viernes, 9 de agosto de 2013

Invocándote

Yo creía que volvería el invierno
que la respuesta llegaría a tiempo
pero las calles avanzan por esta ciudad
sin saber desembocar en otro sitio
que no sea una muerte.

Qué hacer con tanta soledad

no sé dónde meterla

no me cabe en cualquier parte

los cajones están llenos de heridas
y la piel
de cicatrices

las mesas vacías y el corazón repleto
de clavos clavados, de dardos ardiendo

mis dedos hambrientos
avanzan por el papel
sabiendo
que no saldrá de su punta ni un verso.

pero qué es este silencio
no puedo con este fracaso a las espaldas
no hay espejo capaz de hablarme
solo una sombra invisible en estas calles
y el viento ondea la ausencia
como una baba negra pastosa y rolliza
que se tambalea y se pega en mis zapatillas
conforme avanzo
sin rumbo, ni línea, ni trazo.

Sé que no entenderé mi letra,
que yo misma me he abandonado
que estas palabras caerán
tan lejos y hondo como cae mi fracaso

mis ganas de amarme
mis ansias de llorar

brota el alma lentamente por los pulmones
se me escapa
ya
no siento nada.

demasiadas heridas en un solo cuerpo mutilado
demasiadas cicatrices para soportar otro corazón
el mio apenas late

¿me oyes?
dime que me oyes
aunque estés lejos como mi casa
dime que lees mis palabras
que el viento sopla y te las lleva
entre esas nubes que ya estallan.

dime que adivinas que la vida se me viene grande
que el poema me desborda
que he perdido la batalla:

me deseo otra.

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