu esencia,
crees justa la batalla si se libra sin violencia,
igualas todas las vidas bajo la misma añoranza.
Te cubre algo más de lo que el mundo puede verte desde lejos:
estás hecha de lo profundo de las cosas, de lo Otro en los espejos.
Deja que las orejas escuchen tus palabras.
Deja que las miradas se deleiten con tu alma.
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