domingo, 3 de julio de 2011

Y al llegar a casa

Y al llegar a casa
el aliento se entrecortaba,
las piernas ya agotadas,
apenas podían enfrentarse
a los pasos que no daban.
La lluvia se escuchaba
tamborilear en los cristales,
y entraban dentro,
estallando contra el suelo,
después de deslizarse
por mi ropa y por mi pelo.

Y al llegar a casa ya no estabas.
Dentro silencio,
Fuera un trueno.

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