He encontrado
el pañuelo
en los bolsillos
de mi pantalón rojo
que me diste
para secar
las lágrimas
que me viste
desprender
en un momento de debilidad.
Lágrimas
que cortaron
mi cara
y fueron a parar
al pañuelo
de tu hombro,
al consuelo
de tus labios.
Eran lágrimas
injustamente derramadas
que brotaban
del pasado,
interrumpiendo
nuestro momento
y nuestro hallazgo.
He encontrado
tu pañuelo
en mis pantalones rojos
y ahora voy
con ellos puestos
a besar otros labios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario