Es una oscuridad tan lenta
que podría absimarme entre mi misma
sin tan siquiera comprender que estoy aquí
que respiro, escribo y hablo con esta lengua
que me cortan poco a poco las entrañas
los minutos que transcurren en mi cama.
Es una agonía tenue que me llama
me invita a perdonarme a voces
a explorar todos los rincones
a recoger toda la rabia del mundo
la tristeza de estas calles
es una soledad húmeda, espontánea
se va posando sin control a cada paso
me va negando las palabras y el calor
y tendré que seguirla:
amarla hasta que se vaya.
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