viernes, 30 de agosto de 2013

Alma de Moncayo

Solitaria figura
poderoso contorno a contraluz
augura
una subida informe que rezuma
un ascenso incuestionable hacia la tumba.

Sal de alambre y mal de espinas
no serán mis ojos
ni mis manos

me aniquilan

el sudor corrosivo entre los dientes
las lágrimas sangrantes
los párpados que arden

no han podido más de sí
no han tenido qué decir

el paraje desolado y muerto
los campos quemados
árboles que se olvidan en el límite
donde muere toda vegetación
donde solo hay piedras y sed

el cansancio se va acumulando entre los dedos
los hombros pesan
las piernas no responden
no les importaría, por una vez, caer

la noche es cerrada y el monte aúlla
no soporta estar solo
olvidado
custodiando
tantas y tantas luces derretidas
entre la niebla que se agrupa hacia la bruma

casas sin humo de ausencias
cantan el grito desgarrado
empañan la noche de fervor
cielo azulado

hay un secreto en la montaña cuando muere el sol.

La naturaleza despierta, baldía
no hay comida, ni Ser. Mentira.

Hay palabras pero no hay llave

quiero subir hasta ese monte
perderme entre sus caminos
hacer mío lo más primitivo
acogerme a mis orígenes
lejos del ser humano

convertirme en alimaña o liquen
ser parte del musgo
ser parte del aire

de la lluvia que ya estalla entre las nubes.

¿Y qué voy a ser yo?
Alejada del lenguaje
¿Qué más voy a poder ser yo?

Solo nieve deslizada en la pendiente

solo un torrente que baja y se extingue

vengo a morir donde el pasado habita
vengo a vivir en mi memoria escrita

¿Y qué voy a ser yo?

Si mis ojos solo son hoja en verano
que el aire arranca del árbol que soy

y me quedo ciega y rendida
abatida entre estos caminos
con un disparo tirada en la cuneta
devorada por insectos y mentiras.

¿Y qué hay de la Nada?
Se extiende entre mi infinito
devastada y custodiada por mi misma
se atisba inconfundible en la montaña
enmudece y se lastima.

¿Y qué voy a ser yo?

Si mi alma es idéntica al Moncayo
que cambia de color
según el día, la luz y la estación del año
según quién le escala
y quién le habita

según quién le ama

según quién le estima.

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